Valoración: 6
Gracias a esta película podré decir que al menos caté algo del BAFICI '12 (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) que se celebra desde 1999 y del que tenéis más información en esta web: www.bafici.gov.ar Es más, fue todo un detalle que los actores Esteban Lamothe y Valeria Correa, junto al director Santiago Mitre, nos la presentasen minutos antes de su visionado en la misma sala de cine. Además, yo iba muy bien acompañado y eso siempre ayuda a que uno se sienta mucho más a gusto.
Gregorio Belinchón, del diario El País, decía esto sobre la cinta:
"Una propuesta sorprendente y a la vez clásica. (...) Inteligente, intrigante (...) Mitre usa la Universidad como si fuera la presidencia de un país o de una empresa. Y funciona."
Y es que, esta película argentina, a pesar de su carácter independiente, ya ha acumulado dos premios:
Se nota su carácter argentino en la forma de tratar la historia, en la importancia de cada diálogo, en la pausa, esa manera tan propia del cine argentino de tratar las relaciones personales, de dotar a cada escena de cierta trascendencia, de tomarse su tiempo para dejar todo bien atado, bien definido. Hay a quien puede resultarle lento, pero huelga decir que no es un "cine pochoclero". No creo que el director haya pretendido hacer un alegato político intenso, sino más bien, una sentida reflexión sobre el papel de la juventud en los cambios sociales, la necesidad de su implicación, y el oscuro entramado de intereses y deslealtades con los que se va encontrando el espectador, bien conducido por el actor principal, en su iniciación en el mundo de la política a través de la universidad, donde por cierto, se desarrolla la práctica totalidad de la trama. Lo que pensé es en la gran diferencia existente entre lo que la película propone en una universidad argentina, y lo que en realidad ocurre en una española, y si esa diferencia es tan grande, porque "haberla haila" o al menos esa es la sensación que mi experiencia universitaria me indica. Visto con los ojos de un español, la película da la sensación de estar ubicada temporalmente en un tiempo lejano, y no es así. Y quizás me da esa sensación por lo que vengo comentando, esos tiempos de batalla de ideas que ahora ha recuperado el movimiento indignado en nuestro país, no se han producido en décadas en nuestras universidades, y si, es una lástima, porque el diálogo, la reflexión, la preocupación por los problemas sociales, no debería ser pasto de idealistas, románticos, y freaks, debería ser una praxis habitual en la vida de jóvenes veinteañeros. Si no ¿Cuándo?
La película, sin apenas medios, fue rodada durante siete meses en la Facultad de Ciencias Sociales de Buenos Aires. Se nota que le han echado horas en el resultado final. Logra que te sientas parte de la universidad, que por momentos te de la sensación de estar allí dentro, aunque hay ciertos momentos en que la calidad de la iluminación, y la calidad de la fotografía bajan sensiblemente. En ese sentido el trabajo no me parece destacable ya que algunas escenas rebajan sensiblemente el nivel técnico. Quizás falta de medios, quizás pocos recursos técnicos, pero se nota, aunque no hace desmerecer en exceso la impresión general sobre la película. Acertada a mi juicio la utilización de la voz en off, que ayuda a mantener cierta distancia con la historia y poder valorarla sin empatizar tanto con los personajes, además de ayudar en la narración de los hechos y de ordenarlos.
Esteban Lamothe, que protagoniza la cinta, no tiene carisma, ni él ni su personaje, al menos no si lo juzgamos únicamente por esta película, sin embargo consigue arrastrarte hasta el final, aunque en algunos momentos lo dudes. Poca capacidad gestual, y un rictus muy anodino en muchos momentos, no acaba de engancharte. Puede que el personaje que interpreta tenga mucho que ver, y puede que en ciertos aspectos no esté demasiado bien pulido, y se antoje un mero canalizador para llevarnos a la aventura de conocer la política universitaria y su entramado desde dentro. Ahí también flojea la cinta. En su relación de pareja con Romina Paula, también. No acaban de conectar en ningún momento, y al final no sabes muy bien con qué impresión quedarte sobre ellos, eso a pesar de que la actriz arranca bien su entrada en la historia. Me gusta más cuando calla que cuando habla. ¿Culpa del guión? No lo sé, pero sé que sucede un tanto de lo mismo con Valeria Correa, a la que la historia nos presenta de forma muy correcta al principio, interpreta bien su papel, pero luego, cae en espacio de nadie durante más de una hora de metraje donde sus apariciones son asépticas. La cuadratura del círculo lo completa un experimentado Ricardo Félix, al que veo muy creíble en su interpretación y perfectamente definido. Exquisito en su interpretación. No le sobra ni le falta nada, en el papel del catedrático vinculado a la política que trata de manipular a ciertos grupos estudiantiles hacia sus intereses.
