
No vas a Paris por ver la Torre Eiffel, pero no te vas de allí sin llevártela en el recuerdo para siempre.
Tampoco vas al cine por las palomitas...
Escuchaba el otro día hablar sobre "el movimiento artístico" de una ciudad, en este caso el debate se cernía sobre mi Vigo natal.
Cuando uno organiza actividades culturales está de algún modo ayudando a incrementar la oferta de su localidad, sea o no protagonista activo de las mismas. Eso es bueno. Activa las cosas. Se generan sinergias, colaboraciones, participación activa de otros artistas, y puede darse el efecto llamada de que otros hagan cosas similares. Eso, también es bueno.
Lo que suele ocurrir es que uno piensa que por el hecho de fomentar algunas actividades y hacerlo con ímpetu y energía, eso ya se expande por todas las calles y contagia a la ciudad, como si se "activase la escena artística". Esa escena, en mayor o menor medida, suele existir. Otra cosa es si es participativa, abierta, plural, diversa...
Que tu grupo de conocidos y amigos cercanos se involucren en tus iniciativas no sirve de referencia para considerar que la ciudad se mueve culturalmente. Voy más allá; los artistas podemos poner todo de nuestra parte, todo, si no hay público, si éste permanece de espaldas, nunca lograremos ese pretendido movimiento cultural. He visto a compañeros, y a mí mismo (por supuesto), tocar, actuar, exponer, recitar,... para sus amigos, y éstos, ni siquiera interrelacionar con otros artistas y otros espectáculos más que los de sus allegados. Círculos que no se tocan. Y pequeños, además. Lo admitimos siempre los propios músicos, colegas de siempre de la profesión, que no acudimos a los conciertos de nuestros compañeros (entono el mea culpa).
Y sé que no gano nada con esta reflexión, pero para que en una ciudad como la nuestra, se genere un movimiento cultural y artístico, hace falta compromiso por parte de las instituciones (que se impliquen en la efervescencia creativa de la ciudad, y dejen de lado los desacuerdos políticos y los intereses económicos, sin pretender agradar a la masa social y salvaguardando siempre a las minorías), las empresas del sector cultural (que terminan por convertirse en pequeños círculos mafiosos de amiguismos), y sobre todo, y por encima de todos; de la ciudadanía. La cultura es una herencia que hay que aprender, revisar, actualizar, como el lenguaje está viva y hay que practicarla, si no, perece. El arte se aprecia, se siente, se palpa, se percibe... para ello hay que tener los ojos y la mente bien abiertos.
No vamos al cine para comer palomitas. Puede gustarte comer palomitas mientras ves una buena película (o no). Podemos quedar con amigos para ir a tomar algo a una terraza y presumir al día siguiente de que fuimos a un concierto, porque un chico tocaba la guitarra de fondo mientras charlábamos con los nuestros, y fíjate, no lo hacía mal. Eso, perdonadme, no es ir a un concierto. Lo curioso es que puedes ir a un concierto con tus amigos y de paso tomarte algo. ¿De verdad crees que he dicho lo mismo? Piénsalo bien.
Habrá una escena cultural cuando en esta ciudad la gente vaya a ver conciertos, películas, exposiciones, teatro, recitales, etc. y disfruten de ello, más allá de si comen palomitas, beben cerveza, o conversan con un/a conocido/a. Tú, que no dudas en pagar por un par de tragos o por unas caladas de humo pero que pones reparos a pagar una entrada para un espectáculo, no me vas a convencer de que apoyas la escena local artística por haberte dado cuenta de que el músico que toca en ese bar en el que estás ha terminado su canción. Y entonces aplaudes.
Apoyar el arte y la escena cultural de tu ciudad es otra cosa.
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Ella puede sostenerte, o al menos eso te hace creer. No has de tener miedo, ella estará a tu lado, te lo ha dicho muchas veces. Al principio siempre da miedo, pero tú tienes tu vida, y ella es sólo una invitada top. Con el tiempo... con el tiempo ya no hay fiesta si ella no está. Lo ha logrado. Una estructura tan grande y firme, un tipo tan estable, tan seguro de sí mismo, tan valiente, está ahora sobre sus manos, y si, puede abrir los dedos.
