Pan con perro
¡Cómo sabéis dar en el clavo! ¡Qué bien me conocéis! Lo primero en orden de sorpresa, es lo que encontré sorpresivamente sobre mi cama hace unos días: una carta. Debo sentirme orgulloso de haber recibido unas pocas desde que estoy aquí y agradezco a todos que me hayáis escrito, porque resulta realmente bello recibir una. Es una sensación de que de lejos te llegan noticias de personas que quieres y admiras y que no te olvidan, que viajan un poco dentro de esos maltrechos sobres que se suben a aviones sin miedo, y que pasan de manos en manos como billetes, pero con personalidad propia, con algo que decir. Las cartas -tal vez igual que las facturas- es de esas cosas que siempre se leen varias veces. La primera, lento para no consumirla muy rápido, la segunda para afianzarla, luego quizás una tercera para compartirla con alguien, opción que de no darse, se vería sustituída por una lectura a tiempo corrido para recordarte a ti mismo, años atrás desde el punto de vista de otra persona. Buenos y malos momentos, que quedan clavados y que engruesan el diario de uno (si lo tiene) o se hacen sitio en el tan recurrido baúl, odiósamente llamado, “de los recuerdos”, agrupando aquí, a los ordenados, a los preocupados por el sentimentalismo adolescente, porque muchos otros, sencillamente las guardan, aunque nunca saben bien dónde.
La carta me enloqueció por momentos. Por primera vez desde que lo conozco y luego de bastantes escritos regalados altruistamente por mi parte, Luislove se lanzó a escribirme, con foto incluída. ¡Magistral! Me gustó mucho amigo. Muchas gracias. En serio. Me quedé perplejo. También me alegraron los últimos mails recibidos de Borja y de Geno, así como de Barbie. De los que no he vuelto a saber nada son de Rafa, y de Isra por nombrar a dos con los que sí me he mantenido comunicado este año pero que hace un par de meses que no sé nada de ellos.
La noticia estrella de estas dos semanas, en lo que he estado volcado, es en la presencia de Roberto y Caye en Cuba. ¡Se quedaron dos semanas! Nos lo pasamos realmente bien. En este caso la clave del éxito es que estuvieron mucho tiempo y que querían pasarla de relax. De entrada nada de hoteles. Lo dejaron de mi mano y les conseguí una casa preciosa de unos coleguillas, Sandra y el Guma, cubanos que antes nos servían cenas, antes de que conociese a McRobert, (que es también amigo de ellos), y por 15€ la noche, entre los dos, ahí se quedaron a vivir, en mi propia calle, es decir, eso ayudó enormemente a no tener que movernos para ya estar juntos e irnos de un lado para otro. Además ahora que la pandilla mía aquí está bien compactada y unida, pues ellos se solaparon a nuestros planes y cuando por mis quehaceres diarios no podía estar con ellos, pues les trazaba una ruta para que viesen algo por su cuenta, algo que posiblemente yo había visto un montón de veces. Así que ellos disfrutaron mucho. Resumiré el viaje en los siguientes párrafos haciendo incapié en las cosas más destacadas:
Una vez estuvieron asentados me trajeron las primeras buenas nuevas: me trajeron chocolate ¡Qué rico! ¡Os recomiendo la tableta de Lindt de tarta de limón! ¡Qué pasote! Además y a petición mía una revista Rolling Stone, y caramelos, chicles, y chucherías. Me fallaron con el embutido que por aquí no se degusta casi nunca, pero por lo demás perfecto.
