Yo nunca
Después de la intensidad de la primera semana las cosas van pareciéndome un poco más normales. Me refiero a que no me sobresalto a cada paso que doy ni con cada nueva información que le llega a mi cerebro gracias a mis ojos o a mis oídos. Pero sigo sin entender a los cubanos. No soy capaz de leérlos como siempre he sabido hacer en España. Con tan solo hablar un rato con alguien era capaz de saber si estaba más o menos nervioso, más o menos contento,…si era introvertido, si tenía facilidad de palabra, si trataba de ser presuntuoso, si era más o menos conformista, etc. ¡Aquí no sé nada! ¡Ni siquiera sé si se burlan de mí! Aunque os parezca extraño son muy reservados para sus cosas y extremadamente zalameros, ¡Y esto lo estoy diciendo yo! La diferencia es que yo únicamente trato de vender discos, y lo gigo abiertamente, ellos no, ellos tratan de contarte una milonga para llevarte a su terreno. Son unos perfectos cuenta cuentos. Eso sí, no todos.
Había un coche aparcado a la entrada del trabajo de Leyanis. Ella estaba fuera hablando con un chico. Éste parecía mayor, como entrado en la treintena. Me saludó y nos pusimos a hablar amistosamente. Ella le preguntó si él la vendría a buscar a la salida, a lo que él le repuso su negativa por unos motivos de trabajo. Antes de irse la besó. Ella se volvió hacia mí y sin que él nos viese puso cara de asco. Cuando estuvo frente a mí, le dije “me voy” y desaparecí.
Apenas he vuelto a hablar con ella. No es bueno (según ella) que nos vean juntos en su trabajo. Hace prácticas en la oficina de mi escuela. Yo voy todos los días allí por papeleos, y para saludarla. Su hermana que trabaja allí es muy amable conmigo y trató desde un principio de que estuviésemos juntos. Ellas no viven juntas, pero tienen una buena relación, aunque se lleven más de diez años de diferencia. Un poco a escondidas Leya empezó a explicarse pero no tuvimos tiempo porque fuimos interrumpidos. Es una de esas conversaciones que estás esperando y que parecen que nunca llegan. Me dijo que ese era su exnovio, el único que por lo visto a tenido, y que “había vuelto”. Que sentía mucho todo y… No la creo. Creo que ha jugado muy sucio. Le dije que quien no tiene palabra no tiene nada. Que sin confianza no tenemos por dónde empezar. Que no le pedí que me dijese nada, y que no tiene sentido mentirme. Que parece que todo lo ha hecho por la pasta. Que vale más la ropa que lleva que ella misma… y no seguí porque no quería encenderme. Me dio mucha pena por ella, porque nos estábamos empezando a llevar bien y porque yo creía en ella, me daba la impresión de ser una buena chica, le había cogido cariño. Me defraudó mucho. No porque esuviese liada con él, si no por el hecho de fingir su vida, inventarse a sí misma, no sé, muy triste.
Ahora me encontraba con una especie de pareja con la que sin aviso había roto, y con una amiga especial (Doris) de la que no dejaban de advertirme que no me recomendaban su compañía; porque había estado con muchos de la residencia en el pasado, porque era muy cría pero muy adelantada, porque querría aprovecharse de mí… ¡Qué más contaros! De entrada me seguí fiando de ella a pesar de la gente, pero me entró un lógico recelo.
Doris se alegró de todo lo de Leyanis, aunque no me lo dijo expresamente creo que así se sentía. Unos suben y otros bajan. Eso sí, desde que le dije que quería que fuesemos amigos, se ha mostrado más introvertida y callada conmigo, aunque desde el principio había sido un poco así, creo que tiró por tierra la ilusión que le hizo la idea de que fuesemos algo más. Pasamos bastante tiempo juntos pero por ahora no me flipo estando con ella. ¡Ya se sabe, Mariajo sólo hay una! Yo ya tengo mi mejor amiga y no la cambiaría por nadie en el mundo. Sabes que una gran parte de ti está haciendome compañía, gracias por eso. Te siento.
Cuando comentaba a algunos cubanos los sitios a los que había ido durante la primera semana se sorprendían un poco. Me dijeron que estaba yendo a lo peor, a los sitios más inhóspitos, y que había cosas muy lindas por ver, así que aproveché la tesitura para descubrir el tema playas. ¿Qué hay de playa, amigo? La costa norte subdivide sus playas con los muros de los que ya antes hablé, que pertenecen a corporativas. Éstas están formadas por los trabajadores de un sector determinado que reciben un carnet con el que ellos y su familia pueden acceder libremente y cuando lo deseen a las playas, siempre y cuando haya custodios para vigilar. Con esto se “consigue” que la gente pueda ir a las playas que le quedan más o menos cerca, sin tener que sufrir para poder pasar un día de playa con la familia, el palizón de desplazarse hasta las playas más grandes y de mayor turismo, como Varadero o las playas del Este. Sinceramente no entiendo muy bien esto, al igual que casi nada de lo que me explican, pero bueno…no é fásil!!
Fui a bañarme a una que tengo a tres minutos de la residencia. Nos colamos. El agua un poco sucilla y calentorra pero agradable. Unos peces se empeñaban en arrancarme trozos de piel pero no lo lograron. Te asustaba porque no los veías pero hasta te hacía gracia. Había dos calitas enanas cada una de las cuales pertenecía a un edifición, y este a su vez a una corporación. Un custodio nos vió, habló con nosotros pero nada, se mostró muy amable e incluso nos invitó a acudir a una fiesta discotequera el sábado. Aquellos dos edificios eran enormes y preciosos. Debían haberlo sido porque daban la impresión de estar abandonados, sin una sola ventana en pie, y con la estructura amarrada con mucha dificultad. Uno era un circo. Aquí son edificaciones donde la gente practica acrobacias y malabares entre otras cosas. Tenía como una franja horizontal sosteniendo el tejado a dos aguas con dibujos y grabados muy helénicos, o así me lo parecieron a mí. El otro edificio era un caserón increíble que ya quisiera el mismísimo Tío Gilito. En fin, ni puta idea de porque eso no está chevere, y los hoteles son la reostia.
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Hace 24 minutos
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