No ha pasado tanto tiempo ¿Os acordáis? Para ver a un/a amigo/a ibas hasta su casa, llamabas al telefonillo y preguntabas si estaba. Si te decían que no pegabas media vuelta cabizbajo y preguntándote dónde habría ido. Podías enumerar de memoria los teléfonos de casa de tus mejores amistades. Te armabas de valor para llamar a casa de la chica que te gustaba y tratar de no quedar en ridículo cuando te contestaba su padre. Después de clase, llegabas a casa y llamabas a tus amigos/as, hablar con ellos/as por teléfono era distinto... había a quien no le gustaba y quien se pasaba horas. Cuando llegaron los móviles a manos de mis compañeros/as de clase, recuerdo que el mío tenía una antena tan grande que podías limpiarte los oídos con ella. La pantalla era amarilla, y las letras parecian las del mando de la tv, y mi madre me insistía en que... "es para mandar mensajes, no para llamar, para llamar está el teléfono de casa, que este sale muy caro"... y sí, algo de razón tenía. Creo que fui de los últimos que escribía cartas. Tú te vertías en aquellas hojas en blanco, y luego normalmente quedaba en nada, no había respuesta, no se sabía qué había pensado/sentido la otra parte, pero te sentías bien, como si hubieses hecho algo importante. Aún guardo todas las cartas que me escribieron... algún día me pondré a leérlas. No me negaréis que todo aquello tenía mucha magia. Coincidió con los años de la inocencia, y quizás aún atesoro algo de todo aquello. Tardo siempre mucho en acceder a las nuevas tecnologías. Para eso tengo a algunos amigos que me van poniendo al día, como Pablo Ferreira en Vigo, o Facundo Farias aquí en Buenos Aires.
Siempre empiezo con cierta reticencia con estas cosas, no sé por qué. Me pasó con el messenger, al que apenas le di uso... Muchas personas hablándote al mismo tiempo, pantallas azules que exigían respuesta inmediata, repitiendo treinta veces "Hola, ¿Qué tal estás?", y diciéndoles a todos un poco de lo mismo, porque ¿Qué os voy a contar si no he salido de casa? ¿Qué puede pasarte si estás todo el día conectado contando lo que has hecho? Primero tendrás que hacer algo para luego poder contarlo... digo yo. Aquello no iba conmigo. Yo quería ver a los ojos a la gente. Contacto personal. La calle me decía más que la pantalla. Ahora todo va a otro ritmo. Antes empezabas con una chica y podía pasar un tiempo hasta que la veías en ropa interior. Ahora puedes verlas en internet en ropa interior y luego empezar con la chica... no me negaréis que es medio raro. Antes había un proceso de descubrir a la persona a medida que la ibas tratando, que quedabas con ella, que compartíais situaciones, vivencias... ahora puedes saber todo de ella, y luego invitarla a tomar un café.
Comentaba el otro día que estoy seguro que cada día estamos más conectados, que tenemos más y mejores herramientas para localizarnos, informarnos, descubrirnos, pero que quizás eso no sea sinónimo de que cada día nos comuniquemos más ni mejor. Como en todo, no hay que irse al extremo, hay un poco de todo, según el uso que cada uno le de a las nuevas tecnologías, pero en general echo un poco de menos el valor que antes se le daba a las relaciones humanas, el esfuerzo que conllevaba conectarse con los demás, la calidez de ese trato.
Hoy, gracias a mi amigo Eduardo Sanín, y a su flamante empresa, Adiante Apss, he podido estrenarme en esto de las aplicaciones para dispositivos móviles, con una aplicación que reúne buena parte de mis páginas y perfiles en internet y que da la oportunidad a quien se la descargue de forma gratuita de recibir toda la información sobre las canciones, conciertos, fotos, videos, eventos, y noticias que vamos publicando sólo dándole a un botón. Un lujo. Las canciones llegan de este modo, a lugares donde yo jamás podría haberlas llevado. También tiene su magia.
Hoy nos sentimos un poco modernos... Estrenamos una aplicación para Iphone, Ipad, y Android personalizada.
Samuel Leví y Los Niños Perdidos
By Adiante Ventures
App de Samuel Leví y Los Niños Perdidos. Ahora podrás estar al día de las noticias y acontecimientos de tu cantante favorito.
Y este es el enlace para Android.
Con estas app podrás:
- Seguir su Blog.
- Ver sus publicaciones en Facebook.
- Conocer sus novedades en su Twitter.
- No perderte ni uno de sus próximos conciertos.
- Ver las fotos de sus últimas sesiones y conciertos.
- Llevarte contigo todos sus vídeos musicales y actuaciones.
- Escuchar algunas de sus canciones.
- Contactar con él
Todo ello gracias a esta gente:
Una forma cómoda y sencilla de estar en contacto y recibir información de manera inmediata y más y mejor organizada.
¡Un saludo!
Estas son mis páginas y mis direcciones en internet:
Facebook
Samuel Leví y Los Niños Perdidos
Twitter
@samuellevisoyyo
MySpace
Creatudisco
Blog
Bandcamp
YouTube
ITunes
Tuenti
Samuel Levi
Amazon
ReverbNation
Herzio
6 comentarios:
Nunca hemos estado tan comunicados y nunca hemos estado tan solos.
