Hoy quiero publicar esta acertada reflexión sobre lo que ha sucedido en las pasadas elecciones españolas. No se me ocurre una forma mejor de explicarlo. La imagen corresponde al genial dibujante Forges, a quien admiro enormemente, y que he rescatado de la página personal de una actriz que siempre me encandiló. Personalmente, sigo pensando que todos los españoles tenemos la culpa de lo que está sucediendo en nuestro país (unos más que otros) y que lo sufriremos (unos más que otros) durante los próximos años como ya lo venimos sufriendo desde el 2008. Nada cambiará hasta que cambiemos nosotros primero.
Las elecciones han sido un fiasco. Ya lo esperaba, pero no tan grande. No se debe culpar solo a los gallegos, sería injusto, porque ha sido algo general, que se ha extendido por toda España, hasta en la cuna del socialismo como es Andalucía.
Hay muchas razones para que ocurran estas cosas: la cultura, la claridad en los mensajes -tanto para explicar lo que se hace como lo que se deja de hacer y porqué-, la fiabilidad de las personas que llevan la cosa pública, el ejemplo personal que dan (o dejan de dar) las personas públicas, y luego algo mucho más prosaico, cotidiano y fundamental en la gente corriente: el día a día; cómo sacar a la familia adelante, tener un buen trabajo estable, pagar un alquiler o comprarse una casa, educar a unos hijos, y además tener dinero para, después de pagar todo eso, poder disfrutar como toda la gente que vemos en la tele; viajar, ir al cine, al teatro, a las cafeterías, comprar ropa, discos, libros, móviles de última generación, coches a la última, etc. El que no puede tener todo eso es un fracasado; ese es el mensaje que recibimos día a día todos y del que tienes que tenerlos muy bien puestos para poder sustraerte, y ¿sabes lo que pasa?, que la gente quiere tener todo eso y a poder ser sin esfuerzo y cuando se ve incapaz, entonces lo que hace es acercarse lo más que pueden a los que triunfan, a los que tienen éxito, o dinero, o poder, para recoger las migajas que les den, les caigan, o les sobren a los poderosos, porque saben que el refrán funciona “el que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija".
La derecha lleva en eso toda la vida: dando las migajas a su alrededor y vendiéndolas, no como un derecho del pueblo, si no como un favor: le doy este trabajo a tu hijo, te regalo esta ropa que me sobra, toma este dinero para una necesidad... luego me lo cobraré en favores, votos, disposición servil,... ya veremos; estás ahí para lo que necesite. Eso ha funcionado siempre hasta nuestros días.
Luego llegó la democracia con la peregrina idea de que todos somos iguales, todos tenemos derechos y deberes, en fín ya sabes, toda la retahíla, y entonces ante la fuerza de los acontecimientos a la derecha no le quedó más remedio que asumirla, aceptarla y cambiarla lo más posible a su favor, sobre todo para poder seguir dirigiendo y detentando el poder. No obstante tenemos otro punto aún más importante que es el poder económico, ellos son los putos amos, manejan las bolsas, pagan las guerras, hacen y deshacen en la sombra y son hoy en día los verdaderos amos que manejan los hilos, porque no nos engañemos, el motor de todo es el dinero, siempre ha sido así y lo seguirá siendo. Lo demás es engañarnos, porque si quieres ser o hacer algo importante, también necesitas dinero, alguien que te lo dé, o que te patrocine, o te lo preste, a partir de ahí luego vienen los sueños y el que seas mejor o peor persona depende de tus propios principios, y donde pongas el centro de tu vida, que ahí lo importante es principalmente la educación y el conocimiento.
La izquierda, cuando gobierna, está formada por los que estaban antes a tu altura; tus vecinos, amigos, familiares, conocidos,... gente a la que no admirabas especialmente, salvo que sabías que eran listos o que tenían buen nivel de estudios, y les pides a ellos que hagan lo mismo que la derecha; darme un trabajo para mi hijo, robar lo que puedan para darme a mí una ayuda, dejarme hacer una casa donde yo quiera, etc., etc., Si no lo hacen prefieres a los otros. Fíjate lo que pasa con el caso valenciano, cada día aparecen más chanchullos por valor de millones de euros,... ahora incluso implican a Urdangarín ¿Sabes porque creo que la gente les siguió votando? Porque en el fondo les envidian y admiran y quisieran estar en su lugar, y poder robar sin ser descubiertos.
Vigo - Galicia [España], un día de noviembre de 2011.
R.M.C.
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