jueves, noviembre 27, 2014

Libro: "El amor, las mujeres y la vida" de Mario Benedetti

Mario Benedetti
El amor, las mujeres y la vida

Colección Visor de Poesía
Ediciones Visor Libros
Año 1996



Este libro reúne los mejores poemas de amor de Mario Benedetti. Muchos de ellos están a flor de labio en la gente, que los recuerda de memoria o los tiene en mente a la hora de garabatear un verso; otros se han convertido en canciones y hasta graffittis. Pocos poetas han logrado establecer semejante lazo con el público, saltar las barreras que suelen separar el arte de la vida y decir, con una voz original, aquello que es patrimonio de todos. Su popularidad es sólo comparable a la de Pablo Neruda, Federico García Lorca o Antonio Manchado. La poesía de Benedetti renueva el lenguaje de los sentimientos y demuestra que el amor, esa fuerza emblemática de la vida que encarnan las mujeres, es el único elemento que sirve para enfrentar a la muerte.



*** TÁCTICA Y ESTRATEGIA ***

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.



*** VICEVERSA ***

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte

tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte

tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte

o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizás más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.



*** USTEDES Y NOSOTROS ***

Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial

nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual

ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez

nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien

ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amor es un boom

nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud

ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón

nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos sale
barata la función

ustedes cuando aman
al analista van
él es quien dictamina
si lo hacen bien o mal

nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconsciente piola
se pone a disfrutar

ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial

nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual




*** BODAS DE PERLAS ***

A Luz

“C’est quand mème beau de rajeunir.”
Rony Lescouflair


Después de todo qué complicado es el amor breve
y en cambio qué sencillo el largo amor
digamos que éste no precisa barricadas
contra el tiempo ni contra el destiempo
ni se enfada en fervores a plazo fijo

el amor breve aún en aquellos tramos
en que ignora su proverbial urgencia
siempre guarda o esconde o disimula
semiadioses que anuncian la invasión del olvido
en cambio el largo amor no tiene cismas
ni soluciones de continuidad
más bien continuidad de soluciones

eso viene ligado a una historia la nuestra
quiero decir de mi mujer y mía
historia que hizo escala en treinta marzos
que a esta altura son como treinta puentes
como treinta provincias de la misma memoria

porque cada época de un largo amor
cada capítulo de una consecuente pareja
es una región con sus propios árboles y ecos
sus propios descampados sus tibias contraseñas

he aquí que mi mujer y yo somos lo que se llama
una pareja corriente y por tanto despareja
treinta años incluidos los ochos bisiestos
de vida en común y en extraordinario

alguien me informa que son bodas de perlas
y acaso lo sean ya que la perla es secreto
y es brillo llanto fiesta hondura
y otras alegorías que aquí vienen de perlas

cuando la conocí
tenía apenas doce años y negras trenzas
y un perro atorrante
que a todos nos servía de felpudo
yo tenía catorce y ni siquiera perro
calculé mentalmente futuro y arrecifes
y supe que me estaba destinada
mejor dicho que yo era el destinado
todavía no sé cuál es la diferencia
así y todo tardé seis años en decírselo
y ella un minuto y medio en aceptarlo

pasé una temporada en buenos aires
y le escribía poemas o pancartas de amor
que ella ni siquiera comentaba en contra
y yo sin advertir la grave situación
cada vez escribía más poemas más pancartas
realmente fue una época difícil

menos mal que decidí regresar
como un novio pródigo cualquiera
el hermano tenía bicicleta
claro me la prestó y en rapto de coraje
salí en bajada por la calle almería
ah lamentablemente el regreso era en repecho

ella me estaba esperando muy atenta

cansado como un perro aunque enhiesto y altivo
bajé de aquel siniestro rodado y de pronto
me desmayé en sus brazos providenciales
y aunque no se ha repuesto aún de la sorpresa
juro que no lo hice con premeditación

por entonces su madre nos vigilaba
desde las más increíbles atalayas
yo me sentía cancerbado y miserable
delicuente casi delicuescente

claro eran otros tiempo y montevideo
era una linda ciudad provinciana
sin capital a la que referirse
y con ese trauma no hay terapia posible
eso deja huellas en las plazoletas

era tan provinciana que el presidente
andaba sin capangas y hasta sin ministros
uno podía encontrarlo en un café
o comprándose corbatas en una tienda
la prensa extranjera destacaba este rasgo
comparándonos con suiza y costa rica

siempre estábamos llenos de exilados
así se escribía en tiempos suaves
ahora en cambio somos exiliados
pero la diferencia no reside en la i

