Hoy, 19 de junio, es mi cumpleaños.
No soy muy dado a decir mi edad. No me gusta. Creo que al final predispone mucho a quien te acaba de conocer a que se genere de forma involuntaria ideas preconcebidas sobre lo que se supone que has vivido, lo que tienes que hacer o lo que no, y de alguna forma creo que determina el modo en el que los demás te ven o te tratan. Por eso prefiero eliminar esa etiqueta. A según qué edad, según qué cosas, y no, no estoy de acuerdo.
Es cierto, me suelen echar menos años de los que tengo. Si me ven, tiran a la baja (algo que por supuesto me agrada), si saben algo de mi ficha; los sitios en los que he estado, lo que he hecho, las actividades en las que he participado; entonces se aproximan más. No he dejado que mi edad sea la que me determine nunca lo que voy a hacer, y creo que en esa decisión radica buena parte de mi actitud para con la vida, de mi forma de ser y de entender el mundo.
Le puse "los niños perdidos" a los amigos músicos que me acompañan de cuando en vez dando conciertos por el mundo adelante, motivado en parte, por la comparación que a veces me hacía alguna gente conocida, con que yo me creía una suerte de Peter Pan que se negaba a crecer y que vive todo con la ilusión de un niño, y aunque difiero de esa imagen, sí que es cierto que algo hay de eso. ¡Por supuesto que quiero crecer! Quiero seguir aprendiendo, y no dejar de hacerlo, quiero progresar, superarme, descubrir nuevas cosas, entender otras que a día de hoy me resultan ajenas, no perder nunca las ganas de hacer, de viajar, de compartir, de besar, de vivir. Tener motivos lo suficientemente tentadores cada mañana para levantarme y para entusiasmarme con la idea de que algo interesante pueda suceder. Si hay un problema, un conflicto, una duda, algo que temer, no hay drama, se afrontará, y será interesante también descubrir la manera de solucinar eso, porque me servirá para otras veces. Uno trata de ir perfeccionándose, de ser mejor persona, y creo que esa es una gran meta, y no tiene fin, de veras lo creo, nunca se termina. Es un camino que dura toda la vida. No me hagáis mucho caso, yo al fin y al cabo no soy más que un sentimental.
Este cumpleaños será bien distinto. Me encuentro en Buenos Aires. Llevo casi un año viviendo a más de doce mil kilómetros de distancia de mi casa. Echo de menos a mi gente, a todos y cada uno/a de mis amigos/as. Lo celebraré con la gente que he ido conociendo aquí en este tiempo. Lo haré como siempre, encima de un escenario. Seguro recordaré otros años, otros momentos, porque esta es una fecha señalada para mí. Cantaré las canciones que me han ido acompañando todo este tiempo, y me dejaré estar en ellas, dicen mucho de mí, de lo que me rodea, y de la gente que he ido conociendo.
He pensado mucho en esta década que dejo atrás...
Llegué a Madrid con 20 años. Tardé lo mío, pero conseguí acabar el bachillerato y la selectividad, y vi cumplido uno de mis grandes sueños; quería conocer Madrid desde dentro. Vivir en la capital, la ciudad de las oportunidades (luego descubrí que la mayoría tenía precio y sobrepasaba mi presupuesto), y sentí que ya era uno más en la Universidad Complutense, y aquello me gustó. Y aprendí mucho, y tuve la suerte de ir a parar a uno de los colegios mayores universitarios más emblemáticos de nuestro país; el Chaminade. Aquello estaba lleno de algunos de los jovenes más prometedores de nuestro estado, y hoy en día, muchos de ellos han conseguido llegar muy lejos en sus distintas profesiones. Ese paso fue un gran paso, me cambió la vida. Me sacó de una ciudad pequeña y me transportó a una mucho más cosmopolita en la que pude entremezclarme con gente de todos los rincones de la península, con maneras de ver las cosas bien distintas. Ese mismo año compuse una colección de canciones que puse como carta de presentación en un cd-libro del que vendí 300 copias entre Vigo y Madrid, y que había sido grabado en directo en el que hasta entonces fue mi conservatorio de Música, Mayeusis, donde aprendí bastante solfeo y guitarra hasta llegar al grado medio.
