Valoración: 7
Hay personajes cinematográficos que pasan a la historia, y el de Butch Cassidy, interpretado por el grandísimo Paul Newman en "Dos hombres y un destino" de 1969, es quizás, uno de ellos, así que sólo el mero intento de realizar una secuela de esa cinta, cincuenta años más tarde, se antoja todo un reto y un atrevimiento. Mala idea publicitaria la de anunciar esta película como una revisión de aquella, porque queda retratada. Si la juzgas sin ambages y sin memoria cinematográfica, entonces pasa el corte y tiene puntos de mucho interés. Y es que la cinta de los años sesenta contaba entre otros con Robert Redford, otro de los motivos por los cuales se convirtió en una de las películas del momento.
Mateo Gil, que dirige este proyecto, empezó siendo guionista de Alejandro Amenábar, aunque ya había debutado en la dirección con "Nadie conoce a nadie" hace más de una década. Lo cierto es que para su edad (38 años) cuenta con una más que notaria carta de presentación, en la que destacan sus 4 Premios Goya: Mejor Guión Original por "Mar Adentro" (2004), Mejor Guión Adaptado por "El Método" (2005), Mejor Corto de Ficción por "Dime que yo" (2010), Mejor Guión Original por "Agora" (2009). ¡¡Casi nada!! El director quiso hacer un homenaje a los western que veía de niño (yo también crecí con las películas de John Wayne) y aprovecha para retratar a través de su protagonista principal la nostalgia por la juventud, la vejez, el respeto a unos valores e ideas vitales, el arraigo a unos principios morales de lealtad y compañerismo, son entre otros, los temas fundamentales de esta obra que huye de tópicos que hubiesen dinamitado la seriedad con la que intentan introducir al espectador en la historia para que resulte creíble e interesante.
Sam Shepard carga a la espalda con una gran responsabilidad, e interpreta magistralmente su papel, en un intento por traer a nuestros días lo mejor de aquel cine pausado de mediados del siglo XX y recuperar el sabor añejo del mejor cine de vaqueros, western como le gusta decir a los americanos. Él protagoniza, junto a un precioso paisaje, casi todos los minutos de metraje, y los llena, y se los gana, y cuando terminas de ver la película acabas diciendo "qué bueno es este tio".
Luego está Noriega. Uno se sorprende al ver a Eduardo Noriega como contrapunto de Shepard porque su actuación resulta un tanto acartonada, no llega en ningún momento a mostrarse a la altura de su compañero y su actuación se queda siempre un tanto descolocada. Soy seguidor de Noriega y suelo pensar que es un buen fichaje a la hora de incluirlo en una película, pero aquí queda fuera de juego, no acabas de creértelo en ningún momento. Quizás debió entrenarse más o meterse más en la piel del vaquero, porque tiene momentos que se acercan a la parodia, vaya, que se ve disfrazado. Puede que esta opinión se deba a que estoy acostumbrado a verle en papeles absolutamente distintos y no me hago a la idea, pero se supone que como actor que es debería ser capaz de convercernos de que es un vaquero, un cocinero, o spiderman si se lo propone ¿No?
Además de Sam Shepard y Eduardo Noriega, también participa Stephen Rea, actor secundario curtido en mil batallas y que cumple con su cometido.
La película está rodada en Bolivia con un presupuesto de 4 millones de euros. Si alguien se parase a pensar en el dineral que hace falta para hacer una película... y yo queriendo reunir algo de dinero para poder sacar en mejores condiciones mis proyectos discográficos...
Me gusta especialmente el tratamiento del final de la película. Distinto. Cuidadoso y meticuloso con cada detalle. Buen cine, bien armado. Con exquisito buen gusto.
Mateo Gil, que dirige este proyecto, empezó siendo guionista de Alejandro Amenábar, aunque ya había debutado en la dirección con "Nadie conoce a nadie" hace más de una década. Lo cierto es que para su edad (38 años) cuenta con una más que notaria carta de presentación, en la que destacan sus 4 Premios Goya: Mejor Guión Original por "Mar Adentro" (2004), Mejor Guión Adaptado por "El Método" (2005), Mejor Corto de Ficción por "Dime que yo" (2010), Mejor Guión Original por "Agora" (2009). ¡¡Casi nada!! El director quiso hacer un homenaje a los western que veía de niño (yo también crecí con las películas de John Wayne) y aprovecha para retratar a través de su protagonista principal la nostalgia por la juventud, la vejez, el respeto a unos valores e ideas vitales, el arraigo a unos principios morales de lealtad y compañerismo, son entre otros, los temas fundamentales de esta obra que huye de tópicos que hubiesen dinamitado la seriedad con la que intentan introducir al espectador en la historia para que resulte creíble e interesante.
Sam Shepard carga a la espalda con una gran responsabilidad, e interpreta magistralmente su papel, en un intento por traer a nuestros días lo mejor de aquel cine pausado de mediados del siglo XX y recuperar el sabor añejo del mejor cine de vaqueros, western como le gusta decir a los americanos. Él protagoniza, junto a un precioso paisaje, casi todos los minutos de metraje, y los llena, y se los gana, y cuando terminas de ver la película acabas diciendo "qué bueno es este tio".
Luego está Noriega. Uno se sorprende al ver a Eduardo Noriega como contrapunto de Shepard porque su actuación resulta un tanto acartonada, no llega en ningún momento a mostrarse a la altura de su compañero y su actuación se queda siempre un tanto descolocada. Soy seguidor de Noriega y suelo pensar que es un buen fichaje a la hora de incluirlo en una película, pero aquí queda fuera de juego, no acabas de creértelo en ningún momento. Quizás debió entrenarse más o meterse más en la piel del vaquero, porque tiene momentos que se acercan a la parodia, vaya, que se ve disfrazado. Puede que esta opinión se deba a que estoy acostumbrado a verle en papeles absolutamente distintos y no me hago a la idea, pero se supone que como actor que es debería ser capaz de convercernos de que es un vaquero, un cocinero, o spiderman si se lo propone ¿No?
Además de Sam Shepard y Eduardo Noriega, también participa Stephen Rea, actor secundario curtido en mil batallas y que cumple con su cometido.
La película está rodada en Bolivia con un presupuesto de 4 millones de euros. Si alguien se parase a pensar en el dineral que hace falta para hacer una película... y yo queriendo reunir algo de dinero para poder sacar en mejores condiciones mis proyectos discográficos...
Me gusta especialmente el tratamiento del final de la película. Distinto. Cuidadoso y meticuloso con cada detalle. Buen cine, bien armado. Con exquisito buen gusto.
Sinopsis en castellano:
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