04.- La srta. de la Unión del Oeste
Han pasado tres semanas. Tenía curiosidad por saber cuándo había sido la última vez que me senté frente al ordenador para redactar alguna página de este diario y no sé que pensar, no sé si me han pasado muchas cosas o pocas, haré la reflexión en voz alta, y vosotros/as mismos/as lo juzgaréis. Ante todo, ha habido principalmente un hecho que ha determinado mi actitud estas semanas; he conocido a una persona que me ha llamado la atención. Más tarde hablaré de ella y de cómo conocer a una persona puede mover tu estado de ánimo como si te hubieses subido a una noria y no te hubieses dado ni cuenta de ello. Ni idea de cuándo se detendrá, lo único en lo que puedes pensar en en divertirte y no pasarlo muy mal en algún giro inesperado que pueda dar la historia.
Nos habíamos quedado unos días antes de los que resultaron ser mis primeros conciertos en Argentina. Además fueron ambos seguidos, sábado y domingo. Tenéis las fechas debajo de la portada de este mismo blog, pero para quien ande un poco más perdido, decir que fueron el 1 y el 2 de octubre. Los días posteriores me quedé pensando en lo que había vivido, fue como un viaje para mi cabeza. En un concierto tocaba con banda ¡¡Tocaba con los niños perdidos más adoptados que nunca!! Recién sacados de ni se sabe. Me sentí muy contento de poder contar con gente estupenda que estaba feliz de poder compartir canciones sobre el escenario y que mes y medio atrás no conocía. Mauricio Setién en la batería, Claudio Rodriguez en el bajo, Esteban Chaves en la guitarra eléctrica, y Fabricio Pastrana en el teclado. Luego, Tomás Leone, como no, acompañándome en el set más acústico. Aproveché para devolverle el favor a Ramiro Alija, de haberme invitado semanas atrás a actuar de invitado en su concierto, y me alegró volverme a encontrar con él sobre las tablas. Y es que así da gusto, no os podéis imaginar lo que es hacer lo que más te gusta, y acompañarte por gente que lo siente como tú, lo vive de tu mismo modo, entiende bien lo que estás pensando o experimentando, y que encima te respetan, y tratan con cariño unas obras en las que se sumergen como si fuesen suyas, y claro, las hacen suyas, y para mí, un chico que vive a más de doce mil kilómetros de distancia, es muy especial poder estar en una sala de conciertos cantando los temas de su disco, frente a un público agradecido, con compañeros muy talentosos, y recordando que meses atrás estaba en otro local, en otro país, con otras personas al frente, y acompañado de otros amigos, y no echas de menos nada, o sí, no lo sé, simplemente te dejas llevar por el momento y no quieres que acabe, quieres fundirte con ese instante, con esa historia, y te quedas obnubilado, como cuando encienden las luces del cine después de una buena película como diciendo “¿Ya?”. La familia Rives estaba allí; Patricia, Daniel, y la dulce Flor. También vino mi colega Gaby, unas amigas de Bernal, y por primera vez, Claudia Damerdjian. Tocaban tres grupos antes: Corderos Perdidos, Louisiana Cotton Blues, y Ella Pudo Eso. Todo bandas muy potentes. Los conciertos fueron largos, de tres cuartos de hora cada uno, así que me temí que no quedase nadie a la una de la mañana para escucharme, pero me llevé cierta sorpresa porque no se fueron, y eso... eso hace que salgas con ganas de corresponder el detalle, y de dejar detalles a los demás. A pesar de los nervios propios de estrenar compañía musical, y a juzgar por los comentarios posteriores la gente disfrutó y por encima de las personas que ocuparon todas las mesas y sillas del local, aún había algunos más de pie, casi un centenar de personas, lo cual está muy bien.
Al día siguiente volví a Bernal, y esto ya es una costumbre, una muy buena costumbre. Ir el fin de semana a casa de los Rives, viene a ser al cambio, como ir los fines de semana a visitar a tus familiares. En esta ocasión era para participar en el proyecto “Club Atlético Poetas” que organiza Patricia Angulo en el Rie Bar, los primeros domingos de cada mes, con el afán de promocionar y divulgar poesía de siempre y de hoy, dando voz a nuevos escritores jóvenes, y no tan jóvenes, que desean dar a conocer sus escritos. Un lugar de intercambio, de cultura, de cooperación, y dónde pasar una tarde de domingo diferente, donde pensar y dónde disfrutar, y con un pequeño espacio para la música y la canción. Me cedieron media hora para poder dar mi concierto acústico, y fue un privilegio. De nuevo me encontré gente agradecida. Una treintena de personas que me animaron y a las que presenté temas diferentes a los de la noche anterior, por aquello de que quería yo mismo sumergirme en otras historias diferentes. Y claro, la sensación absolutamente diferente que resulta de subirse a un escenario sólo, con la única compañía de tu guitarra, a cantar canciones desnudas, ante un silencio atronador, pero montones de ojos y de orejas pendientes de cada detalle, y es en esos momentos en los que no ves nada, desapareces aunque nadie lo note, y arrancas a cantar y tocar una melodía y una letra, que te llevan al lugar, el momento, la situación, lo que sea que quisiste decir, y que curiosamente no siempre coincide con el sitio al que acuden gracias a tus canciones los que te escuchan, y es que lo que interpretan ellos, y lo que tú cuentas, no siempre van de la mano, y no debes preocuparte por eso. Disfruté mucho, y me tomé un licuado de fresa y zumo de naranja que no te puede hacer mal, todo lo contrario.
