jueves, abril 25, 2013

Mi diario en Buenos Aires - Capítulo 14 - El tiovivo (parte 2 de 2)

14.- El tiovivo [parte II de II]

Buenos Aires, 20 de abril de 2013


[Segunda y definitiva parte del capítulo que publiqué hace unos días. Quien desee leer otros capítulos, puede hacerlo buscándolos en la etiqueta "personal" de la columna de la derecha, o retrocediendo en el archivo cronológico que aparece en la columna derecha]


El último escollo.


Este inicio de año ha sido muy ajetreado, muy convulso. Me he sentido muy expuesto. Tratando de gestionarme mi tiempo, mi propio espacio, ordenando mis cosas, pensando bien qué quería y cómo podía conseguirlo. La visita de mi madre lo marcó todo, fue increíble tenerla aquí. Ha habido un antes y un después de eso, como ya comenté. La sensación de haber adquirido ya unos conocimientos, de que las amistades, el barrio, la escuela, las anécdotas, que confluyen en esta aventura porteña, forman ya parte de mi historia personal, y más allá, de mi personalidad.


Han cambiado algunas cosas. Me he quitado cierta presión de encima, he tratado de absorber el máximo en la escuela pero sin martirizarme por los resultados, sin la presión de que todo tiene que ser a la primera y que sólo existen las palabras éxito o fracaso, al revés, reorientando la carrera, para aprovechar los recursos que me dan para hacer la mía, convencido de que no he parado de llenarme de material con el que trabajar de aquí en adelante. Me muevo por la ciudad con facilidad, conozco muchos sitios, mucha gente, disfruto de aquello que me gusta, tengo buenos amigos con los que puedo divertirme, creo planes, actividades, salidas,… He conocido a personas muy interesantes, y ese descubrirse el uno al otro entretiene y excita. Pienso en mi carrera musical aquí y no hay nada que perder, ni siquiera tiempo, porque siempre estamos activos, porque no dejamos de buscar, de proponernos, de tocar,… así que contraté a una agente de medios y eso ayuda a que las cosas sean un poco más sencillas y un poco más rápidas.


Así que los días queman. Trato como siempre de llenarlos. De mantenerme siempre en funcionamiento, de acordarme que lo importante es sentirse bien con uno mismo, que para eso estamos. Y me repito una y otra vez que tengo que controlar mis ansias, mi hiperactividad descontrolada, y que existe la palabra mañana. Eso hace que tenga ganas de vivir, ganas de más, que mantenga la ilusión del niño. ¿Mi miedo? A que se me acabe el tiempo. En estos momentos creo que no le tengo miedo a más nada. Y eso, me sorprende, porque sin darme cuenta, en estos 12-13 últimos años, no he clavado el ancla nunca, creo que ya es una de mis señas de identidad, pero juro que jamás lo he planificado, me ha salido de forma natural. Decir que soy un culo inquieto quizás suena mal, pero la verdad es que no paro.


Algo que no ha cambiado ha sido mi vida en el hostel. Sigo aquí metido. No hay un solo amigo que me recomiende seguir en este agujero, pero no es sencillo escapar de Alcatraz, como yo le llamo. No he encontrado otro lugar. Busqué poco, y con poco ánimo, como esperando que la ocasión viniese a buscarme, y claro, no se ha dado aún. En verdad –y odio decir esto- uno termina por acostumbrarse… y prometo que no es sencillo. He conocido muchísima gente aquí, en verdad ya ni presto atención a eso, porque va y viene gente casi a diario. Me mantengo entre los tres o cuatro que llevan más tiempo, y no me enorgullece en absoluto. Dejé de trabajar los domingos, cuando me di cuenta que casi llevaba un año haciéndolo. 14 horas por apenas 23€. Ahora no recuerdo bien los motivos que me llevaron a decir que sí. Imagino que el hecho de estar viviendo aquí, que de ese modo pagase menos por el hospedaje, poder sumar unos pocos euros a mis ahorros musicales a los que tanto énfasis pongo siempre (porque sé que posiblemente son la única carta con la que juego si quiero seguir siendo libre, auténtico e independiente en esta profesión y hacer la mía), y porque era un trabajo sencillo que ya había desempeñado en el pasado. De todos modos, me dio varios quebraderos de cabeza, algún conflicto estúpido, y me hizo despreciar más este lugar, que fuera de toda duda, ha tenido un protagonismo capital en mi historia acá. ¿Por cuánto tiempo seguiré? Ni idea. La verdad es que creo que debería probar en otro sitio, conocer otra cosa, pero por ahora no encuentro nada, y ya sabéis… mejor malo conocido que bueno por conocer.


