Valoración: 6
Kathryn Bigelow se propuso el enorme desafío de concentrar en una película la búsqueda de Osama Bin Laden, ni más ni menos. Todos sabemos ya el final de esta historia antes de empezar a verla y eso hace que tengas que ser muy, pero que muy bueno narrando una historia para que ésta te mantenga atento, o eso, o desconoces el suceso y simplemente ves la película a modo de documental, lo cual entraña enormes riesgos, porque en ningún momento hemos dicho que se trate de un documental, y nadie nos asegura la imparcialidad –ni siquiera el intento por hacer uso de ella- en este trabajo, que no deja de ser una investigación y una labor minuciosa por parte de una directora que ya había recurrido a una temática bélica y violenta en su premiada con 2 Premios Oscar “En tierra hostil”.
La primera mujer en llevarse el premio Oscar a mejor directora por la academia de cine en el año 2010, pretende sintetizar una década de investigaciones, acontecimientos, atentados, y conflictos políticos, en dos horas y media. Para mí gusto no lo consigue. Tengo todo el tiempo la sensación de sentirme dirigido, guiado, y todo ello sin demasiada inspiración. Me sentí como cuando tienes ante ti, uno de esos vendedores a los que desenmascaras desde la primera frase, y que sabes de sobra que tratan de venderte a su abuela si es necesario, y a los que dejas explayarse a gusto, sin dejar de tener claro que en ningún momento firmarás la compra por mucho que se empeñen... pues así me sentí. ¿Trata de ser el relato de una heroína? Espero que no. ¿Quiere enviarnos el mensaje de que “las mujeres también pueden”? Pues llega tarde, es obsoleto, e incluso prejuicioso. Por supuesto que pueden, pero ¿Quiere decir que fue una sola persona? Pues por momentos uno creería que sí. Muestran tan pocos argumentos, lo venden tan mal, reconocen sus malas artes, y se igualan a los que juzgan como enemigos con tanta semejanza, que uno está deseando que no encuentren lo que buscan, que no se salgan con la suya ¿Quiere decirnos que los americanos siempre ganan o que el bien siempre prevalece? ¿O quiere que empatemos estos dos conceptos? No tuve en ningún momento la sensación de que nada de lo que se mostraba fuese positivo, y si, lo sé, es un reflejo de lo que sucedió en realidad, así que… ¿Qué quieren que les diga? No me gustó el enfoque de la película.
¿Se lo están tomando en serio, o hay mucho dramatismo cinematográfico? ¿Están juzgando o están tratando de mantenerse al margen? ¿Por qué me resulta todo tan frívolo? Incluso los interrogatorios parecen demasiado recreados, muy coloreados. O se rueda con toda la crudeza y veracidad posible, o termina siendo una recreación subjetiva de un hecho histórico bien presentado pero carente de interés más que para quien no tenga la más mínima idea del caso, o a quien no le suscite ninguna opinión y se deje llevar por la propuesta que realiza la directora.
El guionista y productor Mark Boal, realizó un extenso trabajo de documentación y entrevistó a numerosas personas a las cuales mantuvo en el anonimato, pero a las que retrató lo más fielmente posible en la cinta, a través principalmente, del papel protagonista, una joven agente de la CIA, que trabaja en la búsqueda de Bin Laden. Ni ficción, ni documental, trata de ser una mezcla de ambos. Se agradece que hayan rodado incluso en el mismísimo Pakistán, y que se hayan tomado la molestia de trabajar in situ, en las localizaciones más próximas a los hechos, al igual que el uso de sofisticados artilugios que les permitieron entre otras cosas, grabar en la oscuridad con una alta definición de imagen y de forma muy fidedigna, aunque esto no reportó mayores mejorías a la obra de manera global, y quedó en anecdótico en las escenas finales.
Insisten mucho en la proeza de la búsqueda, como si su objetivo fuese una lucha personal de superación, cuando en realidad estamos hablando de miembros de la agencia de inteligencia y seguridad más importante del mundo, con miles de millones de presupuesto, y con una misión prioritaria y central para un país como Estados Unidos de América, empeñado en localizar a un hombre al cual atribuir la responsabilidad absoluta de los actos violentos y los ataques que sufrió el país en el año 2001. El mensaje del miedo. Nosotros, haremos lo posible, encontraremos al malo, lo mataremos, y el mundo se salvará. En esta ocasión el extraterrestre que quiere acabar con el planeta es un tipo con turbante que se esconde con su mujer y otras dos familias en una casa de Pakistán. Por lo demás, volvemos a encontrarnos con el relato del héroe americano, ahora en la piel de una joven agente de la CIA que se sobrepondrá a las adversidades -principalmente burocráticas- y a las amenazas de muerte, para llegar hasta el final.