Con 21 años compatibilicé mis estudios en la Licenciatura de Geografía, en la que aprendí más de una cosa interesante, con preparar mi primer disco. Éste se publicó en junio de 2004 con el título "Turno de noche", en honor a que aquel año, que me lo pasé viviendo de noche, mientras trabajaba de conserje en el colegio mayor, y también como homenaje a mi madre, que como enfermera, ha realizado este tipo de turno durante toda su carrera. Todo aquello fue posible gracias a la ayuda de mi abuela que contribuyó a que pudiese ver cumplido mi gran sueño. Ese año, el colegio mayor pasó de ser exclusivamente masculino a mixto, lo que también supuso un pequeño cambio en mi vida.
Con 22 años conocí a Quique González, del que recibí clases, y a algunos de mis referentes como Pedro Guerra (con el que llegué a tocar) y Luis Eduardo Aute (con el que me escribía cartas). Me mudé a la calle Hilarión Eslava, en el barrio de Moncloa/Argüelles, y tuve la fortuna de poder vivir en un piso con tres de mis mejores amigos de toda la vida, algo que por desgracia ya no he vuelto a poder hacer. Recuerdo mucho aquel año por lo intenso que fue. Empecé a tratar de ahorrar el dinero que iba consiguiendo con la música, y esto también marcó mucho los siguientes años, la idea del esfuerzo y el sacrificio que tenía que hacer para poder ir poco a poco juntando los pocos euros que recibía por las ventas de mis discos y de los conciertos, para así poder algún día hacer todas aquellas actividades que proyectaba. Mi mente como siempre iba mucho más rápido que mis manos.
Llegué a La Habana con 23 años. Había pasado el verano dando conciertos, y había abandonado Madrid con la idea de cerrar un ciclo. Nunca pensé en qué vendría después. Una especia de viaje a ninguna parte. Cuba fue mi isla de Nunca Jamás. Me atrapó y me convirtió en la persona que soy hoy en día. Descubrí la pobreza, el valor de las ideas, a relativizar todo lo que a uno le sucede, lo que ilumina una sonrisa, lo que llena un abrazo, y que necesitas pocas cosas para vivir... muy pocas. En la Escuela Nacional de Arte aprendí mucha música. Conocí a dos de mis "niños perdidos" y nuestra amistad no ha dejado de crecer desde entonces. Me emocioné y me enamoré aún más del concepto. Pensé en cómo sería el mundo si no imperase la idea capitalista que casi todos conocemos. Experimenté mucho a nivel sexual y me divertí como nunca. Cuando regresé un año más tarde, no sabía qué era real y qué imaginado. Sigue siendo posiblemente la experiencia más increíble que he vivido.
Conocí a Natalia. Yo tenía 24. Había vuelto a Vigo. A casa de mi madre muchos años más tarde. Casi había olvidado la carrera de Geografía, y aunque traté de mantenerla a distancia aquello no cuadraba. Natalia se convirtió en mi palabra preferida y me hizo descubrir sentimientos y sensaciones que no conocía. Me enamoré de ella y la quise más que a mi propia vida. Se hicieron familiares los viajes de más de mil kilómetros para ir a verla a Málaga, donde ella vivía. Mientras, pasé a participar en todo cuanto proyecto cultural me encontraba en mi ciudad, y si no existía, lo creaba. Así, colaboré con varias emisoras de radio, algunas publicaciones escritas, actué en centros educativos, monté festivales, y fundé La Tanda, el proyecto en el que más me he volcado en mi vida, y en el qué ayudado por un grupo de amigos/as, conseguimos juntar semana a semana a decenas de personas para asistir a las presentaciones de música, literatura, cine, fotografía, pintura, y demás artes en vivo y en directo en un local de la ciudad, colaborando además solidariamente con una ONG. Cuando me di cuenta estaba metido en mil y una cosas al día, y eso definió mucho la vida que he llevado desde entonces, en una rueda que no para, un frenesí casi constante, y afortunadamente sin demasiados altibajos.