Una de las mañanas fuimos a la Marina Hemingway dónde los barcos de recreo atracan mientras sus ocupantes se dedican a alquilar alguna de las viviendas turísticas que hay allí o bien pasan unos agradables días en la ciudad, si es que son extranjeros. Si son cubanos, sencillamente encuentran en este lugar lo que sería el Naútico en Vigo. Aquí se asienta y localiza una de las empresas que oferta salidas a los corales para hacer submarinismo en grupos. Allí hay un local que se dedica a la fabricación de banderas en el ámbito de La Habana y de todos los tamaños y colores. Nos sacó una tabla de países con sus respectivas banderas pero luego el lugar adoleció de prestar un servicio tan lógico como el del venderlas, cosa que por lo visto no podía, no obstante nos regalaron unas pañoletas del Che, y nos invitó a acercarnos hasta una tienda cercana en la que poder adquirirlas. Allí compramos las más gansas que encontramos, dos en mi caso; una de la bandera nacional, y otra mucho más grande con el Che. Igual que aquella que había tenido que venderle (por la chapa que me dio) al Oso en navidades y que ahora volví a conseguir pero de un tamaño mucho mayor.
Pasamos en esos días por lo clásicos desayunos en el Paradero, en el chiringo de Diego, el que todos los días con la misma camiseta y gorra, nos sirve los “panes con…” la lista interminable con la que podría acabar la frase: mantequilla, mayonesa, pasta (de no se sabe qué) croqueta (de algo que sólo tiene la forma, y si le echas mucha imaginación), de lechón, de hambergue (aún por descubrir su origen) de jamón, de jamonada (como el jamón pero de menor precio, lo que en este lugar indiscutiblemente significa, de mucha peor calidad), de chicharrones, de tortilla, de guayaba,…y el que ya he logrado hacer famoso gracias a una coña que tenemos, de perro. Pan con perro es como llamo cariñosamente a la hija de Diego, el dueño del puestecito, que sirve en un ventanuco que da al salón de su casa, de dónde sale una puerta que también da a la calle. ¿Hay arquitectos aquí? Tienen una idea del diseño del hogar muy distinta a la nuestra. A la hija la estoy tratando de unir con Jesuli, que lleva dos meses, a pan sin, es decir, sin pillar, pero por ahora no hay manera de hacer nada más que que se escapen el uno de la otra y viceversa, conmigo en la jodedera por el medio.
Robert y Caye, probaron todo lo habido y por haber de la comida criolla, porque les llevé a la visita obligada por casa de McRobert, del que no quisieron saber mucho en las semanas que estuvieron porque decían que era un aprovechado y un interesado, cosa que aquí sabe todo el mundo, y de la que tienes que tratar de abstraerte. Fotitos con el pequeño MalJelfelson a parte (cada vez lo escribo distinto, entended que está jodidillo reproducirlo sobre el papel), heladitos varios, batidos y hamburguesas, y restaurantes, no podrán decir que no comieron, algo que se repite en todas las visitas que he tenido, y es que no hay nada mejor en lo que gastar la pasta aquí que en comer a gustazo.
Fueron al bario chino y asistieron al reto. No sé si lo he contado en ocasiones anteriores, pero solemos ir al que se presupone como uno de los sitios más baratos y más ricos de la ciudad, y que se llama “Los Tres Chinitos”. La comida está tan buena, -la pizza que es la especialidad- y es tan barato, que siempre nos pasamos tres pueblos comiendo, así que cada vez que vamos hacemos “el reto”, consistente en que alguien trate de comerse dos pizzas, para lo que al principio lo motivávamos pagándole la segunda y ahora le pagamos la cena entera incluída la bebida. Se han estructurado tácticas de cómo comerlas, pero no hay manera. Sé que estaréis pensando que vosotros lo conseguiríais pero no tenéis ni puta idea. Robert dejó restos de su primera, aunque con él no iba la apuesta. La apuesta esta vez fue con Patxi a quien sí creí capaz, pero nada, no hubo manera. Nadie lo ha conseguido, y pocos son los que lo han intentado, sabiendo que les tocaría pagarse dos por la cara. ¡Así que que nadie se flipe creyendo que lo conseguiría, y si no que venga y lo demuestre!
Otro día fuimos a otro restaurante distinto en el barrio chino con Jesuli, y Albert que a todos encantó. “El baviera” que yo conocía y que disfruté con mi madre, André y Barbie, además de Rafa.