eran bolivianos paraguayos cariocas
y sobre todo eran porteños
a nosotros nos daba mucha pena,
verlos en la calle nostalgiosos y pobres
vendiéndonos recuerdos y empanadas

es claro son antiguas coyunturas
sin embargo señalo a lectores muy jóvenes
que Graham Bell ya había inventado el teléfono
de ahí que yo me instalara puntualmente a las seis
en la cervecería de la calle yatay
y desde allí hacia mi llamada de novio
que me llevaba como media hora

a tal punto era insólito mi lungo metraje
que ciertos parroquianos rompebolas
me gritaban cachándome al unísono
dale anclao en parís

como ven el amor era dura faena
y en algunas vergüenzas
casi industria insaluble

psra colmo comí abundantísima lechuga
que nadie había desinfectado con carrel
en resumidas cuentas contraje el tifus
no exactamente el exantemático
pero igual de alarmante y podrido
me daban agua de apio y jugo de sandía
yo por las dudas me dejé la barba
e impresionaba mucho a las visitas

una tarde ella vino hasta mi casa
y tuvo un proceder no tradicional
casi diría prohibido y antihigiénico
que a mí me pareció conmovedor
besó mis labios tíficos y cuarteados
conquistándome entonces para siempre
ya que hasta ese momento no creía
que ella fuese tan tierna inconsciente y osada

de modo que no bien logré recuperar
los catorce kilos perdidos en la fiebre
me afeité la barba que no era de apóstol
sino de bichicome o de ciruja
me dediqué a ahorrar y junté dos mil mangos
cuando el dólar estaba me parece a uno ochenta
además decidimos nuestras vocaciones
quiero decir vocaciones rentables
ella se hizo aduanera y yo taquígrafo

íbamos a casarnos por la iglesia
y no tanto por dios padre y mayúsculo
como por el minúsculo Jesús entre ladrones
con quien siempre me sentí solidario
pero el cura además de católico apostólico
era también romano y algo tronco
de ahí que exigiera no se qué boleta
de bautismo o tal vez de nacimiento

si de algo estoy seguro es que he nacido
por lo tanto nos mudamos a otra iglesia
donde un simpático pastor luterano
que no jodía con los documentos
sucintamente nos casó y nosotros
dijimos sí como dándonos ánimo
y en la foto salimos espantosos

nuestra luna y su miel se llevaron a cabo
con una praxis semejante a la de hoy
ya que la humanidad ha innovado poco
en este punto realmente cardinal

fue allá por marzo del cuarenta y seis
meses después que daddy Truman
conmovido generoso sensible expeditivo
convirtiera a Hiroshima en ciudad cadáver
en inmóvil guiñapo en no ciudad

muy poco antes o muy poco después
en Brasil Adolphe Berk embajador de usa
apoyaba qué raro el golpe contra Vargas
en honduras las inversiones yanquis
ascendían a trescientos millones de dólares
Paraguay y Uruguay en intrépido ay
declaraban la guerra a Alemania
sin provocar por cierto grandes conmociones
en Chile allende era elegido senador
y en Haití los estudiantes iban a la huelga
en Martinica Aimé Cesaire el poeta
pasaba a ser el alcalde en Fort de France
en Santo Domingo el PCD
se transformaba en PSP
y en México el PRM
se transformaba en PRI
en Bolivia no hubo cambios de siglas
pero faltaban tres meses solamente
para que lo colgaran a Villarroel
Argentina empezaba a generalizar
y casi de inmediato a coronelizar

nosotros dos nos fuimos a colonia suiza
ajenos al destino que se incubaba
ella con un chaleco verde que siempre me gustó
y yo con tres camisas blancas
en fin después hubo que trabajar
y trabajamos treinta años
al principio éramos jóvenes pero no lo sabíamos
cuando nos dimos cuenta ya no éramos jóvenes
si ahora todo parece tan remoto será
porque allí una familia era algo importante
y hoy es de una importancia reventada

cuando quisimos acordar el paisito
que había vivido una paz no ganada
empezó lentamente a trepidar
pero antes anduvimos muy campantes
por otras paces y trepidaciones
combinábamos las idas y las vueltas
la rutina nacional con la morriña allá lejos
viajamos tanto y con tantos rumbos
que nos cruzábamos con nosotros mismos
unos eran viajes de imaginación qué baratos
y otros qué lata con pasaporte y vacuna