La vida siempre te presenta nuevas oportunidades. Veremos con qué nos encontramos en el futuro.


Recuerdo la magia del tiovivo, cuando de niño me subía a alguno, y recuerdo que a pesar de que las luces, los colores, y el movimiento me agradaban, sentía que era demasiado glamuroso para mí. Nunca me gustó que dictasen mi camino, ni sentir que caminaba en círculos. Ahora, me he mantenido en un extraño y complejo círculo vicioso, que me ha llenado de dudas, de preocupaciones, y ha complicado mi existencia en los últimos meses. Siempre he sido de vagar libre, sin ataduras, de crear mi propia aventura, aunque fuese con maderas y trapos. Tengo un punto en el que me reivindico, y me defiendo si es necesario, pero no me gusta la pelea, y no soy vanidoso. Desconfían de mi seguridad. De ese concepto tan mío de “amor universal”. Creen a veces que tengo un plan trazado, que escondo algo, que tiene que haber un resquicio de maldad. Demasiado kamikace, me expongo y doy la cara aún a riesgo de que vengan mal dadas. Mi concepto de la justicia hace que a veces yo mismo me condene sin necesidad de que nadie lo haga, o defienda algo que no me interesa, pero que me parece justo. Quizás no me entendáis. La cuestión es que con los años, mis análisis van dejando de ser a corto o medio plazo, y veo el partido desde la grada. De eso me voy dando cuenta. Antes corría todos los balones. Quemaba pista. Ahora sigo jugando como un niño, sigo sonando fuera de lugar y de sitio, me gusta creerme atemporal, pero sé que soy de carne y hueso, y frágil, en el fondo como todos, ni más ni menos. No estar subido al tiovivo, pero sí jugármela a la ruleta. Ver qué pasa. Vestir distintos trajes. Interpretar diferentes papeles. Ver la escena desde todos los ángulos, y no, no se puede caer bien a todo el mundo, no puedes contentar a cuanta persona conoces, y me sigue sorprendiendo ese hecho ¿Por qué me importará algo así? Al final, lo curioso es que hago siempre lo que quiero, y mira que me dan consejos… ni caso.


Sigo en esta apasionante aventura de vivir, crecer, y descubrir, a los demás, y a mí mismo…al fin y al cabo he de intentar perfeccionarme… voy a tener que aguantarme toda la vida.





miércoles, abril 24, 2013

Mi diario en Buenos Aires - Capítulo 14 - El tiovivo (parte 1 de 2)

14.- El tiovivo (parte I de II)


Buenos Aires, 20 de abril de 2013



Aquí hay gato encerrado. Algo no encaja. Soy poco amigo de comentar nada que no conozca a ciencia cierta, ya sabeis, eso de hablar por hablar no va mucho conmigo. Prefiero callar y aprender. Cuando me preguntan por la situación política argentina, callo. No conozco lo suficiente como para emitir un juicio, así que no opino. Lo que sí tengo claro es que después de 20 meses viviendo aquí, hay muchas cosas del gobierno que no me encajan. Su discurso es hueco, altamente populista, y en cada comparecencia que hacen siento que se activa la máquina de humo, que opera siempre a pleno rendimiento. Amanezco con una noticia, salgo a la calle y me encuentro otra que poco o nada tiene que ver con lo que me cuentan. No soporto la mentira, ni que me traten como si fuese un número, o un voto, que al fin y al cabo, para qué negarlo, es cómo nos tratan, aquí y allá.