Casi todas las cosas que hice con ellos ya las había echo antes así que de poco vale que repita que estuvimos en la Tribuna Antiimperialista, en el Malecón, en la Habana Vieja, el la Plaza de la Revolución, etc. Una cosa que nunca había echo era subirme en un barco, y lo cumplí. Un pobre ferri enano, y cascado que nos ayudó a cruzar la bahía para ir al morro, el cristo, y la cabaña. Jesuli también se vino conmigo. Con él paso gran parte del tiempo, nos compenetramos a la perfección y me va conociendo bien. Con mi querido Albert también estoy día y noche y ahora a consolidado mucho más su relación con mi hermanira Limara, así nos llamamos el uno al otro. Con ella tengo la afinidad que no encuentro con casi nadie en esta isla. Estrechamos mucho nuestros lazos y ya formamos un divertido trío entre Albert, ella, y yo. Sí sé que no pinto mucho, pero se trata de dos de las personas que más quiero aquí así que es muy agradable verles juntos y saber lidiar de intermediario, cosa que gracias a Borja he sabido hacer siempre bien, sin cagadas, sin interrumpir, más bien usado, y no queda mal que utilice ese término, “usado”, para ayudar y acercar cuando es preciso. En torno a ellos, hemos montado la pandilla, así quedamos siempre con Judith y Ale, las mejores e inseparables amigas de Limara, la primera de ellas la chica con la que yo me lié y a quien trato de manera más especial y afectuosa porque le guardo más aprecio. Por lo tanto ya vamos siendo un grupete majo, que hace cosas como la del día en el que se fueron Caye y Robert (que no pudieron ir porque se iban justo unas horas antes), en casa de Limara, donde nos presentó a su familia, -encantadora por otra parte- y bailamos (yo puse el ska) perreando a más no poder, en un desmadrado calor, aliviado para algunos con mojitos que iban y venían sin ton ni son, mientras yo me esforzaba por darle vida a mi cadera y mis hombros, y algo de swing a mis enormes pies. Comimos a gustazo una exquisita tortilla de patata que nos esmeramos en preparar, y una ensalada enorme y completísima, que miraba de reojo al embutido que las visitas nos han ido dejando y del que tiramos en ocasiones especiales. “¡Voy a freir esto que está crudo!”- dijo Limara. “¡Nooooo!, ¡Qué haces hermanita! Pero si es jamón serrano” ¡Madre mía! ¡Qué cosas tienen estos cubanos! ¡Casi nos da un yu-yú a todos!
El concierto, vamos al concierto. El sábado primero de abril en el Centro Hispanoamericano de Cultura y ante unas 75 personas según la organización di uno de mis conciertos más montados desde que estoy aquí. De gente no anduvo muy puesto, dabo a lo que acostumbro a ver por aquí, pero según me chivaron no se hizo mucha promo, a pesar de la entrevista en Habana Radio que me hicieron el día anterior, y ahí va; a pesar de salir anunciado en el periódico nacional de cuba Juventud Rebelde, uno de los más importantes del país, con foto incluída. Esa foto que ya tiene sus años en la que salgo con una camiseta naranja y una Gibson acústica roja en la mano, mirando hacia otro lado. ¡Supongo que os acordáis de esa foto, porque es la portada de mi web. Asistieron al concierto dos invitados de honor, trovadores de mucho nivel que me hicieron más pequeño de lo que ya soy: Tony Ávila y Adrián Berazaín, que nunca me falla. Otros que había invitado no lograron venir desde sus respectivas provincias, como fue el caso de Miguel Ángel de Guantánamo, con quien sigo tramando lo de ir para allá a tocar. Eso por cierto es algo, quizás mi último gran proyecto, que espero aún esté a tiempo de hacerse. Al menos cuento con las enormes ganas de mis amigos de ir, y el buen hacer de la gente de allá que nos espera.
