viernes, 04 de agosto de 2006
Vigo, Galicia (España)
Fidel y el comunismo
Por Samuel Leví
Estos días me ha sobresaltado la noticia sobre el ingreso hospitalario y el débil estado de salud de Fidel Castro Ruz, a quien desde estas páginas quiero desear una pronta recuperación y que su delicada intervención quirúrgica sea todo un éxito. Soy plenamente consciente de que hay opiniones muy enfrentadas a este respecto y que más de uno celebra ya la posibilidad de la muerte de Castro, algo que a mí me dolería especialmente porque es un líder al que admiro y al que debo un enorme respeto por todo lo que ha hecho por Cuba, país en el que he vivido casi un año y al que tengo pensado volver, pues me siento enormemente identificado con sus valores, ideales, y cultura, así como con la sociedad cubana, con la que estoy íntimamente ligado.
Opiniones puede haber de todo signo. Opiniones fundamentadas suele haber muchas menos. Para conocer algo, hay que estudiarlo, aprenderlo, vivirlo, analizarlo, observarlo desde distintos puntos, tratarlo. Desde Europa se vierte mucha información desvirtuada sobre Cuba, y se ha creado desde hace muchos años ya, una idea general de la política cubana muy simplista y demagógica, basada en un desprecio por lo desconocido, y para algunos por lo odiado. Es fácil hablar a las ligeras sobre el mundo árabe pero pocos son los que conocen sus datos poblacionales y sociales, su historia, sus costumbres, y los que se preocupan en entender sus ideas y creencias, ya sea para denostarlas o para apoyarlas. Con Cuba pasa un poco lo mismo. Quizás por mis valores siempre me ha interesado la figura y la persona de Fidel Castro y además de asistir al coro de zarándanos que desde la derecha española y europea lo tildan de dictador, he logrado llegar más allá y analizar uno por uno sus pasos desde que entró en la escuela de Bailén hasta la fecha.
No está en mi ánimo dar lecciones históricas pero sí recomendar encarecidamente la lectura pormenorizada de los hechos que han ocurrido en Cuba en el último siglo porque considero que eso abriría los ojos a muchos a una realidad que desconocen. Sean del signo político que sean, hay algo más allá de la política que son los valores humanos, en ese sentido Fidel es ejemplar. Claro que no volverá a haber otro como él, jamás he visto en otro lugar alguien capaz de trascender como lo ha hecho él por luchar por la libertad, la independencia y la autenticidad de su pueblo. De enfrentarse a las injusticias, de apostar por la cultura como lo ha hecho, por el internacionalismo, por la camaradería, el compañerismo, la solidaridad internacional más allá de las fronteras. Por saber admitir los errores que ha cometido y por tratar de mirar adelante aunque vengan mal dadas. Por no rendirse nunca. Por recoger y prolongar las gestas de Camilo y del Che. Por tratar a todos de igual modo, y equiparar los derechos de los negros, de las mujeres, de los campesinos, de las minorías, con las de los demás. Amigo leal de sus amigos, persona de gran iniciativa, emprendedor, valiente, sincero, honesto, decidido, consecuente, solidario, humanista, constante, incondicional, inteligente; estudiarlo es uno de los ejercicios más enriquecedores y sorprendentes que he tenido en mi vida. Mi aprecio hacia su persona y hacia las gestas que realizó son inmensas, y no me cuesta ni un poco admitir que muchas veces erró porque ante todo, es humano.
De Fidel se habla mucho pero se sabe muy poco. Creo que en España se le ha escuchado bien poco. En este país se le critica duramente, cosa que no se hace con Mr. Aznar que sí dictaba, que con la mayoría absoluta que tan “democráticamente” le había dado el pueblo, había que arrasar con un país que acosaba al mundo con sus armas de destrucción masiva, mientras millones de españoles le suplicaban que no. Después nos atacaron murieron 190 personas, la gente se asustó y dijo basta, pero hasta entonces…hasta entonces la gente le reía las gracias ¿Y hoy? Hoy todavía no ha sido condenado por engañar a la población española con mentiras y calumnias, si bien es cierto, que engañar, lo que se dice engañar, no engañó a nadie, porque todos sabíamos lo que había.
Hace falta que se sepa más para que la gente entienda muchas cosas. Cuba no puede ser más que lo que es. Hay quien quiere ver en ella un país pobre que debería ser rico, pero es un país pobre que podría ser paupérrimo si los cubanos no hubiesen ejercido su derecho a ser libres y a elegir otro modo de entender la sociedad y la vida, que tan famosos y queridos les han hecho por todos. Así deberá seguir siendo, con o sin Fidel. A su vera, países como Haití (uno de los 10 países más pobres del mundo), República Dominicana (célula norteamericana donde no existe la clase media y dónde la población vive en la absoluta miseria, sin acceso a un buen sistema educativo, sanitario,… mientras los americanos pasan sus vacaciones en casas de lujo), Honduras, Nicaragua, Panamá,… se mueren de intolerancia, injusticia, pobreza, malnutrición, despotismo, deuda externa,… Y nosotros somos sumamente libres, ya que empresas privadas de ningún sitio, sin ningún patrón ideológico, lideradas por no sabemos quién, que mantienen un sistema de control interno al que supuestamente nos debemos, nos incentivan con un salario, que si bien no suele compensar un trabajo monótono que no nos realiza, si nos ofrece dinero, que podremos cambiar por felicidad cuando tengamos tiempo, algo que hemos perdido, y que ahora también se compra, llegando a la conclusión de que acabaremos trabajando para pagarnos el tiempo libre que nos permita ser felices. Sólo enviarle mis mejores deseos a todos los hermanos cubanos que no quieren ser presa del capitalismo imperialista norteamericano y que sin el dinero en el bolsillo de los tránsfugas de Miami, saben aguantar y luchar por no perder su identidad, sus creencias, sus valores, su humanismo a cambio de dólares.