¿Cómo llega un político al poder? ¿Cuándo y cómo se convierte uno en político? ¿Qué papel juegan el nivel académico, las relaciones personales, el carisma y las ideas en todo ello? "El estudiante" nos muestra un juego de estrategia que se inicia en la vida universitaria pero es necesario extrapolarlo y llevalo más allá, a un punto más universal si se quiere de lo que es la política. La ética, la lealtad, los valores, las ideas, los mecanismos de poder, etc. Se vienen tiempos de cambio. Hartos como lo estamos de la clase política, es interesante pensar en qué queremos y qué podemos hacer al respecto.
Y es que, esta película argentina, a pesar de su carácter independiente, ya ha acumulado dos premios:
Mejor Película, Guión, y Premio del Jurado Jóven en el Festival de Gijón 2011 y el Premio Especial del Jurado en el Festival de Locarno 2011.
Se nota su carácter argentino en la forma de tratar la historia, en la importancia de cada diálogo, en la pausa, esa manera tan propia del cine argentino de tratar las relaciones personales, de dotar a cada escena de cierta trascendencia, de tomarse su tiempo para dejar todo bien atado, bien definido. Hay a quien puede resultarle lento, pero huelga decir que no es un "cine pochoclero". No creo que el director haya pretendido hacer un alegato político intenso, sino más bien, una sentida reflexión sobre el papel de la juventud en los cambios sociales, la necesidad de su implicación, y el oscuro entramado de intereses y deslealtades con los que se va encontrando el espectador, bien conducido por el actor principal, en su iniciación en el mundo de la política a través de la universidad, donde por cierto, se desarrolla la práctica totalidad de la trama. Lo que pensé es en la gran diferencia existente entre lo que la película propone en una universidad argentina, y lo que en realidad ocurre en una española, y si esa diferencia es tan grande, porque "haberla haila" o al menos esa es la sensación que mi experiencia universitaria me indica. Visto con los ojos de un español, la película da la sensación de estar ubicada temporalmente en un tiempo lejano, y no es así. Y quizás me da esa sensación por lo que vengo comentando, esos tiempos de batalla de ideas que ahora ha recuperado el movimiento indignado en nuestro país, no se han producido en décadas en nuestras universidades, y si, es una lástima, porque el diálogo, la reflexión, la preocupación por los problemas sociales, no debería ser pasto de idealistas, románticos, y freaks, debería ser una praxis habitual en la vida de jóvenes veinteañeros. Si no ¿Cuándo?
La película, sin apenas medios, fue rodada durante siete meses en la Facultad de Ciencias Sociales de Buenos Aires. Se nota que le han echado horas en el resultado final. Logra que te sientas parte de la universidad, que por momentos te de la sensación de estar allí dentro, aunque hay ciertos momentos en que la calidad de la iluminación, y la calidad de la fotografía bajan sensiblemente. En ese sentido el trabajo no me parece destacable ya que algunas escenas rebajan sensiblemente el nivel técnico. Quizás falta de medios, quizás pocos recursos técnicos, pero se nota, aunque no hace desmerecer en exceso la impresión general sobre la película. Acertada a mi juicio la utilización de la voz en off, que ayuda a mantener cierta distancia con la historia y poder valorarla sin empatizar tanto con los personajes, además de ayudar en la narración de los hechos y de ordenarlos.

¿Cómo llega un político al poder? ¿Cuándo y cómo se convierte uno en político? ¿Qué papel juegan el nivel académico, las relaciones personales, el carisma y las ideas en todo ello? "El estudiante" nos muestra un juego de estrategia que se inicia en la vida universitaria pero es necesario extrapolarlo y llevalo más allá, a un punto más universal si se quiere de lo que es la política. La ética, la lealtad, los valores, las ideas, los mecanismos de poder, etc. Se vienen tiempos de cambio. Hartos como lo estamos de la clase política, es interesante pensar en qué queremos y qué podemos hacer al respecto.
Sinopsis en castellano:
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