El concierto tenía una parte inicial en la que yo tocaba sólo, que pasó, según mi punto de vista, por sus momentos altos y bajos, pero sin llegar a emocionarme, y una segunda parte donde salió toda la banda, con la que había seguido ensayando para el concierto, en el propio centro hispanoamericano las dos mañanas anteriores, tras las cuales nos íbamos de farra todos. El Oso, el Patito, Jesús, Albert, y yo. Ahí, hubo momentos bastante especiales: mi presentación de Albert y la canción que cantamos sólos estuvo bien buena; la cancíon ska-reggea que uno siempre con una rock, todas ellas mías aunque suene un poco raro, tuvo como resultado a Samuel Leví, bailando y cantando ska mientras Roberto en primera fila lo grababa todo en su cámara y se partía la caja. Según él, uno de los momentos más grandes y con los que más a disfrutado de mis conciertos. Algunos temas sonaron bien empastados, y nuevamente no fallamos. No cometimos errores de bulto y presentamos una propuesta firme, que por lo visto convenció al público, aunque a mi parecer, no conmocionó. Algún disco que se va vendiendo y a tomárselo con calma.
Barcelona-Madrid: ¡Qué tensión! Las dos horas previas al concierto. Todos liándola. Robert, Albert, y yo enfilados para animar a los nuestros. Disfrutamos bastante la verdad. El resultado no sirvió para una mierda, pero ya vamos holiendo a liga por aquí. ¡Se celebrará! vaya si se celebrará. Y veremos qué pasa con la Copa de Europa o Liga de Campeones, ese sensacionalista y comercial nombre que le quieren dar.
Varadero, fue cita obligada en estos días, y también les acerqué a una playa (la primera que yo visité en Cuba), y que se llama Baracoa, nombre que también recibe una localidad con playas increíbles que está en Guantánamo, y a la que espero ir en breve. Y cómo parecían empeñados en las playas, hicimos nuestra pasadita por la playa del barrio, donde alguna que otra noche fuimos a hablar, en un paraje idílico, alumbrados por las estrellas, y cercados por las olas, aprovechando para, y esto es demencial, ¡Fumarse unos porretes! porque la genial e indiscutible novia de Robert, Caye, se trajo, por supuesto por error, material. Si se lo llegan a pillar además de que es posible que no le dejasen entrar en el país, le harían pagar cosa de 200€ cosa que le sucedió también por equivocación (no se acordaba que lo traía) a Monti. A todos mis coleguis de aquí les hizo una ilusión enorme la noticia ¡No me sorprendió!
En todo este tiempo, y a nivel personal, he cerrado las clases. Se acabó mi contrato con la escuela, y he empezado todas las gestiones que te van recordando que las despedidas se acercan y que esto se termina, algo que por otro lado ya he asimilado. ¡Cuánto antes mejor! Las dudas sobre lo que vendrá más adelante, esa enorme incertidumbre te machaca en ocasiones pero hay que mentalizarse de que los sueños se cumplen, los proyectos, a veces y por suerte, se finalizan, las risas aunque sean inagotables acaban encontrando el sosiego, y mi etapa aquí va muriendo. No es momento de hacer resúmenes ni memorándums, ni creo que los vaya a hacer, creo que si las cosas salen tan bien como ha sido el caso, lo mejor es seguir hacia delante hasta que algo te frene.
