Una de rarezas. Me quieren
Mi profesora de Piano Complementario y Solfeo, se llama Niura. Tiene como 30 años. Es una chica bajita rubia, con las clásicas caderas cubanas y un cuerpo muy típico aquí, que por lo visto triunfa con los hombres, basado en unas buenas tetas, una cara estilizada con unos buenos labios, y esas miradas acuosas que tanto me trasmiten. Ha habido una especie de motín contra ella y la gente se ha bajado del barco. Varios alumnos se han cambiado de profesor porque consideraban que no les gustaba como les daba la clase, y que siempre estaba bostezando, aburrida, cansada, apática,…todo eso puede ser cierto, lo que me ocurre a mí es que me pongo en el lado de la persona y trato de comprender qué le ocurre y por qué actúa así, de este modo me he convertido en su alumno preferido y también en un defensor nato de ella. He tratado de convencer a la gente de que no la abandonen pero con estos temas nadie parece estar receptivo. Veo a muchos en la escuela molestos y constantemente protestando por una u otra cosa. Muchos no duran un año aquí aunque esa fuera su idea inicial, debido a que no tienen dinero, a que no están conformes con las clases, con los profesores, con los planes de estudio,…bien porque han dejado tras de sí un fuerte lazo o vínculo del que no logran desatarse, bien porque no consiguen la adaptación necesaria a este lugar, bien porque se les hace pesado, bien porque les defrauda,…son muchos los motivos que unos y otros esgrimen, lo que sí es cierto es que pocos son los que responden “estoy muy feliz aquí” cuando se les pregunta por su estado. Yo, que soy de los pocos que reconoce estar sumamente feliz aquí, encuentro un estímulo en los profesores que no dejan de alegrarse cada vez que entro en sus clases.
Advertí a Niura de que se mostrase más receptiva, con más ánimo y ganas, y que se volcase más en la gente porque si no le iban a armar una buena. Me lo agradeció. Al día siguiente, dos o tres de sus alumnos cambiaron de profesora y llevaron sus quejas a dirección. Conmigo ha intensificado su nivel y su esfuerzo, incluso me atiende de manera especial y durante más tiempo que el de clase.
Barbara (se escribe sin tilde), es una negra alta y de curvas no muy definidas, que mantiene una calurosa sonrisa haga el tiempo que haga y tenga el día que tenga. En primer lugar decir que es mi profesora de Armonía y que para pasar el corte y conseguir que te de clase no es fácil, me explico. Armonía es como el siguiente paso a solfeo. Con esa asignatura descubre de dónde vienen los acordes, cómo se forman, cómo funciona el tema de las escalas, los intervalos,…es muy útil para dominar las canciones, ser capaz de llevarlas a otro lugar, de hacerlas más tuyas. Si no terminas solfeo es raro que te permitan hacerlo, todo depende del nivel que tengas. Yo tenía grandes lagunas y a pesar de ello me dio la primera clase, y luego la segunda, la tercera,… al final me confesó que pocas veces había hecho lo que conmigo y que si así lo había decidido es porque consideraba que valía, que era muy receptivo, añadió que encontraba química conmigo, que era una persona muy especial, que le gustaba mi presencia, y que era guapo. Como comprenderéis uno sale de la clase sintiéndose bueno. Uno se acuesta sabiendo que está haciendo bien las cosas y se levanta con ganas de tratar de ser mejor persona porque siempre se puede mejorar. Para que os déis cuenta de mi buena relación os comentaré que también me confiesa temas personales. En un principio uno no sabe si lo que le están contando es de “dominio público” o no, pero pronto se da cuenta a medida que se ahonda en la conversación. ¡No penséis que es en tiempo de clase! Me da la clase igual, lo que ocurre es que las estiran mucho, en lugar de 50 minutos casi me dan el doble de tiempo, como el resto de gente a veces no va, otras está amargada, y otras no se entera, pues yo aprovecho. Barbara está contenta, tiene un nuevo amor y le escribe, como tú mamá, relega sus sentimientos a escritos muy femeninos en los que desata ese dulce lado femenino que se expresa con dificultad pero con ternura al mismo tiempo, poco parecido a mi forma de escribir, incisiva, directa, y profunda, muy pedante, y pesada por momentos, pero que tanto te gusta Doña Rosa. Barbara me lo contó todo y cuando otra profesora amiga suya se metió con nosotros dos en el aula, no dejó de halagarme diciéndome lo guapo que era y lo distinto que le resultaba con respecto al resto de españoles. ¡Eso vosotros ya lo sabéis! De todos modos no quiero que penséis que estoy mega flipado, pero claro a nadie amarga un dulce, y me siento muy, muy, muy, querido.
Yalit es como Rosana pero sin estar tan gorda. El pelo rizadísimo negro y bastante corto, la cara redonda, y la nariz, los ojos, la boca pequeña, bajita y algo rechoncha. Mi primer contacto con ella fue algo candescente, porque por primera vez me encendí. Le hablé de forma muy dura, y ella se sintió muy ofendida, pero tras unos primeros 15 minutos de tensión fuimos acercando posturas, ella tuvo que ser bastante más condescendiente que yo, porque no quería que me putease (me hizo esperar 40 minutos en la puerta en mi hora de clase, y habían hechado a mi profesor inicial que me debía 6 horas). A partir de entonces y como soy el alumno que más horas de clase tiene con ella, no ha dejado de hacerme guiños de afecto y de tratarme con cuidado, agradeciendome además mi carácter tajante del primer momento. “Me gusta que tengas ganas de dar clase y que no dejes que jueguen con eso. Tá bien.” Aunque no lo he dicho explícitamente, Yalit, es mi profesora de guitarra.
Está bien tanto buen rollo porque hace que el clima de trabajo funcione, ¿Me entendéis? Ya cojes una dinámica de estudio y de aprendizaje y nada te mueve de ella, música, música, y más música. Sigo componiendo, y tratando de enchufar discos, que eso, junto con el tema de ahorrar pasta, va a estar rejodido, como ya anticipó mi madre, aunque espero poder darle una sopresa a la vuelta y al menos haber alcanzado las 400 copias vendidas y los 3000€ recaudados para algún día hacer otro disco, mientras nadie se anima a pagármelo, Carlitos Carvajal, Fernando SantoDomingo, Veloso, Familia Alvarez Sömme,…esto va por ustedes!!! ¡Amparen a un nuevo talento!
Como esperando abril
Hace 2 horas