Este fin de semana me he recorrido 1700 kilómetros en tres días. Me he quedado exhausto. ¡¡Menos mal que hoy es festivo!! Si no palabra que habría muerto. Al concierto en la Moby Dick de Sada fui sólo, y sin cabeza, me olvidé bastantes cosas en el camino. Me pegué una buena paliza. El público no estuvo, y yo andaba cansado, con todo, hubo detalles en algunos temas que saboreé a gusto. Las condiciones técnicas que al llegar parecían imposibles de ayudarme a sonar, luego mejoraron, y se pudo sacar adelante el concierto. Pena que no fuera noche de concierto. Como dice Quique González, "hay veces que lo bordas, y veces que lo tiras por la borda". Sin ser tan maximalista, en esta ocasión puse la tele y había anuncios.
El viaje a Segovia ya no era tan de coña, me refiero a que no es ir a por el pan, que si está cerrado vuelves con el rabo entre las piernas, era un voy al campo de batalla y traigo unas melodías que huelen que dan hambre y apetece hincarles el diente. Al final, tuve la buena nueva de que Nico (bajista del grupo Caraba) se anotaba a la expedición y no ir sólo siempre gusta. Niclas y yo nos compenetramos genial así que el viaje fue cojonudo. Anotad su nombre porque seguro que aparece en los créditos de mi próximo álbum.
Pasamos el viaje charlando sobre todas las cosas que nos interesan y preocupan y como tenemos tantos puntos de conexión fue perfecto, tanto la ida como la vuelta, el domingo por la tarde, destrozados de la vida rockera que nos habíamos pegado, saliendo hasta las siete de la mañana con unas amigas de Madrid, que vinieron a vernos al concierto y con las que estuvimos por Segovia, acueducto y plaza mayor principalmente. El concierto fue en un sorprendente y bonito sitio que se llama "La Oveja Negra" y que queda en una aldea llamada Cabañas de los Polendos, sitio inaccesible, fuera del mapa y formado por pequeñas casas unidas por caminos, sacados de los mejores relatos de la galia de Asterix y Obelix. Un sitio muy chulo, donde no hay nada. 80 vecinos y para de contar. Por desgracia no fueron los 80 a verme. Los que fueron resultaron educados y agradables, especial recuerdo para la "Venta Pinillos". El local y la cena lo mejor, el sonido estuvo también muy bien, y me gustó el hecho de tocar canciones poco habituales, más antiguas, más desconocidas que las que toco normalmente, que por cierto también son mucho más desconocidas de lo que me gustaría.
Lo importante era demostrar que por ganas no es, que estoy dispuesto a dejarme la piel, y que no hay nada que me guste más que la música, con permiso de Natalia. Esta semana me voy a Granada y Málaga, salgo el viernes por la mañana a primera hora y vuelvo el domingo por la noche. Cualquier persona que quiera venirse que me avise. Lo pasaremos bien.
1 comentarios:
pero a tí que te mola más el coche o la guitarra? jajaja
con dos cojones Don Samuel¡¡¡
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