Hay que tener en cuenta el hecho de que viajo sólo. Esta pasada semana he estado de conciertos en Granada y Málaga, una zona que estoy trabajándome mucho, aunque con muy poco éxito. La culpa es mía. Es difícil. Uno va con la idea de que dará lo mejor de sí mismo para quienes estén en el local dispuestos a escucharle, pero claro, ese ir a ver que te encuentras, te puede deparar sorpresas muy poco agradables. La mayoría de los que conozco han tirado la toalla o ni lo intentan.
Te haces 2600 km de carretera en unos pocos días, sólo, jugándote el tipo, llegas a una ciudad desconocida (aunque cada vez las conozco mejor y eso me gusta) y te desconectas de tu casa, de tus amigos, de todo... te largas a la aventura sabiendo que quizás no estás dando ni un sólo paso adelante. Llevas tus canciones en los bolsillos pero quizás nadie extienda la mano para recibirlas. A veces unas pocas personas, a veces hay suerte y hay más, y en alguna ocasión coincides en el sitio indicado en el momento indicado, y sale premio. En general es una lucha contra la marea, un golpear el agua. Es como descolgar el teléfono y empezar a probar a llamar a números al azar para ver si das con alguien que se llame como tú; no tiene sentido. La parte chula de todo esto es que no dejas de disfrutar en un escenario, que sueñas con un futuro mejor, que improvisas fórmulas de salir adelante, que te curtes, que te olvidas de superficialidades y te centras en las cosas importantes, que maduras, que te sientes bien contigo mismo, satisfecho y orgulloso, que levantas la cabeza y ves las cosas que has hecho y te notas lleno de vida.
Llegas cansado y resfriado a casa, con ganas de descansar. Mañana será otro día. En el camino te has encontrado con ella. Como antes, pero es ahora, y ahora ya no es lo mismo, aunque querrías. No sé hacia dónde van las cosas, es difícil saberlo, yo por si acaso, trato de seguir esforzándome, moviéndome, esperando la oportunidad, intentando coger el tren que me deje en casa, aunque a veces me lío y termino más lejos, es como cuando saco el coche y voy al centro, no encuentro donde aparcar y lo dejo tan lejos que me compensa volver andando a casa. Qué cosas!!
Estamos en la recta final de la gira. Quedan menos de dos meses. He hechado el resto, eso lo tengo claro. Conocí en estos conciertos a Rafa Pons y me gustó hablar con un superviviente que anda dedicándose a esto de la música de bar en bar, de ciudad en ciudad, intentándolo de lunes a domingo, a pesar de los pesares, cueste lo que cueste, sin grandes pretensiones, pero con ilusión, fantaseando entrar en un local y que esté lleno de gente que quiere escuchar esas canciones y cantarlas juntos. Y no es pedir poco... si, eso es triunfar.
1 comentarios:
déjate de inercias y échale convencimiento, que merece la pena, compadre
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