Valoración: 6'5
"The Lincoln Lawyer", traducida a nuestro país como "El Inocente", es una película fresca y dinámica, que protagoniza Matthew McConaughey y dirige Brad Furman, basándose en la exitosa novela de Michael Connelly, que algo me dice, que debe ser mejor que la película. Sensación personal. Y es que el director podía haber echo algo (bastante) más que limitarse a darle a la obra un formalismo y sobriedad que la hacen encorsetarse más de lo deseado y de lo necesario. Podrán escudarse en que al menos te distrae, y eso no es poco, o sí, dependiendo de cómo tengas el día y lo exigente que seas.
Siempre me ha llamado la atención McConaughey, del que he visto realmente pocas películas, y que es conocido en nuestro país principalmente, por haber mantenido una relación de pareja con Penélope Cruz a la que conoció durante el rodaje de la película "Sahara", (película que no vi, pero que recibió malas críticas) y por aparecer en algún que otro anuncio de colonias. Así que estaba interesado especialmente en ver qué tal se le daba esto de la interpretación, y aunque he leído malos comentarios sobre él en la red, a mi juicio hace un papel bastante digno. A destacar el hecho de que no haya tenido que presumir de físico para darle sentido a su papel, y que se haya metido bien en éste sacando a relucir su indudable carisma.
La película está bien dirigida y resulta entretenida. Si la pusiesen en la tele y no tuvieses otra cosa que hacer, sería una opción aceptable para pasar un par de horas ocupado, ahora bien, nadie la pedirá por reyes para completar su colección de "grandes clásicos", ni dará juego ni conversación más allá del día que vayas a verla al cine, porque no innova ni ofrece nada a mayores que lo que tardas en descubrir si la trama está bien montada o es un chanchullo. Dejémoslo, en que se salva. Para ver una vez, vaya.
Buenos secundarios, y el estreno de Ryan Phillippe, en el papel de joven y adinerado acusado de homicidio, que podría traernos a la memoria aquella antológica ópera prima de Edward Norton en "Las dos caras de la verdad" junto a Richard Gere, que harían que esta obra quedase en una copia de aficionados, de ahí que uno siempre sea tan crítico con Holywood y su escasa imaginación para sacar productos más novedosos y creativos, porque esto, ya lo hemos visto antes, y nos gustó más ¿No son capaces de superarse? ¡Pues mejor que no hagan nada!
Peca de usar mucho tópicos del cine judicial, pero se salva por una narración fluida de la historia, que agiliza un poco las cosas. Nos habla sobre los conflictos entre lo legal y lo justo, que no siempre parecen ir de la mano, y sobre los dilemas que afectan a los personajes propiciados por los conceptos de inocencia o culpabilidad. Es una historia en la que nada parece ser lo que en verdad es, y en la que todo gira de un momento a otro para mostrarte los dos lados de la moneda. Quizás se atasque en su tramo final, -como tantas otras veces- dando vueltas y más vueltas en esa búsqueda por el final apoteósico que no encuentra, porque en la mayor parte de los casos resulta complicado poner un broche de oro en los últimos cinco minutos a algo que no ha generado tanta expectación durante los otros 115 minutos de cinta.
Sinopsis en castellano:
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