miro nuestras fotos de Venecia de Innsbruck
y también de malvín
del balneario Solís o el Philosophenweg
estábamos estamos estaremos juntos
pero cómo ha cambiado el alrededor
no me refiero al fondo con mugrientos canales
ni al de dunas limpias y solitarias
ni al hotel chajá ni al balcón de Goethe
ni al contorno de muros y enredaderas
sino a los ojos cruelea que nos miran ahora

algo ocurrió en nuestra partícula de mundo
que hizo que algunos hombres maquinarias de horror
estábamos estamos estaremos juntos
pero qué rodeados de ausencias y mutaciones
qué malheridos de sangre hermana
qué enceguecidos por la hoguera maldita

ahora nuestro amor tiene como el de todos
inevitables zonas de tristeza y presagios
paréntesis de miedo incorregibles lejanías
culpas que quisiéramos inventar de una vez
para liquidarlas definitivamente

la conocida sombra de nuestros cuerpos
ya no acaba en nosotros
sigue por cualquier suelo cualquier orilla
hasta alcanzar lo real escandaloso
y lamer con lealtad los restos de silencio
que también integran nuestro largo amor

hasta las menudencias cotidianas
se vuelven gigantescos promontorios
la suma de corazón y corazón
en una suasoria paz que quema
los labios empiezan a moverse
detrás del doble cristal sordomudo
por eso estoy obligado a imaginar
lo que ella imagina y viceversa

estábamos estamos estaremos juntos
a pedazos a ratos a párpados a sueños
soledad norte más soledad sur
para tomarle una mano nada más
ese primario gesto de la pareja
debí extender mi brazo por encima
de un continente intrincado y vastísimo
y es difícil no sólo porque mi brazo es corto
siempre tienen que ajustarme las mangas
sino porque debo pasar estirándome
sobre las torres de petróleo en Maracaibo
los inocentes cocodrilos del amazonas
los tiras orientales de Livramento

es cierto que treinta años de oleaje
nos dan un inconfundible aire salitroso
y gracias a él nos reconocemos
por encima de acechanzas y destrucciones

la vida íntima de dos
esa historia mundial en libre de poche
es tal vez un cantar de los cantares
más el Eclesiastés y sin apocalipsis
una extraña geografía con torrentes
ensenadas praderas y calmas chichas

no podemos quejarnos
en treinta años la vida
nos ha llevado recio y traído suave
nos ha tenido tan pero tan ocupados

que siempre nos deja algo para descubrirnos
a veces nos separa y nos necesitamos
cuando uno necesita se siente vivo
entonces nos acerca y nos necesitamos

es bueno tener a mi mujer aquí
aunque estemos silenciosos y sin mirarnos
ella leyendo su séptimo círculo
y adivinando quién es el asesino
yo escuchando noticias de onda corta
con el auricular para no molestarla
y sabiendo también quién es el asesino

la vida de pareja en treinta años
es una colección inimitable
de tangos diccionarios angustias mejorías
aeropuertos camas recompensas condenas
pero siempre hay un llanto finísimo
casi un hilo que nos atraviesa
y va enhebrando una estación con otra
borda aplazamientos y triunfos
le cose los botones al desorden
y hasta remienda melancolías

siempre hay un finísimo llanto un placer
que a veces ni siquiera tiene lágrimas
y es la parábola de esta historia mixta
la vida a cuatro manos el desvelo
o la alegría en que nos apoyamos
cada vez más seguros casi como
dos equilibristas sobre su alambre
de otro modo no habríamos llegado a saber
qué significa el brindis que ahora sigue
y que lógicamente no vamos a hacer público


23 de marzo de 1976



*** SEMÁNTICA PRÁCTICA ***


Sabemos que el alma como principio de la vida
es una caduca concepción religiosa e idealista
pero que en cambio tiene vigencia en su acepción
segunda
o sea hueco del cañón de las armas de fuego

hay que reconocer empero que el lenguaje popular
no está rigurosamente al día
y que cuando el mismo estudiante que leyó en
konstantinov
que la idea del alma es fantástica e ingenua
besa los labios ingenuos y fantásticos de la compañerita
que no conoce la acepción segunda
y a pesar de ello le dice te quiero con toda el alma
es obvio que no intenta sugerir que la quiere
con todo el hueco del cañón.



jueves, noviembre 13, 2014

¿Quienes son los niños perdidos? - Catálogo - Proyecto Roma '15



¿Quienes son los Niños Perdidos?
Catálogo de músicos y artistas colaboradores.
Proyecto Roma - Gira 2015

Los niños perdidos son los músicos y/o artistas que me acompañan. Amigos/as que han colaborado conmigo y han contribuído a enriquecer mis canciones con su talento y su arte. Más allá de lo profesional, me une a ellos una relación personal íntima. Son seres queridos, compañeros de viaje, maestros de lo cotidiano. Sin ellos, yo no sería como soy.

