Estés donde estés

Somos jóvenes, tú más. Uno tiene que mirar muchas veces por sí mismo, por sus sueños, por sus objetivos, y apartarse de todo y de todos por alcanzar lo que anhela. Tú lo has hecho y tienes todo mi apoyo. Supe desde el principio que no sería fácil y no lo está siendo. Te echo de menos. Echo de menos estar juntos y solos. Esta es una aventura en la que yo no participo, apenas soy espectador en lo que tú me dejas y en lo que las comunicaciones nos permiten, pero me basta si eres feliz y consigues lo que has ido a buscar.

El amor es un poco eso, querer que otra persona sea feliz, ayudarla a serlo, aún quedándote a veces en el camino o en la distancia. Tratar de no ser egoísta y hacer un terrible ejercicio de objetividad, y siendo objetivos tu plan está funcionando mejor incluso de lo que podríamos imaginar. Es una buena manera de echar la vista atrás y recordar todos esos momentos juntos, esos enfados que si cabe nos han hecho más fuertes, y nos han enseñado a querernos de verdad, a relativizar todo mucho, a ponerse en la piel del otro, a madurar.

Te quiero mucho, y lo llevo enquistado en mí, es un sentimiento que me acompaña. Nadie me puede emocionar como tú, y nadie me embauca de esa manera. Consigues desatar en mí los sentimientos más profundos que jamás había experimentado y te veo potagonista de todos y cada uno de mis momentos, aunque en ocasiones no pueda acabar la historia como se ha soñado. Lo bueno es que eres tú con quien sueño, y que nadie ni nada puede borrar cada uno de los besos que te he dado.

A Natalia, mi novia.