Me despedí de los profesores, pero no hubo demasiadas muestras de afecto. Barbara, la profesora de armonía que sufrío el accidente en la guagua y que estuvo como dos meses de baja, había congelado mucho la relación conmigo, y se notó en su carácter el calvario por el que estaba pasando alguien cuya cara había quedado claramente desfigurada. Mercedes, la de piano, no iba a lamentar en exceso mi marcha, a pesar de que nos llevásemos bien, su asignatura apenas recibía mi atención y no pasamos más de 3 meses juntos, así que…sin más. Félix, el apuesto profesor de canto, que tanto gustó a mi madre, me dijo adiós casi como si fuese a volver la semana siguiente. No sólo porque esté sumamente acostumbrado al ir y venir de alumnos, que también, si no porque nunca fue alguien que se dejase llevar de manera personal con nadie. Un tipo introvertido, que aunque cálido, no se vinculó en exceso conmigo, a pesar de que como profesor lo hizo muy bien y me ayudó mucho. Omar, el preferido por muchos, alguien que ha logrado hacerse querer por muchos de sus alumnos, y por mí de igual forma, tuvo detalles agradables y nos reímos mucho. Él me daba armonía como Barbara, pero popular, más encaminada a las canciones. Es un chico joven sumamente agradable. He dejado a propósito para el final, a mi preferido. Con el que he pasado los mejores momentos y a quien guardaré siempre en mi recuerdo, no sólo porque es un portento tocando la guitarra, si no por ser una noble persona; Pedro Enrique, mi profesor de guitarra. Parece un poco típico que sea él, que me enseña el instrumento que más me gusta, y con el que más horas me he pasado, pero eso no le resta valor, a un ser humano agradecido y entregado, humilde y sincero, cercano y honesto. Un abrazo especial para él.
Entre otras curiosas anécdotas, he recibido mi certificado de estudios, con el sello de la escuela, las asignaturas que he recibido, las horas semanales que se me impartieron, y los seis meses de instrucción que he cumplido. Me han puesto nota, y os diré que de las cinco asignaturas, he sacado 4 MB (no quiero deleitarme en esto, pero es para explicar…Muy Bien) y 1 B (bien) en canto donde precisamente mejor me desenvuelvo. Lo que yo he dicho de las notas siempre. ¡Se me valora fatal! No…esta vez no puedo quejarme. A quien le atraiga la titulitis ahí tiene una buena dosis. ¡Perfecto! ¡Esta gente se ha portado! Ahora soy consciente de que será un valor en mi historial, el haber estado estudiando aquí música, en tantas materias, y con tan buenos resultados, gracias sin duda, a tan buenos profesores y sistema de estudio. Añadir que aunque a primera vista no se aprecie mi notable mejoría, sí que la hay. He dado un estironcillo, que quizás no sea desmadrado, pero si grabase un disco hoy en las mismas condiciones que “Turno de noche”, cualquiera escuchando ambos notaría el claro desarrollo. Ya veremos si puedo demostrarlo el año que viene.
Sé que en este capítulo falta un ingrediente, que sin hacerlo a propósito, ha quedado oculto a vuestra lectura y a vuestro conocimiento. No he hablado de sexo ¿Véis que formal estoy? Pues en realidad, no. Sigo sin privarme de algo tan rico y guapo como el sexo. Es ridículo estar una semana sin hacerlo. Posiblemente sea una de las actividades que más placer le dan a la mayoría de la gente, y que es responsable directo de nuestra propia existencia. Sin entrar en moralidades, nada, que me lo paso teta. Judith y yo volvimos a besarnos una noche. Además de ella en el período que Robert y Caye pasaron aquí (recuerdo que fueron 2 semanas) el número de chicas fue mayor que el de agrupaciones de siete días. Eso sólo significa lo que significa, que aunque no encuentro “novia formal”, o pareja estable, o media naranja, o lo que sea, sí mantengo mis relaciones con chicas con las que intercambio impresiones. No ha ido a más con nadie, por lo de siempre, así que no insisto por ahí que luego me da la impresión de que me estoy disculpando. En la feria de La Habana Vieja, donde le hice unos recadillos a mi madre, que ahora además del negocio de los puros se pasa al de la bisutería con todo lo que le envié, conocí a Yordanka una chica de 25 años (que me estropeó la media tan coqueta que siempre, sin poder evitarlo, baja de los 20 años). Aunque es bien sabido que habitualmente me gustan las chicas más pequeñas que yo, y concretamente las adolescente, o sustitúyase si se desea por persona de cualquier edad con los siguientes calificativos imputables: soñadora, ilusa, ingenua, fantasiosa, rebelde, impulsiva, sentimental, sensible, dulce, morbosa, pícara, libidinosa, idealista, honesta, atrevida,… que representan la mayor parte de ellos a la adolescencia y que suelen definir a los individuos de ese grupo de edad, aunque es cierto que puedan estar y sentirse en personas de grupos de edades diferentes, pasé por el siempre conmovedor momento de conocer a su familia, aunque me llevó engañado a un barrio conocido como Reparto Eléctrico y que os confesaré que casi no sale en el mapa de la Habana. Está muy, muy lejos. Con ella estar estuve, pero fui poco participativo y aunque luego me llamó he tratado de poner punto y final luego del primer acto, porque no es de mi agrado.