Siempre agradecido.

Les llamo niños, porque tienen intacta la ilusión y la esperanza de divertir, entretener y emocionar sobre un escenario...como niños.

Y perdidos, porque en esta profesión nadie se salva de haberse sentido así en algún momento; solo y a la deriva.

Quizás no nos encontramos nunca, pero no dejamos de buscarnos.
También es un pequeño homenaje a Peter Pan, una de mis historias favoritas.

Aquí está buena parte del equipo que he configurado para el proyecto Roma '15.
Mi 3er disco. Ellos me acompañarán y se encargarán de que todo quede mucho mejor. Es un honor tenerlos cerca.


Elenco, reparto, plantilla, equipo, grupo...


Xoan Toño Rodríguez Outeda
Percusión

Daniel Díaz Fentanes
Batería

Miguel Sucasas
Saxo

Miguel Castro
Guitarra Acústica, armónica, coros, técnico de sonido y productor

Nicolás de la Flor
Bajo

Albert Casanova
Guitarra eléctrica, guit. acústica, tres cubano, y coros

Jesús Bravo Vivas -
Piano

Diego Pacheco -
Guitarra Española, Guit. acústica, y Guit. Eléctrica

Tito Spaghetto -
Actor y maestro de ceremonias

Patricia Torres -
Actriz y coros

Borja Carvajal
Conductor, cocinero, y guía

Adrían Domínguez
Conductor, asistente, médico, y montaje de equipos

Laura Arias
Traductora e intérprete, puesto de ventas.

Luís López
Diseñador gráfico




martes, noviembre 11, 2014

Te estoy viendo



Hoy se cumplen 4 años de la publicación de mi 2º disco: "Y tú más!".

Es fabuloso ver cómo va creciendo la criatura.

Si aún no lo tienes... ya sabes, nunca es tarde. Completa tu colección!!

Es un orgullo cuando me encuentro algún ejemplar en algún coche de alguien, apilado en la colección personal de algún conocido, en el mp3 de otro, o siendo compartido o mencionado en el muro de otra persona, que tal vez, ni conozco. Eso es maravilloso!

Ya veo más cerca el siguiente. Será en junio '15 en Roma.
Hasta entonces, nos vemos!!


PD.- Las primeras fechas para la gira '15 y las entradas, están ya en mi página oficial de facebook:

domingo, noviembre 09, 2014

Pedro Guerra ya lo sabe

Pedro Guerra ya lo sabe


31 de julio de 2013, Buenos Aires, Argentina


Hay gente que nunca tiene del todo claro qué quiere hacer con su vida, en qué trabajar, a qué dedicarse, a dónde ir,… dudan, y dudar no es malo, ni un síntoma de debilidad en este caso, quizás les gustan demasiadas cosas, quizás muy pocas, y de alguna forma no son capaces de decantarse por una u otra opción y en eso se la pasan. Y me recuerda a John Lennon cuando decía aquello de que la vida es lo que sucede mientras haces planes. Otras personas en cambio optan por algo, y al cabo de un tiempo se desencantan, que cansan, o se aburren y varían el rumbo, van y vienen, los hay que nunca terminan ningún proyecto, pero que empiezan muchos. También tiene su punto. No creo que haya nada de malo en eso, porque estoy convencido que de todo se aprende, y que cuanto menos te sirve para saber qué no quieres hacer. Y por último está ese grupo de personas que siempre lo han tenido claro, que parece que nacieron con una misión, que son decididos y seguros y dicen saber lo que quieren. De entrada parece una suerte tenerlo claro, y seguramente lo será. Puede que por vocación, o puede que porque descubren que su mayor virtud y talento se desarrolla con un trabajo determinado o una profesión concreta, estas personas pasan su vida dedicadas a una tarea, en un rubro concreto que dirían los argentinos. Tal vez es pronto para aventurarme a adscribirme a uno de estos grupos que he formado ante ustedes, pero de partida me da la sensación de que siempre he estado más cerca de éstos últimos, y en general siempre he sabido qué quiero y qué me gusta. Voy a tiro fijo que diría mi madre. ¡La tienes clarísima, che!, que diría alguno de mis amigos. Y eso, a veces, es también una condena.