Adoro las cartas, desde siempre, pero es cierto que cuánto más tiempo pasa más valor adquieren, al menos para mi.
Muuuaa!
Así es, amiga. No han perdido su encanto, al contrario, cada día me resultan más solemnes, más incisivas,... últimamente estoy más de esperar a que me escriban, como que uno siente que ya ha hablado lo suficiente y tiene ganas de escuchar. El resto de cosas, las dejo caer en las canciones.
Hola, Samuel!!
Que momentos aquellos en los que sólo había el teléfono de la cocina y no te quedaba otra que hablar con el chico que te gustaba delante de todos, mientras tomaban el café después de comer, con la consiguiente pregunta de tu madre de ¿quién era ese chico, es del cole?jajajaja. Tus padres conocían a todos tus amigos y compañeros de clase, las relaciones eran mucho más cercanas, conocíamos a todos los amigos de nuestros hermanos, las cosas que se decían eran de verdad y
no sólo se usaban para llenar líneas de facebook y
quedar bien con gente con la que ni conoces. Teníamos
nuestros seis o siete amigos de los que sabíamos todo
y que aún hoy a pesar de tener nuestras vidas
seguimos siendo una piña.
Estoy de acuerdo con que la comunicación en esta
última década es una pasada, pero como tú bien dices,
siempre que no sea tocando el extremo. A mi las redes
sociales no me gustan ya que me parecen poco
cercanas, no tengo ni whasapp (jajaja-escribo aquí
porque tengo cuenta de correo que si no...,ni eso)
tengo claro que quien quiere hablar conmigo y le
interese mi vida de verdad me sigue llamando a casa o
al telefonillo, o me manda un sms y no necesita ver lo
que hago a cada cinco minutos en el twitter.
Creo, en cambio, que para lo profesional a mucha gente le han venido fenomenal las redes sociales, y
para muestra un botón, si no fuera por un blog no conocería ni escucharía las canciones de un tal Samuel Leví.
Donde esté un folio de papel reciclado y un boli bic
para escribirle una carta a un amigo que hace meses
que no ves porque se ha ido a estudiar fuera,¡¡ que se
quiten los ordenadores!!! La espera de la respuesta
pasada una semana, la duda de si la habrá leido si
no te contesta, o de si le habrá llegado, y no digamos
ya si la carta es¡¡ de amor!! los días se te hacen
eternos esperando y se te sale el corazón cada vez que
vas a ver el buzón...
Como tú escribes, ahora se conoce a la persona antes
de invitarla a tomar algo, así se pierde todo el encanto
de las primeras citas. Además, nosotros podemos leer
las antiguas cartas que tenemos en una caja o cajón
de la habitación, pero las nuevas generaciones ¿cómo
harán dentro de 20 años para leer las palabras más
bonitas e inocentes que le escribió su primer novio/a?
¡Ojalá nunca se dejen de escribir cartas!
Un abrazo desde tu tierra!!
No podría estar más de acuerdo "fan", con todo lo que dices. Había una magia especial es todo ello. Tenía encanto. Ha pasado muy poco tiempo y las cosas han cambiado mucho. Echando la vista atrás parece que hablásemos de hace una pila de años, y en realidad eso ha sido así hasta hace bien poco. En la sociedad que vivimos va cada día todo más acelerado, con más prisa, un ritmo vertiginoso, cambiante, variable. Cada día valoro más las cosas más auténticas, más imperecederas, más profundas,... detalles que por pequeños que sean lo llenan todo. Hablaba de algo así en mi segundo disco, esto del egocentrismo, la rivalidad y la competencia, el dejar de pensar en los demás para sólo decir yo, yo, y yo. Qué cosa de locos, che!
Aún no has dicho tu última palabra
Y mi momento decisivo será una muerte dulce
cuando el silencio lo impregne todo y todo lo inunde del fragor de un frío infinito
Tus mejores momentos son siempre improvisados, como salidos de una chistera,
la de un mago sordomudo que no sabía lo que allí había
La palabra tiene el poder de sanar, la palabra es enfermiza, escurridiza, incoherente, solemne....
Siempre trae nuevas palabras, no siempre dichas, nuevas sensaciones, nuevas preguntas, viejos recuerdos, palabras usadas
Es el viento el mensajero hoy
es la lluvia la que fertilizará los nuevos sueños terrenales
es el fuego quien arderá de pasiones erradicadas de raiz
Volando llegaremos, como el viento, a nuevas cumbres, nuevos destinos consabidos, inimaginados
Lentamente me estoy muriendo Samuel, amigo, me esfumo como el humo, que es hermano del fuego, amigo del viento e hijo de la lluvia.
Gracias por llenarnos de vida desde tan lejos
tan lejos que te haces notar a menudo
Gracias a ti por escribirme, Adri, y por estar ahí, al otro lado, siempre amable y risueño. Te aprecio mucho, amigo.
Lo que me cuentas es horrible y me preocupa muchísimo. Voy a escribirte por privado para que me digas qué pasa exactamente.
Por cierto, cada día escribes mejor, bestia! Me tienes sorprendido en ese sentido. Está buenísimo!
Nos queda por vivir, nos quedan sueños por cumplir. Lo alcancemos o no pongámosle nuestra mejor actitud, disfrutemos de cada instante, de lo que nos traiga,...
Tengo unas ganas enormes de verte!!
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