No me sorprende la apatía política que existe en España ante los reiterados casos de malversación de fondos, corrupción, evasión fiscal, etc. que protagonizan día sí, día también, los responsables políticos de nuestros gobiernos, locales, autonómicos, estatal,… todo parece estar contaminado, y queda relegado al romanticismo más nostálgico, aquello de pensar que uno se dedicaba a la política por una vocación personal de querer servir a los demás, casi con un sentimentalismo psudo-religioso, de cooperación, servilismo, y compromiso ciudadano. Lo más manido, el discurso al que todos los ciudadanos de a pie se acogen, es el de repetir que “todos son iguales”, no sólo para indicar que no hay grandes diferencias entre los dos grandes partidos, no sólo para constatar la muerte por desarraigo de los ideales y los valores político-sociales, sino como triste asimilación de que la clase política española está infestada de ladrones, mangantes, corruptos, mentirosos, e incompetentes. El sistema está enfermo. Nadie cree en él, y nadie parece encontrar una solución que lo mejore o arregle. ¡Ay! ¡Qué recuerdos tengo de cuando era adolescente y la política me resultaba tan interesante! Lo cuento con melancolía, no creáis. Ahora me da asco, qué queréis que os diga.


Deberíamos ponernos un poco anarquistas; prohibido prohibir. Desde el gobierno argentino anuncian que durante un par de meses se ha llegado a un acuerdo para congelar los precios ¿Qué? Me quedo frío al escucharlo. Congelado. Repito ¿Qué? ¿Dónde? ¿Vivo en otro lugar? ¿Hay un carnet especial que diferencia personas en este país? Lo digo porque yo vivo como uno más, salgo a la calle, y eso no se ve por ningún lado, es más, es mentira, es ridículo, y no sucede algo así más que en la mente de quienes tratan de autoconvencerse de algo semejante. ¿De verdad ellos mismos lo creen? ¿Cómo pueden reírse de la gente y salir airosos? … ¡Qué vamos a decir nosotros los españoles! Si es que… es verdad, no se puede decir nada porque a todos nos crecen los enanos. Nosotros participamos en una guerra cuando la gran mayoría del país pensaba que era una atrocidad, una vergüenza, y un crimen. Y allí clavaron nuestra bandera, y la ensuciaron, y nos llamaron asesinos, y tuvimos que bajar la cabeza, y un día mataron a 200 personas, y la situación se nos fue de las manos. Triste recuerdo. Perdonad si me prendo.


Aquí no se ha congelado ningún precio. Los datos que da el gobierno sobre la inflación son falsos. En el tiempo que he vivido aquí, como buen turista/viajero, he ido anotando los gastos, guardado los precios de los locales que frecuento, etc. Es sencillo calcular qué aumento ha habido en los diferentes productos en este último año y medio, y la subida es de órdago. El peso argentino no deja de devaluarse con respecto al dólar, al euro, al yen, a la libra, etc. Cada día vale menos. Ellos siguen emitiendo billetes de dos pesos (unos 0’30€ al cambio oficial – unos 0’18€ al cambio paralelo), que no valen nada, porque apenas hay nada que puedas pagar con ellos. Dicen que los sueldos suben más que los precios ¿Serán sus sueldos? ¿Será que la gente se queja siempre de todo? Si, claro, la culpa siempre es de la gente, así en plural, en grande, generalizando, que siempre es sencillo. Intentarán que creamos aquello de que vivimos por encima de nuestras posibilidades, y claro, les encanta eso. Sentimiento de culpabilidad. Ellos encantados. Compra lo que quieras, ya lo pagarás. Ellos te dan las armas, tú eres el asesino. Ellos se lavan las manos. ¿Dije antes que me daba asco todo esto? Hay que concienciar a la gente… ¿Más? ¡Por favor! ¿Aún hemos de concienciarnos de algo? Ojalá estalle todo por los aires, aquí y allá. Sigo creyendo en las personas, en la humanidad como conjunto, somos capaces de lo mejor… y a veces de lo peor. Para los españoles, para mi generación –que no se ha visto en otra igual- es un reto salir de esta, apostar por nuestro futuro y el de nuestros hijos. Es nuestro tiempo.



