Mi 1er concierto y mi 1ª vez en México!!
Lo peor que tiene México es que está demasiado cerca de los EEUU. Eso fue lo primero que pensé de este inmenso país, con cerca de 120 millones de habitantes de los que una quinta parte se reúne en torno a la capital.
Mi única conquista ha sido la de hacer un sueño realidad: visitar el país y llevar mi música hasta allí. Guitarra en mano, con mis canciones a cuestas, compartir con quien quiso escucharme alguna de las historias que canto. En los tiempos que corren me parece toda una proeza. Por lo demás, México me conquistó a mí y no quise resistirme lo más mínimo.
Uno sabe si un viaje ha sido realmente bueno, cuando al irse, ya piensa en cuándo tendrá la oportunidad de volver. México da para una vida entera, y la calidez y amabilidad de la gente, esas sonrisas cómplices que te regalan, hacen que te sientas bienvenido. Su riqueza cultural y el peso de su historia, invitan a sumergirte en la aventura de querer conocer y descubrir su pasado, sin el que nunca podriamos entender su presente, pero una semana da para lo que da. Da para reencontrarte con viejas amistades que se habían perdido en este mundo globalizado, ver a los ojos a otras nuevas que pasaron de lo digital a lo físico con el mismo encanto pero mucha más impronta, y para cruzarte y entremezclarte con otras personas que tirando del hilo del amigo que tiene un amigo, terminan por sacarse carnet del club de "gente que merece la pena".
Y así, con altas cotas de romanticismo, con esa ilusión infantil que aún conservo, fue como logré dar mi primer concierto en el país Azteca, y cómo conseguí vivir en primera persona, aquellas fantasías que proyectaba desde la comodidad de mi salón, imaginando cómo sería eso de que un cantautor gallego diese un concierto allén de los mares sin que la industria musical me diese su beneplácito, a la sombra, sin hacer ruido, pero auténtico y sincero. La integridad no es cosa de súper héroes, y tú y yo pasamos frío, nos equivocamos, y a veces nos trastabillamos, pero seguimos siendo reconocibles, que no es poco.
Una nube negra envuelve la capital, y el aire se hace denso, pero aunque no se respire aire limpio, lo que sí se respira es las ganas del pueblo mexicano de no perder nunca su impronta, ser capaces de adaptarse a los cambios, sin dejar de ser ellos mismos. Ojalá lo logren. Si pintan su futuro con los mismos colores con los que pintan sus "calaveras", será un porvenir brillante y hermoso.
PD.- Este fue el álbum que fui a presentar:
Si lo compras, haré más.