Despedirme rogándoos que ahondéis en la verdad, que busquéis más allá de lo que os dan. En un momento histórico en el que somos menos libres que nunca sin opciones de elegir (porque la estrategia de elegir entre pepsi y coca-cola no es una elección abierta, plural, equitativa, justa,…), y si no pregúntennos a los miles de republicanos de este país que tenemos que vivir bajo un régimen de monarquía parlamentaria que somete nuestras ideas. Hay gente en este país que no dijo NO A LA GUERRA, esa gente acusa a Fidel, acusa a Palestina, acusa a los homosexuales de rogar un trato igualitario, acusa a los inmigrantes de quitarles los trabajos que no hacían y que paraban el avance de nuestra economía, acusan a los que no creemos de herejes y nos imponen aprender su religión y claudicar ante sus dioses en las escuelas de enseñanza pública, mientras discriminan a los que creen pero en dioses distintos a los suyos, los que aún hoy echan de menos un servicio militar obligatorio y encarcelaban a los objetores de conciencia además de tildarlos de rojos y de antipatrióticos.
Aunque para muchos este texto sea algo comprometedor, hablo desde la absoluta tranquilidad que me da el sentir cada una de estas líneas, el hacerlo desde el mayor de los respetos hacia los demás, y el de conocer lo suficiente la historia de Cuba, su política, y la vida y obra de Fidel Castro al que reitero todo mi absoluto apoyo y cariño. Ante las declaraciones aparecidas en algunos medios de que los artistas y los pro-castristas mantenían silencio (algo sensacionalista que le encanta a muchos rotativos) decir que manifiesto mi absoluta simpatía a Castro y es una influencia muy grande en mi vida.
¡Viva el socialismo!
¡Viva Cuba!
¡Viva la República!
¡Viva Fidel!
Samuel Leví
Vigo, Galicia (España)
Fidel y el comunismo
Por Samuel Leví
Estos días me ha sobresaltado la noticia sobre el ingreso hospitalario y el débil estado de salud de Fidel Castro Ruz, a quien desde estas páginas quiero desear una pronta recuperación y que su delicada intervención quirúrgica sea todo un éxito. Soy plenamente consciente de que hay opiniones muy enfrentadas a este respecto y que más de uno celebra ya la posibilidad de la muerte de Castro, algo que a mí me dolería especialmente porque es un líder al que admiro y al que debo un enorme respeto por todo lo que ha hecho por Cuba, país en el que he vivido casi un año y al que tengo pensado volver, pues me siento enormemente identificado con sus valores, ideales, y cultura, así como con la sociedad cubana, con la que estoy íntimamente ligado.
Opiniones puede haber de todo signo. Opiniones fundamentadas suele haber muchas menos. Para conocer algo, hay que estudiarlo, aprenderlo, vivirlo, analizarlo, observarlo desde distintos puntos, tratarlo. Desde Europa se vierte mucha información desvirtuada sobre Cuba, y se ha creado desde hace muchos años ya, una idea general de la política cubana muy simplista y demagógica, basada en un desprecio por lo desconocido, y para algunos por lo odiado. Es fácil hablar a las ligeras sobre el mundo árabe pero pocos son los que conocen sus datos poblacionales y sociales, su historia, sus costumbres, y los que se preocupan en entender sus ideas y creencias, ya sea para denostarlas o para apoyarlas. Con Cuba pasa un poco lo mismo. Quizás por mis valores siempre me ha interesado la figura y la persona de Fidel Castro y además de asistir al coro de zarándanos que desde la derecha española y europea lo tildan de dictador, he logrado llegar más allá y analizar uno por uno sus pasos desde que entró en la escuela de Bailén hasta la fecha.