Termino con el tema de los precios en argentina. Resulta que el ambiente está caldeado. No hay una ley que lo confirme pero grandes superficies de venta de alimentos y de electrodomésticos denuncian presiones por parte del gobierno para que no publiquen en diarios escritos, radio, y televisión, precios de sus productos, promociones, ni ofertas, entonces, te encuentras de golpe y porrazo con que han desaparecido en cuestión de dos meses, todos los anuncios de supermercados. ¿Para qué harían algo así? Pues para de algún modo insertar en el día a día de la población la idea de que los precios son más o menos siempre los mismos. ¿Alguien será tan bobo de no darse cuenta? Esto es ridículo, de veras, ¿Cómo pueden hacer algo así? Inaudito. Aquí os dejo imágenes de carteles de la Comisión Empresaria de Medios de Comunicación Independiente (CEMCI) y de la Asociación de Editores de Diarios de la Ciudad de Buenos Aires (AEDBA), donde realizan sendas protestas ante lo que consideran un atropello y un cepo a la libertad de información. Mientras la presidenta dice que es de izquierdas… ¿De dónde? Y te das cuenta que por desgracia no hay salida, o con la K (como se conoce a sus simpatizantes) o contra ella. Por cierto, no hay cosa que me parezca más indecente, que politizar el amor, el cariño, el afecto,… hacer carteles y sacar campañas en las que aboga por recordar a su marido –ex presidente argentino Nestor Kirchner, que gobernó 4 años, de 2003 a 2007, y que murió de un paro cardiorespiratorio- como si eso validase algo la actuación de su mujer, que pasó a gobernar el país hasta el día de hoy, me parece mezquino. Recuerdo carteles que invadían las calles de la ciudad en las pasadas elecciones en las que se veía a la pareja unida, como si eso diese de comer al país, era repugnante, una utilización indecente del sentimentalismo en aras de ganar un puñado de votos, que a mí, sinceramente, no me parece nada espontáneo, nada profundo, sino una presión psicológica barata. Argentina se merece mejores políticos de los que tiene, de eso no tengo la menor duda. Este país es enorme, rico, y con un potencial inmenso, desperdiciado a todas luces.

Ya está. Ya lo he dicho. Ya me he vuelto a meter en otro jardín. Y eso que detesto la publicidad, y jamás hago ni caso a los anuncios de precios de los supermercados, pero la verdad es que se empieza por prohibir eso, se sigue por realizar injerencias en el sistema judicial, y se termina quemando libros. Siempre que se queman libros, estalla una guerra. Aquí hay inseguridad… ¿A alguien le extraña? Hay demasiada gente que no tiene nada, y no van a permanecer callados y muertos de hambre. He visto algunas villas, ¿No las ven los miembros del gobierno? Se te cae el alma al suelo. He visto cierta riqueza, cierto lujo. Los pobres saben dónde están los ricos, los ricos dónde están los pobres, y la clase media no puede mantener el pulso mucho más tiempo. Más pronto que tarde reventará.


En todas partes crecen habas.


