El otro día, mi amiga Aída, me envió esto desde Tarragona, que hizo como redacción en clase. Me alegro de haberla conocido y de que disfrutase de los conciertos. Ya véis, mejor pocos y agradecidos, que no muchos e indiferentes. Qué raro es verlo todo desde fuera. A veces se agradece que a uno lo halagen de esta manera; da fuerzas, ganas, y energía. Muchas gracias Aída, esto va en tu honor.
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- ¿Vienes esta noche al concierto de Samuel Levi?
- ¿Samuel Levi? ¿Quién es?
- Un amigo mío cantautor de Vigo, que esta noche va a tocar en un garito de aquí…
Esta conversación se dio el fin de semana del 12 al 14 de setiembre, en Madrid.
Unos amigos me propusieron ir a un concierto de un amigo suyo, del que no tenía ni idea de quien era, ni siquiera del tipo de música que componía, pero al que sin duda, por tratarse de algo nuevo y diferente, acepté ir.
Era un viernes de finales de verano, la ciudad estaba iluminada y se respiraba un muy buen ambiente por las calles de la capital. Nos dirigimos al local donde tocaba Samuel, y allí nos encontramos con otros amigos, todos reunidos para ver la gran actuación.
El local, no muy grande, estaba compuesto por sofás granates acompañados de pequeñas mesitas, con las paredes repletas de fotos de cantantes famosos que antes de ser conocidos habían ido a tocar alguno de sus temas allí.
Lo bueno fue que aún sin haber mucha gente, se consiguió crear un ambiente agradablemente íntimo y cálido, con una especial conexión entre el público, que cada vez se fue ampliando, y nuestro amigo cantautor.
Cuando el protagonista estuvo preparado, se encendieron las míticas luces de colores enfocando particularmente a Samuel, lo que consiguió darle un toque de magia a aquella situación.
Y así, con Samuel subido al pequeño escenario de la esquina del local, sentado en un taburete con guitarra y micro en mano, fue como se dio la entrada a las primeras notas de las que se convertirían en mis futuras nuevas canciones preferidas.
Entre tema y tema iba hablando con el público, dedicando canciones a los que estábamos allí atentamente expectantes, dedicando unos minutos a cada canción, contando su historia, de dónde había salido, como se le habían ocurrido las letras, qué pretendía transmitir con ellas, etc., provocando así que todos los presentes nos implicáramos en profundidad en cada relato, poniendo imagen a cada estrofa y acorde.
Salimos del concierto con una extraña pero agradable sensación de optimismo, como si durante en aquel pequeño espacio de tiempo nos hubieran inyectado una dosis de alegría y buen rollo.
Y así fue como Samuel Leví, cantautor vigués de 22 años, con sus letras y ritmos melancólicos a la vez que animados, se convirtió en uno de mis cantantes favoritos por excelencia, por sus letras, su música y su persona.
A partir de ese momento, allí donde voy lo recomiendo, esperando a que llegue el día en que encienda la radio y suene el nuevo éxito musical de Samuel Leví; así que no podía dejar pasar la oportunidad de dároslo a conocer…
“Porque tú, tú eres una chica de futuro…”
Aida