He contado muchas veces cómo empecé en esto de la música. A mí me gustaba cantar de niño. Escuchaba una canción que me gustase y la tarareaba, o cantaba el estribillo, etc. Por algún motivo sentía que era divertido y que disfrutaba con eso, y entonces agarraba los libretos de los discos que había en casa y los cantaba enteros. Trataba de hacer lo mismo que los cantantes que escuchaba, que mi voz se solapase con la suya. Lo mismo si era una mujer quien cantaba. Había algunas veces que me resultaba imposible, pero con otros me salía muy bien. Con 13 años escribí en un cuaderno montones de letras que yo musicaba en mi cabeza, el problema era que pasados unos días no sabía cómo era la melodía que días atrás había tarareado, así que un año más tarde me junté con dos compañeros de la escuela; Johnny y Currais, y uno con la guitarra y el otro con el piano, empezaron a buscar acordes que encajasen con lo que yo cantaba. Años más tarde, viendo la película cubana Beny Moré, en la que por cierto hace de esposa mi amiga del alma Limara Meneses, me di cuenta que su sistema para componer era el mismo, porque éste famoso cantante cubano tampoco tenía conocimientos musicales ni era instrumentista, así que le pedía a los suyos que encontrasen lo que él inventaba en su cabeza. No tenía conocimientos teóricos, pero tenía oído.



Hasta ahí, la música era una diversión, lo mismo que el fútbol, los videojuegos, el cine, la escritura, la política, el billar, la historia, el mundo animal… una diversión y un interés personal. Eran actividades y conocimientos que me entretenían y me motivaban, pero pronto iba a decantarme por la canción. Pedro Guerra tuvo la culpa.


Silvio Rodriguez y Luis Eduardo Aute eran mis dos artistas favoritos. Muy influenciado por la música que escuchaba mi madre en casa, estos dos maestros cantautores eran mi referencia absoluta. Yo tenía quince años recién cumplidos, y recuerdo muy bien que aquella noche que vi actuar a Pedro Guerra en el Parque de Castrelos, me cambió la vida. Yo estaba solo, en las gradas, y no tenía ni la más remota idea de qué iba a escuchar, porque me había ido de casa sin avisar a dar una vuelta y ver qué actuación había esa noche. Al día siguiente me dieron su primer disco “Golosinas”, un par de semanas más tarde me compraron mi primera guitarra, empecé clases con un profesor particular, y dos meses más tarde inicié mis estudios de guitarra en el conservatorio. Me acuerdo de estar sentado en mi casa, luchando con mis tres primeros acordes, y decirle a mi madre que ya tenía mi primera canción. Con lo organizado que soy, aún tengo un par de ellas de esos primeros seis meses guardadas, con su letra y su cancionero… son terribles, por supuesto.


Había encontrado alguien a quien seguir, una persona que admiraba y a la que de algún modo quería copiar. Él estaba sobre el escenario con sus canciones y su guitarra, acompañado por músicos amigos, y frente a él miles de personas disfrutando con unas historias frescas, juveniles, que realmente llegaban. Soy de los que aún hoy piensa que el mejor disco de Pedro Guerra es el primero, y me declaro un acérrimo seguidor del canario. He seguido su trayectoria desde entonces, y han sido muchas las veces que he tenido la suerte de poder verlo y conversar un poco con él, poco, mucho menos de lo que me habría gustado, por supuesto. Creo que me enseñó mucho sin darse cuenta, y que me impulsó a encontrar mi camino. Es complicado hacérselo ver a la otra persona, aunque me consta que lo sabe por la infinidad de veces que se lo he dicho, de un modo u otro.


A partir de ese momento comenzó mi andadura musical, y hasta hoy. Es curioso que escribo esto desde Buenos Aires, a muchos kilómetros de mi casa, en un país ajeno a mí al que vine precisamente para mejorar musicalmente, dotarme de más conocimientos y más herramientas para aplicar a mis canciones, y prepararme para mi próximo proyecto discográfico, siempre de forma independiente, autónoma. Así todo es más complejo. Nunca recibí ayuda de nadie en ese sentido. Contaba él hace poco lo que significó que alguien como Victor Manuel o Ana Belén, cantasen un tema suyo, le abriesen las puertas de la industria musical. Yo soy mal amigo de hacerme amigos por interés, de pedir nada, de solicitar ayuda. Creo que las cosas deben darse por sí mismas, y jamás me he valido de eso. En mis discos están mis amigos, están músicos que he contratado porque los valoro y los aprecio, y porque han querido. Nunca ha habido nadie que venga a cortar la cinta, a hacerse la foto, nadie de compromiso de cara a la galería, jamás. Ojalá algún día alguno de esos artistas que tanto admiro quieran o se presten a colaborar conmigo. Yo extenderé mi invitación, pero creo que poco más se puede hacer.

