lunes, enero 28, 2013

Fotografías de móvil - Agosto '11 a Enero '13

Fotografías de mi móvil en Argentina
Agosto 2011 - Enero 2013


No soy de subir muchas fotos personales a internet. La verdad es que no tengo cámara. Eso ayuda a que no tenga casi nunca fotos de los sitios donde he estado, o de los momentos que voy viviendo. Ahora, casi un año y medio después de mi llegada a Buenos Aires, he rescatado de mi móvil unas cuántas imágenes que aprovecho para compartir con vosotros. Subirlas sin más creo que no tendría mucho sentido, así que las he comentado, para que de algún modo se entienda mejor lo que retratan. Es cierto eso que dicen que a través de las fotos uno puede entender y descubrir mejor la vida de otras personas. Que así sea. Espero que os gusten.



Larry McRay, después de una clase maestra a la que tuve la suerte de asistir, ya en posesión de mi disco. Un pedazo del mejor blues norteamericano, dejándose ver por zona sur.
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Claudia Damerdjian, una de las primeras personas que conocí en Baires. Una amiga muy particular. Única en su especia. Algún día me hará caso. En primer plano, un conejo de chocolate del que aún no han encontrado el cadáver. Fui el último en verlo con vida.
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Xoel López (Deluxe) y yo, en uno de sus conciertos en Buenos Aires. Me gustan especialmente las últimas canciones que ha compuesto, y cómo ha absorbido ritmos y sonoridades americanas en los años que ha pasado por estos pagos. Una persona muy talentosa, y muy amable.
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Con mi amigo, y "niño perdido", Cristian Torres. Una persona muy solidaria, muy comprometida, seria, formal, educada, y noble. Ambos vivimos situaciones similares en esta gran ciudad.
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Fabricio Pastrana ¡Qué grande sos!, y Martín Rock Angulo ¡Nunca dejes de sonreir!. Las personas que conocí nada más llegar a Baires y "los niños perdidos" más estudiosos. Juntos hemos pasado grandes momentos. Sabían muy bien lo que hacían. Cambiaron mi vida en este país.
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Aquí riéndonos un rato con Olmedo y Portales, dos majestuosos cómicos argentinos, y con mi amiga Fernanda Domínguez, apasionada de las mismas motos que me gustan a mí, de Quique, y fundadora de la corporación Cucumate S.L. Una líder.
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El grosso de Gerardo Espada, mi profesor de Armonía, y un músico excepcional, que habla claro, que no se esconde, y que siempre está dispuesto para echar una mano.
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Compañeros, amigos, y "niños perdidos". Personajes de la farándula. Promesas de la música ligera. Guido Berhard, Patito Alvarez, y Nico Mastellone. Calidad de gente.
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Con el inconfundible Juan Urdapilleta. Sobrado de cualidades para la guitarra. La música lo salvará. Toda la suerte del mundo para él.
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Con Natalia Díaz. Días de luz y de color. Felicidad.
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Tuve que buscarme un amigo fachendoso para poder estar a la altura de estas dos minas. ¡Son re lindas! Lucía Muniagurría y Marina Pereda. Disfruto mucho cuando estamos juntos.
De lo mejor que he conocido por estas tierras.
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Con Lucía, un día de concierto. Una amiga de verdad. Una persona que quieres tener cerca siempre.
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Este se las sabe todas. Al final va a conseguir que aprenda algo, y todo. Está empeñado. Me habían hablado de él, pero se quedaron cortos. Demasiado crack para este pie de foto. El maestro, Oscar Cammarota.
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Osvaldo Mendelsohn y Alejandro Trebino. Se lo pasan teta. Y puedes aprender de ellos todo lo que quieras y más. Tocar la guitarra delante de ellos te mata de vergüenza. De mayor, quiero ser algo así.
