10.- ¡Che, escuchen! Se pudre todo (parte VI de VI)
Buenos Aires, 28 de septiembre de 2012
Natalia, siempre Natalia. No sabía que se llamaba así la primera vez que la vi. Mi profesora de canto me preguntó qué me parecía aquella chica que entraba después de mí en clase, y le dije que me parecía muy tierna, una chica dulce y guapa con unos ojos preciosos, y una cara angelical. - Me gusta. - Y tú a ella. ¿Qué vas a hacer? – Conocerla. Esa fue siempre mi única intención... al menos, al principio.
Pero eso no fue lo único que hicimos. Al principio quería ir de a poco, sabiendo cosas de ella, pero la atracción que sentía era fuerte y ¿Por qué no dejarse llevar? Así que fluyó. La besé y sin darnos cuenta estábamos juntos, así, de primeras, como creo que empiezan las mejores historias, de corazón. Ella se cargó de dudas y de miedos, y yo tuve cierta nataliadependencia avivada por mi situación de soledad aquí, y mis carencias de afecto. Cuanto más la conocía más la quería. Me gustan sus valores, su humanismo, que siempre trate de ayudar a los demás, que busque más allá, su inteligencia, su capacidad para superarse constantemente, sus ideales, su respeto hacia el otro, su mirada crítica, que quiera estar informada, que quiera aprender, que sea inconformista, que valore los detalles, que cuide de su familia y que la respete como lo hace, tanto de sus padres a los que adora como de su hermana pequeña. En estos meses me dejó tomarme muchas libertades, acceder a su intimidad, colarme en su vida y en su familia, saltándome muchos controles, y lo toleró bastante. Cuando dos personas se juntan, y se conocen poco hay que saber limar las aristas, encajar las piezas, ser muy respetuoso.Es algo que lleva tiempo.
Ella no lo sabe, pero me enamoré de la persona que es e hice, sin pensarlo y sin ser consciente de ello, cosas que jamás haría por nadie, tomé actitudes que no me habría planteado si no llega a ser por ella, y consiguió no sólo sacar lo mejor de mí, sino hacerme jodidamente feliz. No necesitaba mucho más. Con sentirla cerca las cosas marchaban. Ella me llevó al extremo, puso dificultades, trabas, exigencias, no aflojaba la mano y creo que en el fondo tenía miedo de lo que sentía, a veces me confesó que le superaba la situación, que todo iba muy deprisa, ¡Con lo que le costaba decir las cosas! Pero confió en mí y creo que no le fallé. Soy el peor para estas cosas, tema parejas y demás, no suelo estar con nadie,… pero sea como sea, con Natalia todo me resulta fácil, natural, espontáneo, no necesito hacer ningún esfuerzo, poner ninguna pose, así que compartí con ella muchas cosas íntimas, muy propias. Creo que nadie se hace a la idea de lo mucho que significa todo esto para mí.
En todo este tiempo hemos ido cada vez a más, a disfrutar más, a compartir más, a sentirnos más compenetrados, más unidos… o eso pensé yo. La veía tan feliz que creía que todo estaba bien. Hace años me dejaron claro que querer a alguien puede no ser suficiente, que hay que sentir algo más para que decidas que esa persona es la persona con la que quieres compartirlo todo. Si la otra persona no se siente enamorada de ti, poco o nada puedes hacer. No te quedan opciones. Busca algo más y no puedes dárselo. Como es una sensación tampoco puede describirse ni definirse bien. Tú no la tienes y punto. Yo quiero lo mejor para ella, y que disfrute mucho, que sea muy feliz. Es libre. Ha de hacer aquello que la llene. Está preciosa cada vez que sonríe.
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Espero que haya conseguido poneros un poco al día. Me ha venido bien escribir todo esto.
No quiero que suene a despedida, pero uno nunca sabe qué va a sucederle y más cuando no tiene apenas nada a lo que agarrarse. Tomamos decisiones a cada instante.
Lo único que me deja dormir un poco más cada noche es saber que he sido consecuente conmigo mismo, que me he sentido a gusto con las cosas que he hecho, con el trato que le he dado a los demás (siempre pueden corregirse cosas), y con la persona que soy. Lamento mucho no haber conseguido obtener mejores resultados en la mayor parte de las cosas que me he propuesto, y no haber cumplido algunos de mis sueños. Muchas veces no ha dependido de mí, porque son cosas de dos.
Espero quede un buen recuerdo.
Un día más, un día menos.
2 comentarios:
Y 6 ¡¡¡
nene, tu ya sabes que en casa del Joaco tienes siempre un sitio y por si fuera poco una manera de empezar o terminar un disco... no creo que este kamikaze necesite decirte más al respecto, ya tu sabe brother, jejejeje.
Cuídate.
Un abrazaco conquense transatlántico¡¡¡
Gracias Joaco!
Tengo suerte de tener gente cerca como tú.
La verdad es que creo que podríamos hacer algo bien chulo juntos.
Llegará ¿Por qué no?
Te mando un abrazo enorme!
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