Detrás de cada logro que uno alcanza hay muchas veces una mujer que te incentivó a dar el paso. Como hombre, estoy convencido de ello. Protagonistas en la sombra, cada día menos, por suerte. Las fotos son preciosas, pero no olvidemos que hay alguien detrás, apretando el botón en el momento preciso, en el lugar adecuado, y en este caso no lo digo por mí ¡Ni mucho menos!, lo digo por ella, que siempre prende el botón y enciende la luz cuando amenazan las sombras y la oscuridad.
No es fácil ser novia, ni madre, ni hermana, ni hija, ni siquiera es fácil ser mujer. Y pensar que son todo eso y mucho más!
Las chicas son magníficas.
Otros lugares en donde encontrarnos:
www.google.com/+SamuelLevi
— en
Place Joffre.
Fotografiar París en blanco y negro me llevó a pensar en su pasado, en aquellos artistas que la visitaron y la vivieron mucho antes de que yo conociese su esplendor.
Nunca me decido, ¿Fotos en color o en blanco y negro? Me gustan ambas así que a veces hago las mismas fotos dos veces y luego elijo... o no, como en el caso de la Torre Eiffel.
324 metros de altura para una construcción innovadora que maravilló al mundo por allá por 1889. Votada como la 9ª maravilla del mundo, merece la pena ser visitada, ¡Desde luego que sí!
Impresionante!
Hoy que se celebra el día de los abuelos, recuerdo a los míos. Sólo dos. En estas cosas de la familia a mí siempre me dieron medio. Ya fue.
La cuestión es que mi abuela María y mi abuelo Félix eran la noche y el día en cuestiones de fe. Mi abuela entraba en la iglesia casi todos los días, y mi abuelo se quedaba fuera y recogía para mí piñones de un árbol "centenario" que estaba a la puerta de la iglesia. Los años, y la especulación urbanística, además del afán recaudatorio de la iglesia 2.0 hicieron desaparecer el árbol y las esperanzas de que el ejemplo de mi abuela triunfase en mí. Ahí ganó mi abuelo. No tuvo nada que ver el hecho de que me obsequiase de cuando en vez con una gominola de "plátano", cuando decidíamos escaparnos al "furancho" más cercano. El creía en la suerte de las máquinas de azar y en su buena mano con la "brisca".
De las iglesias me quedo con su arquitectura y sus fantásticas obras de arte. Con nada más. En ese sentido siempre han sabido llamar la atención. No hay mayor destello de grandeza y esplendor que las construcciones que adornan las principales capitales del mundo.
En estos días que corren, el verdadero opio del pueblo es el fútbol, donde cada fin de semana uno expía sus culpas y sus pecados contra el equipo rival.
Esta maravilla es la Iglesia de San Eustaquio en Paris, ubicada en el Forum des Halles, y de estilo gótico, se terminó en 1966. ¿Se imaginan lo que debió ser ver construído algo así en aquel momento? Me sorprende a mí hoy en día...!!
No vamos a hacer ningún arco de iglesia pero trataremos de sorprenderos a nuestro modo en nuestro próximo concierto...
Entra y te bendeciremos con nuestros amorosos sonidos:
14 de agosto de 2016 – Sala Radar – Vigo – Con Blunk!
Entradas:
Me gusta salir a recorrer las calles de las ciudades de noche. Los monumentos también pueden ser observados de forma distinta en la noche, y algunos, hasta resultan más bellos.
He aquí la Église de la Sainte Trinité o Iglesia de la Santa Trinidad, en el IX Distrito de Paris (9ème arrondissement - Paris). Estilo neorrenacentista.
Es curioso, nunca entro en una iglesia. Una leyenda dice que quizás me vuelvo incandescente y me prendo fuego, no lo sé. Por si acaso, me mantengo lejos.
Lo que sí es cierto es que la noche sólo confunde a quien se deja confundir, a mí, normalmente, me aclara mucho las cosas.
No tiene tanto tiempo como esta iglesia, pero ya empieza a acumular anécdotas y noches de gloria nuestro 2º álbum.
Échale un vistazo, aunque sea en plena noche y a oscuras:
A las puertas de la Iglesia de San Eustaquio (Eglise Saint-Eustache), una maravilla que plantaron en el barrio del Forum de les Halles en Paris, hace la friolera de 500 años.
A las puertas...