Desde entonces no he vuelto a tener más conciertos, pero he ido aumentando mi base de datos de contactos, salas, medios, y demás, y estoy intentando conseguir mover mi proyecto todo lo que puedo, aunque no es sencillo, y mucho menos al principio de que llegas a un país nuevo, ya me entiendes. He ido a ver un par de conciertos de bandas locales en estas semanas, y me gustó especialmente mi amigo Pali Muñoz, que hizo un concierto en el propio Rie Bar de Bernal, y que además de tener una destreza y un talento envidiable con la guitarra, descubrí de él una cualidad que desconocía y que me dejó perplejo, y es sus magníficos dibujos. Ya me he atrevido a pedirle que me regale uno para incluir en alguno de mis futuros trabajos, y se va a basar en mi música para hacerlo más particularizado, así que lo espero como un regalazo que no tengo ni idea de cómo compensar, porque de veras, que me maravillaron los dibujos que vi de él.
Así que sigo trabajando a buen ritmo para poco a poco ir introduciendo mis canciones en este país, pero bueno, sin medios, con sólo dos manos (aunque me están apoyando mucho las amistades que he ido haciendo), y sin una infraestructura detrás... la cosa se pone más romántica, pero más compleja. Es lo de siempre, uno a uno, de a poquitos, pero sin perder la ilusión por lo que a uno le gusta, y más sabiendo que me siento muy sincero y auténtico, sin rendir cuentas ante nadie.
En los estudios, hemos concluído ya los primeros parciales. Cada mes y medio nos realizan pruebas para saber cómo andan los tiros. Si uno estudia música es porque quiere, porque le gusta, y porque voluntariamente así lo decide. Pagar por una escuela del nivel del EMBA y no ir a clase, llegar tarde, o no preparar lo que te proponen, es realmente estúpido e innecesario. No es el instituto, no es una carrera que te obligan a hacer tus padres, ni algo que haces para ganar dinero,... por eso a veces me sorprende ver que algunas personas “se borren”. Estuve algo tensionado con las pruebas porque quería hacerlo bien, pero creo que lo superé. En verdad, estos “exámenes” sirven para uno mismo, para saber si dominas lo que te han explicado o no, para que puedas ver si estás capacitado para continuar con nuevas explicaciones o te conviene revisar las anteriores, porque aquí, como en las matemáticas, si no entiendes lo anterior, es del todo imposible que entiendas lo que va a venir, y así funciona muchas veces la música, cada vez ves una nueva fórmula para la que necesitas haber comprendido bien la primera. En cómo encarar los estudios creo que también he madurado algo, y me siento bien, porque me está sirviendo para mejorar. Uno no se da cuenta de las trabas que se pone, hasta que con los años, lo que antes te parecía negro ahora, ya empieza a ser más azul. No sé si me he sabido explicar. He ido a todas las clase, sea como sea no me he quedado dormido nunca en dos meses, nunca me he hundido en casa y he caído en combate, con mis días mejores y peores, pero siempre he ido, a veces más inspirado y otras torpe, pero poco a poco he ido avanzando, y si lo noto en dos meses ¿Qué no pensaré en un año?
Por todo esto he dejado de lado algunos prejuicios, y me he enfrentado (como he podido) a tocar la eléctrica, a dominar más y mejor la pua, a empezar clases de piano, y a anotarme en las de canto (aunque aún no han comenzado). En las demás asignaturas uno ya siente el avance del curso, y me pone contento, porque veo que no pierdo el tiempo, que aprovecho esta oportunidad desde el punto de vista de los estudios, y seguro que mi música lo agradecerá en el futuro porque esto, al fin y al cabo, acaba repercutiendo en lo que uno trabaja de a diario.