No sé qué sentirá Pedro Guerra cuando lea estas líneas, pero el otro día, escuchándole en concierto aquí en Buenos Aires, mientras repasaba sus 30 años de carrera musical presentando su último disco, yo, sentado con mi novia Laura en la primera fila, una vez más, como tantas otras, me emocionaba al verle, y recordaba que él tenía la culpa, que él me ayudó sin saberlo a prender la llama, me señaló una dirección y yo la he seguido, no sé cuánto de bien, o si soy un alumno desastre o no, pero le he puesto todo mi entusiasmo a esto desde aquel día cuando apenas tenía 15 años. No sé si dentro de otros 15 años estaré como él, mejor o peor, ni idea, y no quiero ni pensarlo, la verdad, sólo sé que espero sentirme orgulloso de mí mismo haga lo que haga. Sería bonito poder seguir haciendo música y poder vivir de ello, aunque no será fácil. El paso del tiempo es verdad que te va mechando, de a poco, por momentos te sientes más arriba, por momentos en las últimas. Por lo de pronto voy a seguir estudiando y formándome todo lo que pueda, y preparando ese futuro disco, veremos dónde nos lleva todo esto.


Verle fue recordar aquel primer concierto en Castrelos, o los que vinieron más tarde en el Teatro García Barbón. En uno de ellos salió de un taxi, cruzó la calle justo hacia donde yo estaba, y me firmó un pequeño poema que le había escrito. Luego me quedé pensando si no habría tenido más sentido dárselo, pero en el momento me puse nervioso, igual de nervioso que me puse el otro día aquí en Buenos Aires. En una ocasión le dije que me gustaban sus zapatillas, y recuerdo que me había comentado que las deportivas le resultaban muy cómodas. Sé que pensé que yo pensaba exactamente lo mismo. Otro año, en ese mismo teatro, no recuerdo de qué manera conseguí colarme a una prueba de sonido. Desde el último anfiteatro le escuché practicar algunos de sus temas y recuerdo que me moría de nervios; mezcla de la tensión propia de escuchar a mi ídolo, con los nervios de estar haciendo algo "ilegal" y la posibilidad de que me echasen. Recuerdo un año en el que alguien sentado cerca mía entre el público me pidió que por favor me callase y dejase de cantar todas sus canciones como un loco. O la vez en la que hace no mucho estuve soñando con la posibilidad real de que saliese a cantar un tema con él, cosa que finalmente no fue posible, aunque sí entré a los camerinos a charlar un rato con él y con su mujer, una simpatiquísima y agradable, María, a la que también aprecio desde que la conocí años atrás en Madrid, en uno de los conciertos de Pedro en la FNAC, donde me regalaron algún cartel, y se comprometieron a presentar su disco "Hijos de Eva" conmigo en el que por entonces era mi colegio mayor universitario, el Chaminade. Pedro vino, pasó la tarde con nosotros, y actuó en el salón de actos. Yo lo hice justo unos minutos antes y tuve el honor de presentarlo sobre el escenario. Fue uno de los momentos que recuerdo con más cariño de toda mi carrera. Y puestos a recordar conciertos... me acuerdo del parque de atraciones de Madrid, de verle en la plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela, y de que llegado a un punto su propia hermana, Belén Guerra, ya me reconocía cuando me veía en la primera fila de sus conciertos, igual que Luis Fernández, teclista y amigo suyo, con el que charlé en más de una ocasión. La verdad es que no sé el número exacto de veces que lo he visto en concierto pero seguro que más de diez. Leí su libro "Desmontando el cinismo" que aprovecho para recomendaros, porque la verdad es que las reflexiones que contiene me parecen de lo más acertado. Me ilusiona pensar que en el futuro seguiré escuchando sus canciones y seguiré teniendo esa ilusión infantil por su música. ¡Es algo fantástico!


Mantengo ese sueño que tenía de chico de que algún día Pedro Guerra cante conmigo en alguno de mis discos, y terminemos haciendo un concierto juntos en la plaza de toros de las ventas de Madrid. Así lo soñé de adolescente, y así lo sigo peleando hoy. Seguiré intentándolo. Un sueño por cumplir.