Así que puedo decir que Haydée no logró tumbarme, aunque eso sé que no era lo que pretendía, porque he puesto tierra de por medio y he conseguido con actividades, amigos, y buen rollo, olvidarme de que está por aquí, posiblemente con su novio. No la he vuelto a ver, desde el día que la encontré con él, y me insinuó que ya no tenía nada que hacer. Me señaló que estaba con él, y se apartó de mí sin más. Me dejó clavado al suelo, y no tuvo ni el más mínimo interés porque mantuviésemos al menos una relación afectiva como amigos. Se limitó a herirme, y a demostrarme que me la había jugado, que no merecía la pena. Que lo que me decía no valía nada, porque eran palabras, y viniendo de ella era mejor no tenerlas en cuenta. Resultó no ser nada. Me sentó mal los primeros dos o tres días, que me sentía afectado, pero lo obvié. No he hablado nunca nada más con ella. Ahora que he ido escogiendo a gente que realmente vale, no merecía la pena, dispersarme con quien no se había merecido nada.
Me voy. Hablando de despedidas, creo que os conté que Víctor ya no “está entre nosotros” y a pasado a mejor vida por los madriles. Por los dos pobres mails que ha enviado en todo este tiempo, y sólo a Albert, sabemos que se adaptó enseguida, que lo único que sintió que había pasado por la vida de su gente eran las navidades, que todo lo encontró como siempre, que se sorprendía con la inmensidad de una nevera llena y otras cosas de semejante índole, y luego que duró una semana saliendo con Alba porque al poco de llegar tuvieron cisma y se fue a la berga. Por aquí suponemos que lo arreglarán. Se les echa mucho de menos, pero parece que ellos no tanto a nosotros. En fin, c’est la vie!
Espero vuestros arrumacos el día que vuelva. A ver si organizamos algo guapo. Y puestos a soñar, que se disparen las ventas del álbum.
Os quiero amigotes
Que suene la música
Samuel Leví
PD.- Tengo que ir confeccionando la lista de la gente que se queda en Vigo el curso que viene y que va a cuidar de mí. Os necesitaré más que nunca en un difícil regreso. De entrada, el genial Robert (que no me cansaré de agradecerle que haya venido), y Paula Martín, espero que no me fallen, al igual que los restos del instituto Menxoeiro; Reque, Esparza, y el Capitán. ¡Quién se une!
Cuando la música se interrumpe
Hace 2 horas
3 comentarios:
Hola Samuel, soy Andrea (Andrea- 2002-guitarra-mayeusis, concierto en el castro...) Te preguntarás por qué te escribo ahora. Simplemente he recordado que existías y gracias a este genial invento que es google he descubierto que estás en Cuba. Interesante.
Yo tambien tengo planes de estudiar en Cuba dentro de un par de años. Intentaré entrar en la escuela de cine de San Antonio de los Baños. No tanto por la escuela, muy buena he oido, sino por Cuba. Supongo que todos tenemos un lugar al que idializamos y tendemos a ponerle un nombre y yo lo he llamado Cuba. No se si por su música, cine, forma de hablar o esa imagen utópica de todo proyecto politico que nace con ilusion, pero quiero ir antes de que cambie demasiado.
