Han sido tres días de reencuentros. Al menos yo lo he vivido así. He vuelto a ver a todos mis amigos de siempre juntos, a una pandilla que ha convivido unida desde los 13 o 14 años. Con algunos de los que he estado llevo 15 años compartiéndolo todo, y eso me gusta y me hace sentirme bien. Quiero agradecérselo especialmente a mi hermano Borja. Siempre él.
El viernes invadimos la casa de Bor, que se renueva cada cierto tiempo para estar a la última y seguir siendo la casa que todos querríamos tener. En ella nos juntamos seis amigos tales como: el mañic's, luislove, el plumas, calderetas, el negrata (of course) y yo. Me divertí muchísimo charlando y bromeando con ellos. Jugamos a las cartas y fue un momento al que sé que recurriré en el futuro cuando los eche de menos, algo que seguro que me pasará.
Luego el sábado hice acto de presencia en una cena ¡¡Por fin!! Lo cierto es que hacía una barbaridad de tiempo que no iba a una, por unas cosas o por otras siempre me coincidía mal, y me las perdía. Esta vez, cosas del destino, nos juntamos unos 15 y eso es complicado que suceda. Sólo nos faltó Luisbrik. Los demás estaban todos. Me lo pasé muy bien. Comimos, bebieron, y nos divertimos. Echaba de menos algo así. Sinceramente gracias a todos por seguir ahí. Os quiero chavales.
Sin embargo he de decir que las dos noches volvía a casa a eso de las dos de la mañana, y es que estoy fuera de juego en el mundo de la noche. Si Natalia estuviese conmigo sería distinto, entonces si, pero reconozco que sin ella me siento un poco huérfano y me pongo a darle vueltas a la cabeza y a rayarme, así que casi mejor paso. Además lo hice por Borja. Él salía y reenganchaba con el día siguiente: domingo por la mañana trabajando como guía en la isla de Sálvora, asi que preferí que uno de los dos fuese descansado e hizo falta. Hizo falta porque de lo contrario no habría llegado. Mi hermanazo no estaba en las mejores condiciones pero se repuso con el viento en el barco y pasamos una mañana genial por la isla con un grupo de 20 personas. Yo le escuchaba atentamente y me alegré de verle en su hábitat, haciendo algo en lo que se siente cómodo y feliz. Me alegro por él. Comimos con sus padres, que siempre han sido mis segundos, y volvimos a descansar a casa. ¡¡Hasta tuve tiempo para componer una nueva canción!! Y es que en los últimos días estoy tocando siempre que tengo un hueco y voy sacando cosillas. Parece que tienen ganas de salir así que estoy atento para ir guardándolas y que no se queden en ideas difusas. Hay que capturarlas, tratarlas, y luego equiparlas para subirlas a los escenarios.

Isla de Sálvora