Lo primero que llamó mi atención y me alegró, fue descubrir que el director actúa en su nueva cinta. Por momentos me venían a la cabeza imágenes secuestradas por mi mente de las sublimes "Manhattan" o "Annie Hall" de finales de los setenta, en las que bordaba sus papeles, y gracias a las cuales forma ya parte de la historia del cine.
Luego un importante elenco repleto de caras conocidas; Alec Baldwin, Roberto Benigni, Judy Davis, Ellen Page, Penelope Cruz, Alison Pill, Greta Gerwig, Ornella Mutti, Jesse Eisenberg,...
El sello del director americano es muy marcado, así que quien busque al auténtico Allen, lo encontrará, mucho más que en algunos de sus últimos trabajos, como fue el inesperado "Vicky, Cristina, Barcelona".
La elección de Roma no es casual. El director le brinda a la capital italiana su particular homenaje, como ya hizo recientemente con Paris en "Medianoche en Paris", o a Barcelona en la recién mencionada, "Vicky, Cristina, Barcelona". Si en los inicios de su carrera, fue su Nueva York natal, la retratada, a medida que han ido pasando los años, no ha dejado de mostrar su particular visión de todos aquellos lugares que le han encandilado de una u otra manera. Y Roma, con su particular encanto, le sirve de decorado para poner en liza una mezcla explosiva de situaciones de lo más dispares, que se entrecruzan a veces, y a veces no, en las que -quizás inspirado en "El Decamerón" de Giovanni Bocaccio- podemos pasar de asistir a la atracción sexual de dos jóvenes, el retorno a la juventud de un maduro ya consolidado, el salto a la popularidad desmedida de un individuo cualquiera, el descubrimiento del sexo por parte de un joven de provincias, el poder de atracción de la fama sobre unos y otros,...
El director deja varias claves; por un lado ridiculiza la facilidad con la que actualmente se convierte a un anónimo a la popularidad sin que este haya protagonizado ningún acto o empeño reseñable, ese deseo de muchos/as de ser famosos, de querer ser el foco de atención, sin materia prima, sin obra, sin proeza, sólo figurar, no más que eso. Hace parodia de cierto amarillismo de la prensa rosa, de ese incomprensible morbo por saberlo todo de los demás, de espiarnos los unos a los otros. Y va más allá, nos habla de ilusiones, de jugar a perseguir nuestros sueños y a no temer los resultados de dichas búsquedas. Se atreve con la rigurosa ópera, a la que despoja de sus vestiduras (literal), para mostrarnos la vida desde un lado mucho menos serio y formal. Nos recuerda que somos conscientes de lo que queremos, que en el fondo, llegada cierta edad nos conocemos demasiado bien, y en ocasiones somos muy predecibles, como tantas otras veces podemos llegar a superarnos y para ello es necesario asumir riesgos, probar cosas nuevas, como ese imberbe chico que llega a la capital para presentarle a su chica a su familia y descubre placeres que le eran ajenos, al igual que redescubre a su mujer, de la que no imaginaba que ésta fuese capaz de hacer ciertas cosas.
¿Y qué hay del adulterio? Es tratado con tal naturalidad que en todo momento parece correcto. No hay apenas espacio a la duda en ese sentido, a la reflexión. Siempre hay un motivo que ejerce más fuerza que el respeto o la fidelidad a la otra persona, siempre hay un "leiv motiv" que conduzca a pecar, y es abordado por el director como una parte más del juego. Del mismo modo aparecen tantos otros miedos e histerias ya relatadas en la filmografía del histriónico director, como las crisis de pareja, el paso del tiempo, la muerte, la desconfianza, la trivialidad y banalidad de las relaciones 2.0, etc.
Conviene detenerse un segundo en un detalle, y es la agilidad con la que se suceden los acontecimientos y la narración de los mismos en la película. No es sencillo ahondar en cuatro historias distintas en un solo film, teniendo sólo como punto en común una ciudad entera, que ejerce de gran escenario en esta comedia. Y en ese sentido cabe destacar la labor cinematográfica de Allen, que consigue lo más difícil; que pase desapercibido este hecho, que es piedra angular de esta obra. En todo momento tenemos la sensación de que estamos asistiendo a una historia, pero en realidad no es así, son cuatro historias independientes que nada tienen que ver las unas con las otras. Lo bueno... sólo te das cuenta cuando ya has llegado a casa. De ahí, que muchas personas comenten en diferentes foros que la película es entretenida, si, ciertamente lo es.
Comentar una película de Woody Allen no es sencillo. No puedes basarte en los mismos parámetros por los que juzgas todas las demás, se lo cuento como lo siento. Él mismo se toma unas libertades narrativas que pueden no ser bien entendidas por los espectadores... depende. El personaje que interpreta Alec Baldwin, juega por momentos a ser sólo una presencia ¿Está o no está? ¿Es la voz de la conciencia? Woody Allen hace aquí lo que quiere con su personaje. Lo tomas o lo dejas. Él te invita a perder la cabeza. Y tú ¿Qué harías?
Por cierto, Woody Allen tiene ya en su haber 4 Premios Oscar (Mejor director "Dos extraños amantes" 1977; Mejor guion original "Dos extraños amantes", 1977; "Hannah y sus hermanas" 1986 y "Medianoche en Paris", 2011. Ahí queda eso, y no se cansa, porque en los últimos años sale a película al año. ¿Con qué nos sorprenderá la próxima vez?
Algunas criticas que he encontrado buceando por la red:
Preestrenada el 13 de abril de 2012 en Roma, "To Rome with Love" tuvo mala acogida entre la prensa especializada italiana durante la proyección para los medios (al estar doblado al italiano sólo se permitió acceder a los críticos de dicho país). Paolo Mereghetti en el Corriere della Sera dice: "Al gran director le falta la inspiración (...) demasiado poco. Cuatro episodios y nada realmente sorprendente, sólo algunos buenos chistes, pero no brilla la genialidad". (FILMAFFINITY)
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"Es frecuentemente frívola y banal, aunque nunca resulta aburrida. Ofrece momentos de humor optimista, farsa cómica y cinematografía consistente y magnífica (...) (Claudia Puig: USA Today)
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"Una antología situada en la Ciudad Eterna que a primera vista parece una simple farsa sexual italiana de los sesenta, pero que furtivamente toma algunos intrigantes aspectos surreales (Kyle Smith: New York Post)
"'To Rome With Love' carece de la temática principal sobre el tiempo y el arrepentimiento que distinguía a la última comedia romántica de Woody Allen, pero contiene abundantes placeres (Peter Travers: Rolling Stone)
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"Es el momento de empacar las Vuitton y volver a casa, Woody. Tu inspiración es escasa, te estás quedando sin euros y tienes un mal día (Rex Reed: The New York Observer)
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"Esta excursión autoral placenteramente divertida y no demasiado enérgica se percibe como un regreso a las antologías de historias cortas de Allen, con el placer añadido de ver a un reparto que le sigue el juego" (Peter Debruge: Variety)
Sinopsis con subtitulos en castellano:
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