Pienso en esa idea, la de estar cerca de algo y no saber qué se esconde detrás. Hay puertas que no atravesamos por miedo, hay otras que parecen cerradas, o eso creemos. A veces algunas las derribamos a patadas, sin pensarlo mucho, con cierta furia. Lo que está claro es que no siempre hay detrás algo que merezca la pena, y es que eso nunca lo sabremos si no lo intentamos. ¿Hay puertas que merece la pena dejarlas cerradas? Tal vez sí.
La vida me parece una aventura extraodinaria, de veras que sí. Que nadie te diga qué debes hacer con tu vida, es tuya. Haz lo que quieras hacer. A lo largo de mi carrera me he encontrado infinidad de puertas cerradas, y algunas que lo han hecho en mi propia cara. No nos tomemos todo a la tremenda. Quién sabe si dentro de unos años un golpe de viento no las abrirá de par en par.
No hay tiempo perdido, ni tiempo que perder.
Gracias a todas aquellas personas que me abren las puertas de su casa y de sus vidas. Se está de lujo ahí dentro.
Aquí les muestro mis filias y mis fobias:
Lo tiene todo bajo su control.
Ella y las famosas bolas mágicas.
De ella depende que se abra o no juego. ¿Hay partida?
Me fascina esa capacidad de la mujer de sobreponerse a todo, de poder con todo. Desde niño, crecí un tanto solo, pero siempre con mujeres alrededor. Ellas estaban hechas de otra pasta. Carácteres indómitos, que iban de la fortaleza más absoluta, a la más sincera y cálida caricia. Como hombre, decir que es apasionante y tremendo el tratar de desenmascarar y descubrir a una mujer.
Laura tiene lo suyo, y a veces, me deja que sea un poco mío también.
Tendría que tener un mensaje de cabecera, para cuando la conozcas, a modo de advertencia:
"Conmigo no te aburrirás nunca".
Y no puede ser más cierto.
Ponle un poco de música:
La vida es mejor compartida.
Lo creo ciegamente.
En los buenos momentos, siempre buscas alguien con quien celebrar, y en los malos, reconforta tener a alguien que te haga menos pesada la carga, que te ayude a ponerte en pie, que prenda la luz y te saque de dudas a base de besos.
Ya no hablemos de lo mágico que es coincidir, de las bondades de llegar a un acuerdo, del juego de tratar de hacer feliz a los demás, y de cómo te llenas llenando, ayudando, dando.
Prueben. Sabe a gloria.
Salgan a buscar sus bolas mágicas. Más entretenido que cazar pokémons, y mucho más gratificante.
Aún a pesar de nuestras deficiencias, el ser humano es capaz de lograr auténticos prodigios. Si a eso le sumamos un planeta hermoso, sólo tenemos que tratar de no fastidiarlo.
Mi pequeño y humilde aporte; un poco de música:
https://soundcloud.com/samuel-levi-9
— con
Lau Arias en
Domaine national du Palais Royal.
He aquí mi particular trono de colores.
No se conformaron con poner un banco en plena calle, dijeron: "¡Estamos en Paris! ¿Por qué no poner un trono de perlas de colores?" Y lo pusieron.
Ayer reflexionaba con mi mejor amigo sobre la distancia que hay de la idea al hecho, y de todos los naufragios que quedan en el camino. De cuántos planes frustrados acumula uno en su mochila a lo largo de la vida. Nosotros somos de otra pasta, hay que reconocerlo. Somos de los que arriesgamos, está en nuestro carácter. Hablando con él me di cuenta que seguiremos así. Estamos convencidos de ello y nos hace felices. A veces no nos quedamos ni a esperar los resultados. Eso es algo que me ha pasado siempre. Muchas veces me he ido sin cobrar... así me va pensarán algunos. Quizás sí.
Se vienen curvas. Está la mar picada. En los próximos días -si no horas- anunciaré varias decisiones que he tomado sentado en este formidable lugar.
Estén atentos a la sección de conciertos de nuestra web:
PD.- Cada vez que cruzo las piernas me acuerdo de Sharon Stone. El otro día me enteré de que ella no supo, hasta el día del estreno de Instinto Básico, cómo había quedado la famosa escena. Su cara debió de ser parecida a la mía cuando me enteré de que había una secuela de la película que ella misma protagoniza. Nadie cruza las piernas con tanto erotismo. Esto viene al caso de que en ocasiones uno protagoniza situaciones inesperadas que jamás se ha imaginado. Esos instantes tienen cierta magia y mucho encanto. ¡Déjate sorprender!