“Cifras y letras” y “A polo bote”
Sé que sonará a broma pero he participado en estos dos concursos de la TVG en los últimos meses. Lo digo a modo de confesión y evitaros preguntar cuándo se emite porque después de mis deshonrosas derrotas en ambos no quise saber nada. Uno siempre se hace grandes expectativas acerca de lo que puede suceder, pero en mi caso en eso se quedaron, y es que resulta que a pesar de la ilusión y de no ser un patan, hace falta algo más, bueno, sobretodo, no ponerse nervioso.
¿Por dónde empezamos? "A polo bote" fue el primero. Es un concurso de coña. Si lo veo me muero de risa y siento vergüenza, ambas cosas. Apareceré toda la semana por la tarde. Porque cada tanda de concursantes permanece una semana entera, divididos en equipos de chicos contra chicas, la mecánica es que del sexo ganador y luego de eliminarse nominándose entre ellas o ellos, quede una sólo persona, así, al final de cada programa habrá una chica o un chico que tendrá que jugarse un bote contra todo el equipo rival. No sé si me he explicado. Son preguntas de cultura general, pero que en casa prometo que se resuelven con una facilidad que en el plató… Sí, lo sé, dije que el arco iris tenía nueve colores ¡Lo siento!
La historia de cómo llegué a participar en ese concurso es completamente casual, pues yo en realidad ni lo conocía, bueno tanto es así, que ni se había estrenado cuando me seleccionaron. Fue divertido participar en él la verdad. ¡Ay! ¡Si aún hubiese juego de la oca!
En "Cifras y letras" es otro rollo. La tensión se masca en el ambiente. Decir “tengo cuatro letras” suena demasiado fula, si además tu contrincante dice que tiene siete y se calca una palabra que ni sabías que existía ¡Como para encontrarla en ese desbarajuste de letras! No voy a engañar a nadie ¡Me pulieron! Me dieron un repaso de escándalo, o quizás no fue para tanto pero…claro, yo lo veo siempre mientras como, me siento bastante bueno, y tenía puestas muchas ilusiones en llevarme un buen pellizco. ¡No gané ni a uno! Que conste que tengo el síndrome de alturas, es decir, siempre que estoy muy cerca de conseguir algo grande, la cago. Es norma. Yo apunto de dar el golpe, y cuando estoy saliendo del museo con el cuadro robado resbalo y lo rompo. No soy demasiado perdedor, pero sí una eterna promesa. En fin, que tengo una buena estrella de la ostia, pero que se va de cañas cuando estoy a punto de relamerme cual oso con tarro de miel.
A mi favor y para mi defensa decir que Chan, así se llamaba el chico de Santiago entrado en la treintena que me ganó, había tumbado a 7 u 8 adversarios y varios días en el plató, y eso que se graban tres o cuatro programas al día. El chico era bueno, y venía rodado. En el programa me recordaron que era la una de la tarde y llevaba jugando desde las nueve, pero aunque cansado, no le pudo la presión, ni siquiera porque en la primera prueba de cifras me dieran un 100, un 4, un 3, y me pidiesen un 101. Me ponía por delante del coloso. Pero en cuanto empezó su turno y las letras, no bajó de seis casi nunca. En todo el concurso saqué una de cifras exacta (9 puntos) otra aproximada (6 puntos), una palabra de seis letras (6 puntos) y una palabra cutre y triste de cuatro; “neno” (4 puntos) ¡Qué pena! En todo momento lo vi muy complicado porque él no cometía apenas errores y cuando lo hacía, yo no los aprovechaba. La puntuación final, 25 a 57 es inapelable. Me queda el consuelo de que ha ganado a tantos que cuando yo me largué del plató ya había recaudado más de 4000 €uros, así que mi rival era de altura.
Me regalaron un diccionario Xerais da Lingua, actualizado y completísimo, valorado en 90 € y que muy amablemente pongo en venta por 50 €. Se admiten ofertas en los comentarios de este post. Pasé por la depresión de no querer ver el programa en los siguientes días pero ahora he vuelto a caer, y a veces me consuela ver que a juzgar por lo que veo hacer a otros participantes tampoco soy nefasto. ¡Hay gente que gana con 30 puntos y su rival se queda con menos de veinte! Sumando los puntos de Chan y los míos pasamos de ochenta. ¡Fijaos en el concurso y veréis que pocas veces pasa eso! Bueno, no voy a seguir justificándome.
Conocí al mítico Paco Lodeiro, al que se le veía muy fachendoso y socarrón, sin parar de cantar en toda la mañana, y haciendo sus clásicos chistes malos, además del profesor Mira, que se mostró muy cordial. Me cayó realmente bien, porque me resultó una persona bastante alegre. En el plató dejó patente lo freak que es con los temas de ciencias. Pero de una forma especial me hizo más cosa conocer a Yolanda Castaño. Me trató con mucho tacto. Le comenté que había visitado su web y que conocía sus poemas (por cierto son eróticos). Así que creo que el nerviosismo propio de estar jugándote una pasta, el que te produce la tele, el que representa estar en un concurso que ves desde tu casa todos los días, el de conocer a unos presentadores que ya te resultan familiares,…hizo que me fuese de allí perdedor, bueno, y el rival de alto nivel que tenía enfrente. Y por una vez reconoceré que yo tampoco soy un maestro en el concurso.
Lo siento. Algunos me decís si podré vivir de andar concursando por ahí y ya os digo que la cosa está bien fea porque no dejo de perder. Concurso al que voy, concurso que pierdo. Vale intentaré ir a lo de las cajas y al quiere ser millonario, pero que sepáis que no está nada fácil.
'La Jornada', imprescindible y en primera persona
Hace 22 horas
2 comentarios:
te hacen un regalo y lo pones en ventaaaaaaaa?????????uyyyy...q maravilla!entonces...como para regalarte algo!es q ya lo tienes repe?solo si es asi tienes perdón.
hola manuel!
Soy una fan incondicional de cifras y letras,estoy enamorada del presentador desde hace tiempo.si pudieses enterarte de si tiene novia o está casado te lo agradecería muchisimo. Basta lo publiques en tu blog
por cierto, tocas la guitarra no? yo toco la flauta travesera, me encanta! ahora estoy empezando un curso de castañuelas.
Me encantan los prados de galicia y el olor a marisco.
muchisimas gracias!
Hermoso!
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