No sé cuando nos vimos por ultima vez y si ya te lo he dicho, pero vivo en Barcelona ahora, e intento hacer cine, colaboro en proyectos de videoarte, revelo fotos, y me interesa la parte de dirección de fotografía e iluminación. Algunas de mis fotos las pueden ver en www.fotolog.com/ginkgo_biloba_/, mi página, pero si la ojeas hazlo en sentido cronológico, si no muchas series de fotos no tienen coherencia.
De todas formas tampoco estaré aquí en Barcelona por mucho tiempo, porque me voy el curso que viene a estudiar a Tampere (Finlandia) aun no sé por cuanto tiempo. Estaré en una escuela de arte dentro de la universidad de Tampere. Continúo con la guitarra, pero a mi aire, y he tenido un grupo hasta hace poco, de bossa-nova, aunque tambien tocábamos cosas estilo jazz-manouche y así.
Nada más, solo decirte que me alegro de que aun existas y aun más de que existas en la Habana y evoluciones con tu música. ¿Qué te hace volver?
(Te he mandado mas o menos este mismo mensajea tu web, en el apartado de "comentarios" pero creo que lo he hecho mal, porque después de hacerlo no ha aparecido en la página, así que lo he escrito aquí.)
inviernocrujiente@msn.com
Por alusiones tengo q contestar. Soy Israel. Las cosas me van muy bien, no me puedo quejar la verdad aunque tú parece que tampoco.
No hay mucha novedad que contar. En cuanto al futbol que sé q te interesa mucho, el barça es practicamente campeon de liga y, si no pasa nada raro, es probable q sea campeon de europa (esperemos que no) aunq el juego no esta tan bien como al principio (si no seria la hostia) gana con mucha autoridad y suficiencia.
Yo me tengo q centrar en el celta q esta ahi quinto en seria lucha por la champions,yo veo el milagro posible. Motivao me esta haciendo sentir los colores.
Tengo q comentarte de Rafael que esta con un esguince aunq es leve q se hizo en el torneo de club de campo aunq solo va a estar una semana con muletas pero el y yo hemos decidido retirarnos del torneo pq hemos dado pena y hay q dejar paso a las nuevas generaciones q vienen pisando fuerte. Tambien influye en la retirada q yo en agosto estaré en Madrid y Rafa (sientate bien pq igual te caes) se va de ayuda humanitaria en su mes de vacaciones a El Salvador. Q grande es! Vas a flipar cuando lo veas, esta desconocido con una soltura q ya quisieran otros (puede influir q ha salido todos los fines de semana desde q empezo el curso). Es lo q tiene el trabajo, le dedicas mas horas al dia pero los fines de semana libres. Con la guitarra ha avanzado mucho, ya debe saber 6 o 7 canciones (ninguna tuya) aunq le insté a q se aprenda alguna pa hacer alguna colaboracion en verano.
Tu madre me ha dicho q te vienes a finales de Mayo. No se si vendras a nuestra casa pero debes saber q tenemos un colchon de sobra y, lo q te va a hacer mas ilusion, internet 24 horas con llamadas nacionales y locales a fijos gratis.
Joder parezco un anuncio.
Ya te queda poco y , como has acabado las clases, disfruta de la isla que seguro q aun la puedes exprimir un poquito mas.
Un abrazo
Por muy bien que está descrito todo lo que te interesa contar de tus experiencias,hay algo que me hace ver las cosas lejanas,pero también me hace reflexionar sobre algunos temas..Estoy de acuerdo,aunque eso no sé que día lo escribiste,con lo de hacer las cosas por voluntad propia y eliminar el deber y el tener..pero a veces eso nos hace caer en la monotonía sin que lo deseemos..no se si me entiendes..Siempre me encuentro los mismos temas en lo que leo,que espero no te moleste,es una simple opinión.
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