Buenos Aires, del 25 de julio de 2013 al 22 de junio de 2014
De vez en cuando me gusta sentarme y reflexionar un poco. No le doy mayor liturgia al tema, pero me gusta hacer parada y fonda. Si te paras a pensar es posible que puedas dividir tu vida en etapas bien diferenciadas. Debo estar bastante contento con lo que he vivido porque me gusta rememorarlo de cuando en vez. Me decían que tendría que estar realmente feliz con la experiencia que estoy teniendo la suerte de tener en Argentina, y la verdad es que sí, lo estoy. Esta está siendo una etapa de mi vida muy enriquecedora. Creo que hasta la fecha ha habido dos partes bien diferenciadas; el primer año y medio, -que concluyó con la visita de mi madre-; y desde el inicio de mi relación con Laura hasta ahora (algo más de seis meses). Musicalmente lo dividiría en cinco temporadas. Y pensaba esto para programarme, organizarme y ponerme de nuevo manos a la obra ahora que he conseguido recuperarme de mi lesión. En todas esas “temporadas” (pareciera que hablo de una serie de televisión), he apostado por el presente, por Argentina, por mis estudios aquí, y por hacer camino aquí, de cero, disco a disco, concierto a concierto, sintiendo realmente que hice un alto en el camino cuando me vine a vivir a este país. Por ahora sin demasiados resultados cuantitativos, pero quizás muchos más de los que uno alcanza a entender a nivel cualitativo. Y confío en que volveré, en que algún día regresaré con mi proyecto bajo el brazo a este pais, y tendré algunos amigos esperándome, y eso, eso ya es bastante. Por ahora sigo rascando a ver si encuentro oportunidades interesantes, que sé que las hay.
Aquí estamos disfrutando en "El secreto del Polaco" con Ani Pietraszek y Mar Ribba |
Llevo tiempo sin componer. Esto me había pasado ya anteriormente, y me alegra que me preocupe pero no me desespere ni me desestabilice. Llegará. Confío plenamente en ello. En estos dos años apenas habré compuesto 6 canciones, ahora bien, me reconozco en ellas, me identifico, las siento propias. Como compositor tengo muchos psico-traumas en los que unos días me siento Gardel, y otros creo que todo está para quemar. En general me siento, cuento hasta diez, y concluyo que es lo que tengo y lo que soy, y que no he matado ni robado, que diría mi abuela. Hay de todo; algún gol de rebote, alguna que se fue a la grada, y un par de golazos que ni yo sé cómo me salieron. Ante todo hay ilusión por seguir haciendo. En la escuela recibo todos los días mucha información, mucha data que dirían por estos pagos. De eso siempre se queda algo. Espero aprovecharlo y que se note.
Los pingüinos. Posiblemente, junto a mis amigos los patos, uno de mis animales preferidos. ¿No son amorosos? ¿Cuánta maldad puede haber en un pingüino? |
Me cuesta mucho mantener la rutina. Siempre ha sido así. Vivo sediento de acción, de que pasen cosas, de sentir el movimiento. Como esos niños subidos a los cochecitos estáticos con luces y sonidos que fantasean con que conducen un auto sin moverse del sitio. Siempre me he sentido así. Si la música cesa, los niños lloran, se quejan y se ponen fastidiosos. Yo ya estoy grande para eso, así que simplemente me largo y busco otra cosa. Un ejemplo que recuerdo mucho y muy bien, sucedió durante la adolescencia, y creo que de algún modo, definió bien cómo sería yo años más tarde. Entre el montón de cosas que hacía, o que soñaba hacer, me acuerdo de planificar tener una granja. ¡Sí! ¡Lo he dicho! Recuerdo incluso que empecé a ahorrar dinero para ello. Me parece que durante dos meses, hasta que ni siquiera recordaba los motivos que me habían llevado a querer tener una granja, pero admito que cuando lo pensé al principio, éstos, eran claros y bien definidos. Lo que sí cambió con los años, es el hecho de que no abandono mis objetivos. Vivo muy concienciado con cumplir mis sueños, y eso me parece magnífico, el problema está en que muchos de ellos, se antojan lejanos, muy pero que muy lejanos. Ahí es donde entro a cultivar mi paciencia y mi perseverancia, a prueba de balas, por cierto.
¿Os parece fácil vivir lejos de casa? ¿Suena lindo eso de vivir en Argentina? Pues... sí pero no, o no pero sí, o ni una ni otra, ni todo lo contrario. Me aclaro; No es fácil estar lejos de casa, y por mucho tiempo que pase, mucho que mejores tu calidad de vida, tu bienestar, tu acomodo en un lugar ajeno, siempre, siempre, siempre, echas de menos a los tuyos, y ciertas cosas. Tu terreno. Como si un equipo jugase siempre en campo visitante. Hay días que visualizas tu rendición, y como no te gusta, sigues adelante, y confías en que las cosas mejorarán. Pido tiempo a los míos, tiempo para poder preparar algo que considere que está a la altura; tiempo para poder llenar la maleta de conocimientos y sentir una evolución. Luego, volveré a casa y será muy lindo, aunque... que nadie dude que me volveré a ir, porque en ese sentido siempre me ha gustado moverme... pero esto ya lo dije unos párrafos atrás. Y Buenos Aires... pues sí, es lindo, o no, y así, en esa contradicción tan suya te encuentras, siempre en el alambre, siempre inestable, caprichosa, a flor de piel. No se sabe qué es lo que más te gusta de ella, si su frescura, ese aire renovado que sopla cada día, si su grandilocuente decadencia, esa altanería porteña que tropieza con la realidad de bruces a cada paso, o si ese carácter que no quiere queriendo ser latino o europeo, y que mientras exclama un “aguante argentina, carajo”, ansía la nacionalidad alemana (por ejemplo). Y si no te gusta, “andate a la concha de tu madre, pelotudo” o “chupáme un huevo, chabón”.
¿Conocéis a Alejandro Ferre? Es un talentoso cantautor Mar Platense con el que he compartido escenario y fiesta, y alguna mano de pocker en el casino. Un caballero. Es un señor, es un señor.. |
[como ya os avancé, en un futuro no muy lejano, llegará la cuarta entrega de este capítulo. Para que la espera no se haga larga, puedes leer el resto del diario en la carpeta "personal" de la columna de la derecha de este blog... busca etiquetas.]
0 comentarios:
Publicar un comentario