Tardé mucho en dedicarme a nada que no fuese estrictamente musical, pero tuve que hacerlo a los 25 años. Me puse a trabajar de comercial para unas empresas en Vigo sin dejar de lado mi labor artística y eso se notó en el ritmo de vida que llevaba. Aquel año siempre lo recordaré como el año de las 14 horas. Ese era el tiempo que pasaba ocupando en diferentes trabajos y actividades. En la seguridad social aparecía como pluriempleado... ¡y vaya si lo era! Vivía en el centro de la ciudad en un precioso loft con Natalia. Había conseguido que ella viniese a vivir allí conmigo, y aquello fue algo que nunca olvidaré y por lo que le estaré siempre agradecido. Fui feliz con ella. La experiencia de vivir en pareja... tengo una canción bastante alegre y positiva que habla sobre ello. "Partes de mí por todas partes". Tomé una de las decisiones más importantes de esta década el día que abrí una tienda de regalo en el centro comercial camelias con el nombre de "O Sapoconcho". La mantuve durante los dos años siguientes en los que me adentré en la difícil tarea de subsistir siendo autónomo. Una proeza. Luego de todo esto sentí que había llegado a mi límite. No podía abarcar más.
El año siguiente, ya con 26 años, Natalia se trasladó a vivir a Londres. Eso me dejó algo tocado anímicamente, así que decidí centrarme en la tienda y empezar una de las giras de conciertos más fructíferas e importantes de mi carrera. La llamé "Kit de Salvamento", porque aquello tenía mucho de salvoconducto, de vía de escape, de soluciones de emergencia. Di casi 70 conciertos en un año y por vez primera recorrí el país entero... o casi. Todo ello gracias a mi última adquisición; Alfie, un coche de segunda mano gracias al cual no dejé de moverme de un lado para otro compartiendo escenario con montones de compañeros de la profesión. Regresé a casa de mi madre, y busqué nuevas amistades en mi ciudad, ya que mis amigos de siempre se encontraban dispersos por distintas ciudades y se volvía cada vez más complicado poder reunirnos.
Los 27 fueron consecuencia directa de lo que se venía cocinando un año atrás. Permanecí en vigo y continué viviendo en casa de mi madre, pero decidí cerrar la tienda y centrarme por completo en la música. La crisis económica había estallado en el país y las cosas se ponían muy complicadas, yo me veía allí encerrado por mucho tiempo y sin demasiadas opciones de crecer a corto plazo así que me armé de valor y terminé con todas aquellas actividades que había ido acumulando en los años que duró mi relación con Natalia, y que se terminó cuando alcanzamos los tres años. Nunca quise que se terminase, pero fue un final acorde a la relación que habíamos tenido. Es extraño decir que una relación termina bien, pero creo de veras que así fue. Mucho respeto y mucha admiración mutua lo hicieron posible. Animado por muchos de mis amigos-músicos y aún a pesar de no tener el dinero que quería para hacer mi proyecto musical, optamos por la vía alternativa de buscar financiación de terceros, patrocinios, subvenciones, y favores, muchos favores de unos y de otros para conseguir ir grabando, con la perseverante ayuda de mi productor, mi segundo disco "Y tú más!". Gracias a todos ellos conseguí no arriesgarme económicamente y poder seguir adelante con mi carrera. Tenía 35 canciones acumuladas en los más de cinco años que habían pasado desde mi primer disco y había conseguido recuperar lo invertido, además de vender las 1.000 unidades que habíamos fabricado y distribuir los 500 singles que habíamos hecho. Me sentía cómodo con alguna de mis canciones y venían acompañándome mucho tiempo, así que grabarlas supuso un acto muy reconfortante.