Reflexión:
Hay ciertos modos o conductas, propios de cada país, de cada región, que apenas son mencionados en las guías ni reseñados en ninguna parte, y que más pronto que tarde uno debe asimilar tratar de aprender, y por ahí viene muchas veces el entendimiento de otra cultura, de otra forma de entender la vida, eso que se escapa cuando vas de turista a un sitio porque los días que convives con los lugareños no permiten descubrir estos hábitos que se manifiestan con el paso del tiempo, del conocimiento de las personas, y de tener los ojos bien abiertos. Ya me había llamado la atención cuando viví en Cuba, principalmente en las relaciones personales o de pareja, y nuevamente ha sido por ahí donde más he tenido que adaptarme y tratar de situarme para poder comprender qué piensan o qué sienten los demás. Más allá de que cada persona tiene su forma de manifestarse, sí es cierto que en cada país existe un “imaginario libro de conductas”, que aunque pueden asemejarse, y más en el caso español-argentino, sorprenden siempre con detalles propio de cada lugar y que no son frecuentes en tu país de procedencia.
Me he encontrado gente muy amable, alegre, con un mayor contacto físico -principalmente entre los hombres que entre otras cosas se saludan siempre con un beso-, camaradería, un lenguaje mucho más respetuoso hacia la otra persona, manteniendo cierta distancia con el uso de “vos”y “usted”, en lugar del típico “tú” español, pero sin embargo algo temerosos e incrédulos, quizás por ese clima de miedo y de violencia que no se ve, pero por algún extraño motivo se siente en la gente. Ver que toda la gente lleva sus mochilas del revés en los espacios públicos por miedo a ser robados, que nadie sale a la calle de noche, que si caminas detrás de alguien enseguida mira hacia atrás, se echa a un lado,... detalles al fin y al cabo, que obviamente no son iguales en todas las personas pero que voy captando y a los que me voy habituando y trato de comprender.
A veces pienso que la ilusión y la motivación son las dos causas fundamentales de poder llegar a cumplir nuestros sueños. El talento, la capacidad, la suerte, el dinero, la ayuda que nos puedan prestar, el punto del que partamos, el esfuerzo, la formación,... son muchos los condicionantes y las variables que habría que tener en cuenta, pero sin lugar a dudas, pienso que estar ilusionado y motivado para hacer algo es indispensable para lograr hacerlo. Viene esto al caso de que esa ha podido ser siempre una de mis mayores bazas, y me alegra que así sea, aunque me apena pensar que algún día pueda quedarme sin esa llama, que se consuman mis energías, y yo con ellas, y que me quede en el camino por ser la persona que quiero ser y por cumplir aquellos sueños que tengo, y deje de intentar hacer todas esas cosas que me fascinan y que me animan a vivir la vida con pasión, tal y como la vivo.
¿Qué vas a hacer con tu vida? Yo no lo sé. Nunca he tenido la respuesta. Sólo he podido saber qué quiero hacer. Qué me gustaría hacer. Hay objetivos, es bueno tener sueños, fascinarse con algo, encontrar una razón para salir de casa, para levantarse del sofá, para abrir los ojos, sea lo que sea, algo que haga que saques lo mejor de ti, que se te ilumine la mirada. Siempre pensé que lo primero era precisamente eso, conseguir saber qué quieres, y en verdad, esta es una primera gran traba, que por suerte siempre me ha resultado sencilla de resolver, pero en la que muchas personas se atoran, y es que imagino que para muchos/as de los/as que leéis esto, esta ha podido ser una de vuestras mayores dudas ¿Qué quiero hacer? Si sabes qué quieres, lo demás es más fácil de llevar, que no de hacer, claro, porque cuando sabes dónde está el norte, sea como sea el camino tienes clara cual es la dirección, avances presto o sumamente lento, tienes una idea aproximada de hacia dónde vas y por qué. El problema es cuando caminas en círculos porque no sabes hacia dónde ir. Así que cuando alguien me avasalla con la pregunta de ¿Qué vas a hacer con tu vida? Sólo se me ocurre responderle: intentar ser feliz. ¿Cómo? Intentando hacer lo que quiero hacer; sea plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro, o una suma de todas esas cosas.
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Sorprendente:
- ¿A qué esperamos?
- Hemos llamado al servicio de seguridad.
- ¿Qué?
- Si. Tenemos que esperar un poco. Llegará ahora. No tarda. Es un servicio de seguridad que nos escolta y vigila que todo está bien, por si sucede algo.
Nunca había vivido algo así. Es mucho peor de lo que parece, porque si muchas familias argentinas precisan de pagar un servicio de seguridad privado “por si pasa algo”, es porque muchos argentinos consideran habitual que pueda “pasar algo”, y viven con miedo de que les suceda. ¡Esto es terrible! Esto demuestra que se vive en un estado de inseguridad ciudadana, de desconfianza, de miedo, y de cierto pánico, que deja en muy mal lugar a las fuerzas de orden público, a los servicios estatales de seguridad y de protección civil, y denota un ambiente de violencia manifiesta que visto desde fuera resulta inaceptable y alarmante. Secuestros, atracos con violencia, robos de todo tipo, extorsión,... no deberían ser situaciones cotidianas para un país que aspira al progreso y a posicionarse como pionero en el desarrollo de américa latina. Erradicar la inseguridad ciudadana puede ser una de las primeras asignaturas del gobierno.