Y hablando de “derrumbes, derrames, destrozos, y desastres”, en estas últimas fechas, más de cincuenta personas han perdido la vida en el país como consecuencia de las fuertes lluvias y la tormenta que sacudió la zona, dejando imágenes desgarradoras principalmente en la maltrecha ciudad de La Plata, a unos pocos kilómetros de la capital donde me encuentro. Yo cenaba en casa de unas amistades cuando vi que se venía un agüacero encima. Buena parte del mismo me alcanzó en plena autopista, conduciendo la moto bajo una manta de lluvia bestial. Por suerte no tuve mayor inconveniente que el de empaparme como nunca en la vida, y tener que esperar tres días a que se secasen las prendas que llevaba. Pensar en lo sucedido me pone muy triste. Se trata de más de cincuenta víctimas ¿De la lluvia? No. Todos sabemos que la lluvia no mata, y que se tiene que caer el océano sobre nosotros para que suceda una tragedia y podamos hablar de una catástrofe natural, tal y como todos la imaginamos. No nos engañemos, aquí no ha habido ninguna catástrofe natural, y tengo que volver al tema que hoy parece que no logro abandonar… ha sido una catástrofe política.


Al día siguiente de algo así, sales a la calle, y no dejas de sorprenderte con lo que te vas encontrando a tu paso; coches amontonados los unos sobre los otros, asaltando las aceras, golpeados contra árboles; individuos que tratan de vaciar de agua sus tiendas, establecimientos cerrados por culpa de los desperfectos, mobiliario urbano hecho pelota, etc. Da pena. La solidaridad, la colaboración ciudadana, -que en situaciones así suele ser enorme, mostrando la cara más amable de cada persona- contribuyen a que el impacto sobre los más afectados sea algo menor, pero luego, los días pasan, y muchas cosas no se recuperan; si sólo fuese lo material… Lo peor es la sensación de fragilidad, el golpe emocional que supone saber que puedes perderlo todo de la noche al día. Sentir que tardarás en recuperar tu normalidad. Los que más tienen no suelen sufrir tanto porque disponen de mayores medios de prevención, y de recuperación de todo aquello que han perdido. Para que nos entendamos; si se les estropean los electrodomésticos de la cocina, se compran unos nuevos. Para la gran mayoría de personas esto supone un trauma y un quebradero de cabeza horrible.


El alcantarillado está viejo, funciona mal, obturado por la suciedad. Días después del incidente, salían campañas que recordaban la importancia de no tener las calles llenas de residuos, de ser más civilizados y limpios… ¿No es un poco tarde? Las calles están viejas, mal asfaltadas, y poco o nada preparadas para estas situaciones. Por ejemplo, mi barrio es normal que se inunde. Siempre hay calles que con las lluvias se anegan. Boquetes en el suelo por docquier. Vi garajes en los que el agua cubría casi hasta el techo. Ahora me viene al recuerdo la tragedia de la estación de trenes de once, donde un tren no pudo frenar, y chocó contra la vía, doblándose como un acordeón y ocasionándole la muerte a 51 personas. Un suceso así, no hizo que las cosas cambiasen mucho. Todo esto ha sucedido en el último año. Me da que pensar. No creo mucho en las casualidades. Creo que son situaciones evitables, y que depende en buena medida de tomar decisiones para mejorar las infraestructuras del país, modernizarlo, remodelarlo, mirar hacia el futuro sin necesidad de derrochar recursos, sin tener que hipotecarse. Humildemente pienso que si se aplican con solvencia los recursos de los que dispone el país, no debería de extrañar que Argentina mirase al futuro con optimismo, pero al contrario, desde que vivo en este país, tengo absolutamente la sensación contraria, la de quien se enroca, la de quien aparta la vista, no mide sus fuerzas, y se tira un farol, va por libre y corre hacia delante sin tener muy claro por qué, ni a dónde. 