Publiqué mi segundo disco con 28 años. Me pasé el año entero girando. Di más de 80 conciertos en apenas diez meses. A veces me sentía solo con tanto viaje, pero no paré de conocer gente, lugares, y de atravesar situaciones de lo más variopintas. Eso hace al músico. Experimenté lo que es vivir en la carretera, no saber si vas a llegar a un sitio, ni en qué condiciones. Me dejé la garganta en más de un local, y las ilusiones en más de una aciaga noche, pero también tuve muchas satisfacciones, y me acosté feliz la mayor parte de las veces, sintiendo que nada podía pagar el hacer lo que realmente quería. Di un paso al frente y me volví a ir a vivir de forma independiente, en este caso en mi barrio de siempre, Camelias, con unos/as estudiantes. Tuve mi relación formal que funcionó seis meses. Se terminó y empecé a descubrir que casi todo había estado basado en la mentira. Aquello me hizo retroceder mucho en mi apertura hacia los demás, sobre todo en tomarme en serio las relaciones de pareja. Falleció mi abuela, a la que estaba sentimentalmente muy unido, aunque no me sorprendió, porque era ya muy, muy mayor. Malviví exclusivamente de mi música, de mis canciones, de mis discos, y de mis conciertos. Quizás uno de los años más intensos y viscerales de mi vida. Tenía la sensación de que los días no acababan nunca y no paraba de llenar las horas con planes. Pero como casi siempre en mi vida no duraría mucho. Todo terminó de pronto cuando se produjo una serie de circunstancias que de un mes para otro hicieron que pudiese cumplir otro de mis grandes sueños:
Vivir en Buenos Aires y estudiar en una de las mejores escuela de toda américa; la EMBA. Tenía 29 años. Una oportunidad y una ocasión que se presentan rara vez. En mi caso, era la segunda vez que esto ocurría, y no dudé. Me trasladé a vivir al París americano como le llaman algunos. Un año en el que seguí dando a conocer mis canciones, mis discos, haciendo conciertos, y descubriendo una cultura, muy emparentada con la nuestra, pero con raíces y tradiciones propias. Un lugar en el que sentirse extraño y cómodo al mismo tiempo, la ciudad de las contradicciones por antonomásia. Di un salto de calidad a nivel formativo, y amplié mi espectro musical, algo que enriqueció mucho el sonido de mis temas. Acrecenté mi sentimiento de soledad y de desarraigo al verme tan lejos de mis raíces y de mi gente, aunque igual de sólo me había sentido el año anterior, y es que la apuesta por la música me obligaba y dificultaba el poder permanecer mucho tiempo en un mismo lugar, el tener cierta estabilidad, tanto económica como de hábitos, pero eso formaba ya parte de mi naturaleza y de mi forma de vivir. Mi madre me apoyó mucho en este paso, y me animó desde la distancia en todo momento.
Y hoy estoy aquí, recordando muchas caras, muchos nombres, muchos sitios, muchas canciones,... momentos que forman parte de una década en la que bien mirado, año a año, no ha habido uno malo, y no sabéis lo feliz que me hace eso, poder realizar cierta retrospectiva y darme cuenta de que he crecido, he madurado, he vivido, y he sido yo mismo, he seguido el camino que deseaba seguir, sin reproches, sin engaños,... esta ha sido mi década. No tengo ni la más remota idea de qué haré a partir de mañana, bueno si, haré lo que me guste, lo que quiera hacer. Sólo se vive una vez. Ojalá la salud me siga respetando y todas aquellas personas que habéis contribuído a que mi vida sea así, sigáis formando parte de ella en los próximos años. Gracias a quienes se han acercado a mí a través de mis canciones y a quienes se acercaron a mis canciones después de haberse acercado a mí.
Mi madre es hoy más protagonista que nunca. Pienso en qué sentirá ella al verme, al ver el hombre en el que me he convertido. Pienso que ahora, que me he puesto a pensar en ello, no hay nada como sentir que uno ha sido fiel a sus convicciones, y espero de veras haber ayudado a que otros/as hayan sido más felices gracias a mí.
Como diría una abuela... "por lo menos no roba y no mata".
Felicidad para todos/as. Un placer haber compartido esta charla con vosotros/as.
Buenos Aires, 19 de junio de 2012
Firmado,
Buenos Aires, 19 de junio de 2012
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10 comentarios:
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡FELIZZZZZZ CUMPLEAÑOSSSS!!!!!!!!
Qué buena síntesis de tu vida, te he leído con una sonrisa grandota y en el medio haciendo reservas para esta noche, allí nos vemos para darte un abrazo, tirones de oreja y decirte lo mucho que te has hecho querer Samuel Leví.