No está en mi ánimo dar lecciones históricas pero sí recomendar encarecidamente la lectura pormenorizada de los hechos que han ocurrido en Cuba en el último siglo porque considero que eso abriría los ojos a muchos a una realidad que desconocen. Sean del signo político que sean, hay algo más allá de la política que son los valores humanos, en ese sentido Fidel es ejemplar. Claro que no volverá a haber otro como él, jamás he visto en otro lugar alguien capaz de trascender como lo ha hecho él por luchar por la libertad, la independencia y la autenticidad de su pueblo. De enfrentarse a las injusticias, de apostar por la cultura como lo ha hecho, por el internacionalismo, por la camaradería, el compañerismo, la solidaridad internacional más allá de las fronteras. Por saber admitir los errores que ha cometido y por tratar de mirar adelante aunque vengan mal dadas. Por no rendirse nunca. Por recoger y prolongar las gestas de Camilo y del Che. Por tratar a todos de igual modo, y equiparar los derechos de los negros, de las mujeres, de los campesinos, de las minorías, con las de los demás. Amigo leal de sus amigos, persona de gran iniciativa, emprendedor, valiente, sincero, honesto, decidido, consecuente, solidario, humanista, constante, incondicional, inteligente; estudiarlo es uno de los ejercicios más enriquecedores y sorprendentes que he tenido en mi vida. Mi aprecio hacia su persona y hacia las gestas que realizó son inmensas, y no me cuesta ni un poco admitir que muchas veces erró porque ante todo, es humano.
De Fidel se habla mucho pero se sabe muy poco. Creo que en España se le ha escuchado bien poco. En este país se le critica duramente, cosa que no se hace con Mr. Aznar que sí dictaba, que con la mayoría absoluta que tan “democráticamente” le había dado el pueblo, había que arrasar con un país que acosaba al mundo con sus armas de destrucción masiva, mientras millones de españoles le suplicaban que no. Después nos atacaron murieron 190 personas, la gente se asustó y dijo basta, pero hasta entonces…hasta entonces la gente le reía las gracias ¿Y hoy? Hoy todavía no ha sido condenado por engañar a la población española con mentiras y calumnias, si bien es cierto, que engañar, lo que se dice engañar, no engañó a nadie, porque todos sabíamos lo que había.
Hace falta que se sepa más para que la gente entienda muchas cosas. Cuba no puede ser más que lo que es. Hay quien quiere ver en ella un país pobre que debería ser rico, pero es un país pobre que podría ser paupérrimo si los cubanos no hubiesen ejercido su derecho a ser libres y a elegir otro modo de entender la sociedad y la vida, que tan famosos y queridos les han hecho por todos. Así deberá seguir siendo, con o sin Fidel. A su vera, países como Haití (uno de los 10 países más pobres del mundo), República Dominicana (célula norteamericana donde no existe la clase media y dónde la población vive en la absoluta miseria, sin acceso a un buen sistema educativo, sanitario,… mientras los americanos pasan sus vacaciones en casas de lujo), Honduras, Nicaragua, Panamá,… se mueren de intolerancia, injusticia, pobreza, malnutrición, despotismo, deuda externa,… Y nosotros somos sumamente libres, ya que empresas privadas de ningún sitio, sin ningún patrón ideológico, lideradas por no sabemos quién, que mantienen un sistema de control interno al que supuestamente nos debemos, nos incentivan con un salario, que si bien no suele compensar un trabajo monótono que no nos realiza, si nos ofrece dinero, que podremos cambiar por felicidad cuando tengamos tiempo, algo que hemos perdido, y que ahora también se compra, llegando a la conclusión de que acabaremos trabajando para pagarnos el tiempo libre que nos permita ser felices. Sólo enviarle mis mejores deseos a todos los hermanos cubanos que no quieren ser presa del capitalismo imperialista norteamericano y que sin el dinero en el bolsillo de los tránsfugas de Miami, saben aguantar y luchar por no perder su identidad, sus creencias, sus valores, su humanismo a cambio de dólares.
Despedirme rogándoos que ahondéis en la verdad, que busquéis más allá de lo que os dan. En un momento histórico en el que somos menos libres que nunca sin opciones de elegir (porque la estrategia de elegir entre pepsi y coca-cola no es una elección abierta, plural, equitativa, justa,…), y si no pregúntennos a los miles de republicanos de este país que tenemos que vivir bajo un régimen de monarquía parlamentaria que somete nuestras ideas. Hay gente en este país que no dijo NO A LA GUERRA, esa gente acusa a Fidel, acusa a Palestina, acusa a los homosexuales de rogar un trato igualitario, acusa a los inmigrantes de quitarles los trabajos que no hacían y que paraban el avance de nuestra economía, acusan a los que no creemos de herejes y nos imponen aprender su religión y claudicar ante sus dioses en las escuelas de enseñanza pública, mientras discriminan a los que creen pero en dioses distintos a los suyos, los que aún hoy echan de menos un servicio militar obligatorio y encarcelaban a los objetores de conciencia además de tildarlos de rojos y de antipatrióticos.
Aunque para muchos este texto sea algo comprometedor, hablo desde la absoluta tranquilidad que me da el sentir cada una de estas líneas, el hacerlo desde el mayor de los respetos hacia los demás, y el de conocer lo suficiente la historia de Cuba, su política, y la vida y obra de Fidel Castro al que reitero todo mi absoluto apoyo y cariño. Ante las declaraciones aparecidas en algunos medios de que los artistas y los pro-castristas mantenían silencio (algo sensacionalista que le encanta a muchos rotativos) decir que manifiesto mi absoluta simpatía a Castro y es una influencia muy grande en mi vida.
¡Viva el socialismo!
¡Viva Cuba!
¡Viva la República!
¡Viva Fidel!
Samuel Leví
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