[continuará en los próximos días...]

domingo, abril 21, 2013

Afiche del concierto Samuel Leví y Los Niños Perdidos en Antro Mágico - 27 de abril de 2013


Afiche
Concierto Samuel Leví y Los Niños Perdidos
Sábado, 27 de abril de 2013
Sala Antro Mágico
Av. Nazca 1524
Entrada gratuita
A partir de las 23:00h


Sin vosotros no hay conexión.
¡Os esperamos!

lunes, abril 08, 2013

Tú y 100.000 más



Pensaba el otro día en esto del blog. La verdad es que son muchos años viniendo a verterme aquí. Como dice en las líneas que aparecen debajo del título, lo cierto es que esto empezó siendo un diario personal, o mejor aún, un lugar en el que publicar mi diario y que quedase lindo. Así mis amigos podían mantenerse en contacto conmigo cuando vivía en Cuba, ya que mis posibilidades de conectarme a la red se reducían en ocasiones a una hora cada cinco o seis días. Ahora ha recuperado un poco esa esencia, porque al venirme a vivir a Buenos Aires, hace ya casi veinte meses, inicié un nuevo diario con motivo de mi nueva aventura personal... y aquí estamos. Entremedias ha devenido en un lugar donde poder promocionar mi obra artística, mis discos, mis canciones, dejar por escrito mis sensaciones después de los conciertos, los viajes, la gente que te cruzas en el camino, aderezado muchas veces con fotos, videos, audios,... Y por qué no, hablar de otras tantas cosas que me interesan y me preocupan, como la política, el deporte, los temas sociales, divulgar la obra de otros artistas que me gustan, realizar comentarios sobre el cine que tanto me apasiona, e ir así, sin ser muy consciente de ello, configurando un pequeño retrato de lo que ha sido mi vida, contado siempre en primera persona. Y ahí quería ir a parar.


Pronto llegará a 100.000 visitas, y lo cierto es que la cifra impresiona un poco. En ese sentido siempre he preferido no prestar mucha atención a cuántas personas leían según qué, ni tampoco qué podrían pensar de ello, porque quería sentirme libre, relajarme, explayarme si lo consideraba necesario, y que esto no fuese un escaparate en el que tuviese que figurar, sino más bien lo contrario, una puerta a mi propio cuarto, algo más íntimo, más personal. Algo así como... responde lo primero que pienses, lo que te salga, di lo que estás sintiendo, no lo pienses, no le des vuelta, suéltalo sin más. Si se pierde esa naturalidad, esa libertad a la hora de actuar y de escribir, entonces dejaría de tener gracia y quizás la existencia de este espacio personal ya no tendría sentido. En ese sentido nunca me he doblegado ante presiones de ningún tipo... y os puedo asegurar que las ha habido, tanto quien ha sugerido por las buenas qué debía decir o cuándo, como quien lo ha hecho por las malas, con reproches y amenazas. 


Al lío. He pensado que una manera de celebrar y agradecer el que hayáis estado todo este tiempo del otro lado, leyendo de cuándo en vez lo que queria contaros en este blog, sería pasándoos el turno a vosotros/as. ¿Qué os parece si hacemos un artículo especial por las 100.000 visitas y lo escribís vosotros/as? Os invito a que me mandéis escritos, fotos, videos,... lo que se os ocurra y que tenga que ver con este blog, con mi música, o conmigo; cómo nos conocimos, cómo llegasteis hasta aquí, cual fue el artículo que más os sorprendió, o gustó, o cual el que menos, con qué estáis de acuerdo, con qué no, qué sugerencias me dáis, algún momento que queráis compartir y que quizás hayamos vivido juntos, o tal vez ni nos conozcamos pero te evoque algo el leer todo esto... ni idea. Lo que sea. Cuando el contador llegue a las 100.000 visitas publicaré lo que tenga. No tenemos mucho tiempo, pero me parece un intercambio justo y bonito. Os toca a vosotros/as. Pensaré algún detalle para quienes participen.


Podéis enviadme lo que queráis a: 
samuellevi3@hotmail.com

con el asunto: Tú y 100.000 más.


Hagamos el experimento a ver qué sale.