Los Rives en pleno estaremos esta noche con vos =)
Besos!!
¿Solo te llevo 3 años?
Joder macho, pensaba que te llevaba por lo menos 10.
No se los demás, pero yo nunca he visto en tí esa parte peterpaniana, más bien al contrario. Lo poco que te conozco (cosa que estaría bien ir arreglando) da para pensar que eres una persona con muchas ganas de crecer, al contrario que Peter Pan, eso sí, siempre pensando en no perder lo bueno de las épocas anteriores.
Otra cosa es que no cuadres con la norma y conducta social de como crea la mayoría que hay que hacerlo.
Pero no tenemos la culpa de que ellos lo hagan mal, jajajaja
Un abrazo, hermano Leví.
¡¡Qué texto más chulo!! Bueno, lo primero que debo escribir es¡¡ felicidades!!, por los años cumplidos y por una vida que hasta el momento parece muy interesante. La verdad es que tienes un poco de todo o ya has vivido muchas cosas:amigos,una relación que te ha marcado, una familia a la que quieres, viajes, has vivido en varios lugares sólo y acompañado... por lo menos ya tienes una vida más completa que yo (aunque yo soy más joven que tú~jeje~bueno, solo un poquito).
Todo lo que cuentas es genial aunque lo mejor seguro que está por venir. Espero que la música te traiga muchas alegrías, y por lo que leo ya te las está dando; que la familia y los amigos te acompañen siempre porque en todo lo que escribes se nota que los quieres un montón;que el amor si no llegó...que llegue y te haga feliz porque es algo fundamental en la vida; y que sigas escribiendo y contándonos cosas interesantes a tus fans para conocerte algo màs.
Un abrazo y felicidades!!!
Gracias Pato por venir, por ser una suerte de madre argentina para mí, por cuidarme del modo en el que lo haces, y valorarme. Tu cariño ha sido imprescindible para mí. Te llevo conmigo. Te quiero!
Joaquín!
¿Cuántos años pensabas que me sacabas? Ya ves... poquitos. ¡Será que estoy hecho un pincel! jajaja!!
Tal y como me ves, imagino que es como soy, porque aunque tú lo pongas en duda me conoces bien, o me tienes muy pero que muy calado.
Un abrazo enorme y mil veces gracias por estar ahí!!
Gracias Fan! Eres muy amable.
Lo cierto es que estoy muy satisfecho con lo que he vivido. Me siento muy a gusto. Tengo mis histerias, pero no voy a quejarme.
Seguiremos en contacto.
Aquí me tienes.
Un abrazo!!!
Samu despues de leer esta carta puedo de decir con la boca bien grande que todo lo que has vivido te ha echo crecer como persona y ser el sentimental y cariñoso Samuel Leví que conozco. Eres GRANDE como persona y como artista,llegas al publico con tus letras porque sientes tu música y haces que nosotros compartamos ese sentimiento,viendo dia a dia que quieres crecer en tu musica,pero sin dejar nunca atrás todo lo que te hace ser como eres...Valiente,dulce,justo y sobre todo humilde.
Un besazo y un abrazo en la distancia samu :)
Vaya!! Muchas gracias Marta!! Me has dejado sin palabras. De veras, que es un honor que pienses así.
Intentaré, principalmente, ser honesto conmigo mismo, para así poder serlo con los demás. Siempre he perseguido eso, y duermo bien.
Gracias por leerme!!
Hola, Samuel.
Te he buscado un regalo de cumpleaños, llega un poquito tarde :(, lo siento. Ni siquiera sé si te gusta la poesía, aunque tú eres ya un poeta, pero de las cosas que tengo es lo que te puedo enviar, así que de mis poemas favoritos he elegido este de Goytisolo que de alguna forma describe tu trabajo, así que espero que te guste. Un saludo!!!
El oficio del poeta
Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.
Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.
La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su autentico dueño.
¡Por supuesto que me gusta!
No conocía este poema de Goytisolo. Te agradezco mucho el regalo. Motivador. Tengo ganas de poder dar a conocer nuevas canciones. Hay letras que me han dejado seco. Esa es la idea.
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