Y te diré la verdad. No me voy a esconder ¿Para qué? Todos tenemos una historia tras nuestros pasos, más o menos brillante, más o menos sorprendente, más o menos genial, pero es la nuestra, la que nos define, la que nos identifica, la que ayuda a explicar ciertas actitudes que adoptamos. Quiero que me conozcas, por eso abrí este blog hace más de cinco años, por eso y porque quería compartir con quien estuviese interesado lo que siento, pienso y deseo. Por aquello de no sentirme tan solo a veces.
Es curioso que las personas que más quiero en mi vida sean mis ex-novias. Puede resultar chocante, triste, enfermizo... pónganle la etiqueta que prefieran, pero comprendan que también son por las que más luche, con las que más compartí, con las que más disfruté, a las que más me entregué, y en la mayor parte de los casos, a las que perdí sin que yo tuviese ni la más mínima intención de hacerlo. Suena a victimista, lo sé, pero tienen razón quienes me conocen en que debo tener un buen puñado de satisfacción personal en los bolsillos, y así es, de eso voy bien servido, y no crean que me disgusta, lo que ocurre es que siempre queremos resultados, siempre buscamos ganar, y pocas veces aprendemos a perder. Yo lo he hecho. Igual que aprendí hace ya muchos años a valorar lo que tengo cuando lo tengo, y no cuando se ha perdido.
Creo que cuando se da a los demás ya se obtiene algo inmediatamente. Creo que no es necesario esperar una contrapartida y que la contrapartida no es otra que el mero hecho de ser útil para alguien, ayudarlo, apoyarlo, hacerle feliz. Sin más. Todo lo demás vendrá luego, si ha de venir, que no siempre sucede. Desde crío me he identificado mucho con la película "Ghost" porque en muchas ocasiones me he considerado invisible, como si todo lo que dijese o hiciese no fuese tenido en cuenta, y es una mala sensación.
Sé que a veces quienes se acercan a mí se sienten un poco superados por mis ansias, por esa energía que despliego en muchas ocasiones y que desborda a según quien, y por expresarme quizás con una dosis demasiado alta de emoción y sentimentalismo. Eso se desprende de mi forma de vivir siempre al límite, con una sensibilidad un tanto exagerada, es posible, pero que me ayuda a que siempre tenga ganas de hacer más cosas, de vivir nuevas experiencias, de seguir adelante, de cambiar las cosas, de ver más allá, etc.
Como solía decir...
mañana más y mejor.
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