Valoración: 6'5
Quería verla. Se trata de una de mis obras preferidas, las aventuras del detective Sherlock Holmes. Quizás sea la novela de detectives más famosa de la historia, y él, el personaje más carismático. Desde niño me fascina el uso de la reflexión y la astucia del que presume Holmes y su infatigable alma consorte, el doctor Watson, para resolver los distintos enigmas con los que se encuentran, en el Londres más industrial.
Cuando hace meses me anunciaron que se estrenaría esta película lo acogí con cierto temor, y creo que acerté. Sir Arthur Connan Doyle, pasó a la historia de la literatura por escribir las aventuras de este detective inglés, y todos tenemos en mente al personaje. Ocurre que han querido "renovar" al viejo Holmes, y de algún modo actualizarlo, y es algo que jamás es necesario y en lo que casi siempre se queda en ridículo. La crítica coincide en reconocer que se ha hecho un buen trabajo, pero es injusto para los amantes de esta novela y este personaje que se hagan estas "modernizaciones" absurdas. Lo que se pretende no es rendir homenaje a la historia sino sacar dinero.
La película es entretenida, está bien rodada, y llamará la atención de aquellos que apenas conozcan nada de la novela real, pero se fusila al auténtico Holmes para convertirlo en algo que su autor jamás habría autorizado. El director de la cinta, Guy Ritchie, que firmó una de mis películas preferidas; "Snatch; cerdos y diamantes", y la interesante "RocknRolla"; deja su huella de identidad en muchos momentos, algo que a mí particularmente me gusta, pero no me acaba de convencer el hecho de que le hayan dado a él la responsabilidad de llevar a la pantalla esta historia. O bien se adapta a la novela, o bien hace otra película, pero convertir a Sherlock Holmes en boxeador... está fuera de lugar. ¿Dónde está la clásica boina de Holmes? ¿Y la gabardina gris? ¿Y la lupa? La imagen que tenemos del detective queda completamente desvirtuada. Se carga las conversaciones y reflexiones acerca de los casos, los debates con Watson, el análisis que tanto caracteriza a este personaje, y su pausa, la calma. Al revés, lo pone como un tipo violento, neurótico, que salta por los tejados de los edificios, y se dedica a pegar puñetazos.
La elección de los actores también es muy desacertada. Lo hacen bien, lo cierto es que son muy buenos, pero no pegan ni en pintura. ¿Robert Downey Jr. de Holmes? Cuando ves la película puedes pensar al verlo en lo que quieras, menos en que es Holmes. Quizás todo esto sólo le suceda a la gente como yo, que conoce y ha leído las aventuras del personaje. Por eso, la productora ha pasado de esto y ha decidido darle al público un producto fácil de masticar, llevadero, con acción, que le haga pensar poco, y lo ha cargado de pirotecnia y fuegos de artificio. Downey Jr. hace bien su papel y es capaz de cargar con el peso interpretativo pero literalmente "viola" la esencia del detective. La película no ahonda en la razón de ser del personaje, nos muestra que tiene gran intuición pero no se sabe de dónde le viene, tiene conocimientos químicos pero parece que nació con ellos... nos pone al personaje delante de la cara como si lo conociéramos, pero en verdad no sabemos quien es hasta que le llaman por su nombre.
El tema de Jude Law interpretando a Watson es mucho más llamativo. No sólo no pega absolutamente nada con el auténtico Watson sino que además desluce aún más la historia, y es que no se puede usar a dos personajes archiconocidos y convertirlos en lo que no son, algo así como si convirtiesen a Batman en jugador del Manchester United y a Snoopy en un perro volador. Es decir, que si en tu cabeza cuando te dicen Holmes y Watson tienes claro de quien estamos hablando, la película te parecerá un cachondeo. A Jude Law, actor que me gusta bastante, y que siempre está a la altura a lo largo de toda la cinta, le han dado este papel única y exclusivamente porque es inglés y porque llena salas de cine con su belleza física, nada más. Si Jude Law se parece a Watson, Hugo Silva es Bob Dylan.
Esto es en Londres, al lado de la estatua de Holmes.
Eso es lo que más daño le hace a la cinta. La gente la irá a ver, se lo pasará bien, le resultará entretenida, y harán una segunda parte seguro. Tan claro lo tengo, que de lo contrario esta película no tendría apenas ningún sentido, porque no sólo tiene un final abierto, sino que además, durante buena parte del film nos presentan escenas que luego dejan sin resolver a la espera de una continuación que tendrá que llegar. De aquí van a sacar una pasta seguro. Desde luego, buenos actores, buen director, buen presupuesto, y buena historia, tienen por lógica que generar buenos ingresos, pero tenían en sus manos una obra maestra de la literatura, y han hecho una peli de entretenimiento sin más. A los que amamos el cine, nos habría gustado poder salir del cine diciendo que hemos visto una obra de arte, una película indispensable que anotar entre nuestras preferidas, pero no, como todo lo que firman las grandes productoras, se pasaron más tiempo con la calculadora que con la cámara y los guiones. ¿Por qué se hacían mejores películas antes? Porque se contaban mejores historias. Porque anteponían la realización artística a los intereses generales, y claro, aunque el reconocimiento tardase más en llegar, lo que era bueno de veras, acababa triunfando.
Aquí estoy delante de la casa-museo de Sherlock Holmes, en el 221-B de Baker Street.
También me da un poco de lástima, que uno de los personajes más famosos de la historia, conocido precisamente por su notoria inteligencia, sea ahora banalizado y convertido en un tipo que destaca más por usar la fuerza y las artes marciales que el raciocinio.
Sinopsis en castellano:
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