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Estas últimas semanas han venido marcadas por la señorita de la unión del oeste. Me resulta muy bonito ver cómo poco a poco puedes ir entrando en la vida de una persona, familiarizándote con sus gestos, con su lenguaje corporal, porque muchas veces es más importante lo que callas que lo que cuentas. La conocí y recordé aquella imagen tan visual que tuve hace años cuando compuse “una chica del futuro”. Miré hacia los lados, traté de hacer como que nada pasaba, busqué y encontré la cámara y aunque no pensé que fuese una broma, miraba al resto de personas como diciendo “¿Nadie se ha dado cuenta de lo mismo que yo?” Un poco como en esos programas de cámara oculta donde hay un famoso y tú sabes quien es pero está haciéndose pasar por otra persona... no sé, algo raro. Luego, cuando pisas y ves que es tierra firme, quieres convertir cada situación en una escena culmen de tu película con el miedo a que en cualquier momento bajen la cartela que pone “fin”, o que resuene grave esa voz masculina y profunda que dice “tiempo”, y como quieres que eso no pase pues apuras, y seleccionas las mejores palabras de tu diccionario particular, y pones en el escaparate lo mejor que tienes, y realizas la oferta del mes, y te calcas un olín, y haces la apuesta más alta, y perderías hasta el reloj y la cartera con tal de que ganes esa mano, porque es ahora o nunca... y menos mal que luego, cuando estás en casa, cuando te tumbas en la cama y lo recuerdas, sonríes como un idiota y te alegras de que aún te pasen estas cosas, de que puedan pasar, de que crezca la hierba y los incendios pasados no hayan conseguido mermar tu ilusión a pesar de que te hayan dicho que los reyes magos no existan, tú estás igual de nervioso que si existiesen y fuesen a colarse en tu cuarto, y se cuelan, y lo que siempre has creído que no te podía pasar a ti te pasa, y entonces ya no tienes excusas, pero como somos así, como somos de querer más, ambiciosos, pues puestos a pedir, pides más, pides que no se vaya, que se quede contigo, que se rinda y se entregue, y en esos momentos es bueno abrir los ojos y darte cuenta de que si, de que tus manos aún huelen a ella, de que la tienes justo delante tuya, de que ese pulso acelerado es el tuyo, y esas piernas temblando son también las tuyas, y que ella sonríe porque está feliz y tú algo has tenido que hacer. Sí, has sido sincero, has sido tú mismo, has sacado lo mejor que tenías dentro para compartirlo, el champagne gran reserva, la frase más elocuente, tu mejor discurso, el perfil que más le gusta a la cámara de ti, y te ha tocado. Es verdad que no era fácil que pasase ¿Y? Ha pasado. La señorita de la unión del oeste me gusta y me siento feliz cuando estoy a su lado. Es maravilloso. Lo comparto con todos ustedes, porque (y cito la última canción que estoy componiendo)... te puede pasar a ti.
3 comentarios:
Siiii, eso que escribí es mío, y te doy permiso a parafrasear, poner música y ver qué sale, seguro que te sale una canción preciosa!!
Este post tuyo no tiene desperdicio, me hiciste reír con ganas cuando vi al hombrecito de la vigilancia =0
(pero es como vos decís, eso no debería tener razón de ser, lástima que después que pasás un susto grande, te cuidás mejor)
Impresionante! Hoy no tenía clase y como tenía tiempo en mi lista de cosas estaba leerme esta mega-entrada :)
Así que con el corazoncito ahí en un puño eh? jajajaj mucha suerte!
Y es que por mucha Medicina que estudie...sustancias o fármacos que actúan sobre el corazón, me he dado cuenta de que no hay nada como una mirada o una caricia para que un electrocardiograma se vea alterado; mola ser humano verdad? jajajajaj (soy una freak, lo sé...)
Gracias por tus consejos para la radio. Me gusta tenerlo todo atado y controlado y eso simplemente no lo tenía... pero a veces hay que dejarse llevar un poco no?
Respecto a lo de "te puede pasar a ti" pinta GENIAL! y créeme que te podría contar historias para ayudarte a componerla pero que jamás te creerías......
Un beso muy fuerte!
Pato y Sele!!
Gracias a las dos por apoyarme, y cuidarme en cierta medida. Me alegra contar con vosotras.
Un beso enorme!!
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