En entrevistas realizadas a Mark Boal reconoce que la idea era hacer un guión sobre el fracaso de la búsqueda de Bin Laden en las montañas de Tora Bora en Afganistán, pero que cuando ya lo tenía, la noticia de su muerte convulsionó al mundo y entonces tuvo que cambiar la historia. Del mismo modo reconoce que como neoyorkino, y vecino próximo a Manhattan, quedó impactado por lo sucedido en el 11-S y quiso escribir sobre ello y conocer más sobre la figura de Bin Laden, a quien en la película no le dan más que caza. La investigación de Mark debió ser toda del mismo color, porque no hay ni un solo momento en el que se comente nada desde el punto de vista del saudita. Nos dicen que le buscan, que es muy malo, que debe morir, y que harán cualquier tipo de salvajada con tal de llegar hasta él, matando a quien se interponga en su camino y cometiendo todo tipo de tropelías imaginables, eso sí, con muchos medios, mucho dinero, y muy buenas armas. Justicia infinita, o moderna, o algo así le llaman ahora. Ya puestos a entrar en materia, recordemos que este individuo fue formado por la propia CIA y colaboró con ésta en la guerra de Afganistán que provocó la salida de la URSS en 1989 del país Afgano.

Cuando repasas entrevistas concedidas por la directora y el guionista enseguida distingues en ellos ese patriotismo enfervorecido que hace que todo sea visto a través de la lente de un norteamericano y de ningún modo puedas sentirte vinculado a ellos si no tienes sus mismas gafas. Dicen que la operación era secreta; obvio, en eso consiste una operación de un servicio de inteligencia como la CIA, en que sea secreto. También nos habla de la necesidad y efectividad de la tortura, y lo hacen de tal modo, de manera tan estandarizada, que tratan de normalizar lo que a todas luces debería ser un crimen. Luego, las reglas cambian, deja de ser una opción, y da la sensación de que hasta eso parece resultar una molestia. Vaya, que o estás de acuerdo con ellos, o te hacen sentir raro y todo.
El propio guionista justifica no contarnos nada acerca del pasado o de las motivaciones del personaje principal. Simplemente está ahí. Actúa así y punto. Y aunque a él le parece que el único interés está en lo que sucede en la pantalla, lo cierto es que el espectador no traga con eso. Quiere saber qué motiva a uno a actuar de ese modo. Al final, ¿Qué resulta? Que tenemos una suerte de mujer robótica que está por encima del bien y del mal y que nos dirige a su antojo por una historia que no terminas de masticar.
En lo técnico hay un buen uso de la cámara en mano, que da mucha versatilidad a las escenas, sobre todo cuando hay cierta acción. Las cámaras digitales Arri Alexa, permitieron rodar con muy poca luz, dando un acabado granular a la imagen en las escenas finales, con un acabado diferente al celuloide, y también a lo que cabría esperar del digital.

También les llevó su trabajo construir bloque a bloque una réplica exacta de la residencia de Bin Laden, que levantaron en Jordania, tratando de mantener en lo posible la mayor fidelidad con los planos y las imágenes reales con las que contaban en su documentación.
Cero simpatía por los personajes fríos y obsesivos que representan Jessica Chastain, Jason Clarke, o Kyle Chandler. Lo cierto es que lo que prevalece es la narración de la historia. La actuación de Jessica Chastain es la más importante y la central en esta obra, aunque no me entusiasmó en absoluto. No sé qué cuota de culpa tiene la actriz, y cuál el personaje que interpreta pero no me convenció.
Concluyes que ésta no es una historia de justicia, que no se pretende más que cumplir rendida cuenta a la obsesión, que todo se centra en un objetivo, en una meta, y que luego vendrá otra y otra, y otra más, y que sólo hay un color para dibujar el mapa, lo cual es muy grave. Todo vale si formas parte del club, si eres un seguidor más de la causa. Y podríamos concluir con aquello de así son las cosas, y así se las hemos contado, y no lo pienses más porque es así y porque yo te lo digo.
Poco diálogo, y con pocos nutrientes. Un desarrollo del personaje principal a golpes, es decir, su evolución es a machete, pasando de la timidez de sus primeras apariciones a la voracidad de los últimos tramos de la cinta.
¿De dónde eres? Si eres norteamericano quizás te ponga el tema, si no, posiblemente esta película no te aportará nada de nada. ¿Quieres ver algo terrible? Recuerda cuando G. W. Bush dialogaba con J.M.Aznar con los pies sobre la mesa, o cuando leía un libro infantil a unos niños al revés. Eso es pavor.
Sinopsis en castellano:
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