Esta semana estoy de dulce. Me he reencontrado con las mejores sensaciones que uno puede tener sobre un escenario, y también al bajarse de él. El jueves me convertí en el primer artista vigués que actúa en el nuevo Auditorio "Mar de Vigo". Mientas cantábamos, encajados contra dos paredes de cristal, el público veía a nuestra espalda la entrada de la ría de Vigo, coronada por las islas cies, y parte de la ciudad. Poco a poco, a medida que pasaban los minutos el sol fue ocultándose. Poder ver la puesta de sol, acompañado como lo hice por buenos amigos sobre el escenario, y sabiendo que estás siendo sincero con tu propuesta y que quienes han acudido a verte lo agradecen con aplausos y miradas cómplices, es lo más gratificante que puede haber para mí. Me alegra saber que quienes fueron han disfrutado, y quiero agradecer a Miguel Castro (productor y guitarrista), Juan Rodriguez "Toño" (percusionista), Xermán Bugallo (guitarrista y voz del grupo "Septiembre"), Pablo Álvarez "Medin" (voz y guitarra del grupo Septiembre), Noelia Álvarez (corista) y Toño (voz principal del grupo "The Soul Jacket), que me acompañasen porque les adoro y gracias a ellos el espectáculo fue mucho mejor. Por último, -y no menos importante- Cosme, que estuvo en el sonido, y sin el que nada se podría haber hecho tal y como se hizo. El ayuntamiento de Vigo, por medio de Alcaldía, que patrocinó el concierto y me brindó una de las mejores oportunidades de mi carrera profesional, y a los que tengo que estar muy agradecido. Son cosas que no se olvidan. Tampoco me olvido de Daniel Miranda, director del Auditorio y que nos ayudó en todo lo que pudo con el montaje y la preparación de la actividad.
Al día siguiente, vino Mayeusis. Volver a tocar en la escuela en la que aprendí lo poco que sé de guitarra gracias a Ernesto Campos, y colaborar con algunos/as de sus alumnos/as para recaudar fondos para su viaje de fin de curso, es algo que me hizo especial ilusión. Me reencontré con viejos conocidos y disfruté mucho. Sé de alguna gente que se llevó el disco para casa y me alegro. Xermán Bugallo y yo volvimos a tocar juntos. Me siento muy ligado a él y creo que nos compenetramos muy bien, hay esa química necesaria sobre el escenario. Se tiene o no se tiene. Luego tocaron mis amigos de Punto y Coma, con Paul a la cabeza. Un tipo formidable. Con nosotros colaboró Henry Warrinton, uno de los artistas emergentes más especiales y diferentes que conozco, un animal de escenario y un chico con un talento enorme. Cerró el concierto el grupo "The Last Verses" que demostró que las cosas se consiguen ensayando, y se nota que les gusta lo que hacen y que se lo toman muy en serio. Sonó muy bien amarrado.
No puedo decir otra cosa; estoy muy contento. Feliz de veras por ver que esta segunda temporada de conciertos aún me tiene reservadas muchas fechas, muchas citas agradables, mucha gente a la que conocer y con la que compartir música. Canciones nuevas que vendrán, canciones que recién salen, y canciones que llevan conmigo años, recordándome quién soy, de dónde vengo, y cuales son las ideas que me han traído hasta aquí.
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