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Estratosférico. Le saca jugo a la música. Se calza canciones, las lleva adheridas a la piel. Lo suyo es rock, en todas las dimensiones. Hablamos el mismo idioma. Abran paso... Pato Leda.
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Personas que cuidan de personas. Personas que tratan de ayudar, de sumar, de aportar. Vicky Mayer y Cristian Torres. Tienen percha. Sus padres tienen que estar orgullosos.
Que la vida los trate bien. Se lo ganan día a día.
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¡Qué tierna es mi profesora de canto! Samanta Schor. Lo pasamos realmente bien. Está tratando de apaciguarme un poco. Dulcifica el estudio. Además es una buena alcahueta. Muy buena.
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Con Don Rubén Gaitán, un noctácbulo empedernido, un vampiro de la noche. La foto lo demuestra. No conoce los rayos de luz. Casi te diría que reinventa la armónica cada vez que la hace sonar. Uno no se imagina que puede sacarle tanto partido a un instrumento tan pequeño. Tiene todo el look, toda la facha, es un goleador, un killer. Nos tenemos un aprecio especial. De este no te olvidas ni a propósito.
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¡Menudas compañeras que tengo! ¡Así da gusto! He aquí, Vicky Mayer, Lara Garinei y Noelia Dumont. El estudio, las clases, las tareas, etc. son mucho más llevaderas con gente así a mi lado.
Las aprecio mucho.
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Inspirador. Hay que ser muy genia para colgar en la pared de tu salón un cuadro en blanco.
Evocador. Me gustó la idea.
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Mi madre en todo su esplendor. Conoció Argentina y disfrutamos de unas merecidas vacaciones juntos. Algo de tiempo para nosotros, luego de casi año y medio sin vernos. Por desgracia, mi madre también es una de las damnificadas de la vida que he escogido llevar. Los padres siempre buscan lo mejor para nosotros, y normalmente no son egoístas en ese sentido, sufren por tenernos lejos, por no vernos (por no controlarnos), pero buscan vernos felices y sanos. Hablamos mucho, nos enfadamos mucho, y tenemos una relación muy difícil, desde adolescente ha sido así, pero al final, más pronto que tarde, nos emocionamos el uno con el otro, y siempre, siempre, tenemos presente que el otro es lo mejor que tenemos en la vida.
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"...la calle Melián luce hermosa..."
esta frase aparece en una de mis últimas canciones, de esta etapa argentina, y ésta que veis, es la calle. La foto no hace justicia a la belleza del sitio. No soy fotógrafo, y no tengo cámara. Está mal tirada sin más desde el móvil. La calle es preciosa; piso adoquinado de piedra, árboles de 20 metros con copas frondosas que cubren todo el largo de la avenida, aceras amplias con jardineras, la luz solar entrando por los resquicios que deja la vegetación, casas de época protegidas muchas de ellas de la especulación urbanística, con herencia arquitectónica inglesa, alemana y americana, en una mezcla que no he visto en ningún otro lado de la ciudad. Lugar tranquilo en el que puedes pasear de noche. No sale en ninguna guía.
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Nunca había visto algo igual. Así quedó la calle luego de un día de tormenta y lluvia en la ciudad. Fue bestial. No pude salir en horas. Luego se secó todo y en cuestión de horas fue como si nada hubiese sucedido.
Una locura.
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Hay personas que tienen algo distinto, indescriptible, un encanto particular, un talante único, que hace que enseguida te conectes con ellas y que te sientas a gusto con esa persona. He aquí uno de esos profesores que sabe sacar lo mejor de ti mismo, motivarte, y sobre todo, que no te olvides de disfrutar y de pasarlo bien. He tenido la suerte de tocar con él, de compartir escenario, y ha sido un recuerdo muy grato.
Un fenómeno! Diego Otaño!
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Mi amigo, el capo, Dario Agesilao, tiene una casa surrealista, una suerte de zoológico. Puedes perderte en su jardín y encontrarte con estos tres patos, con malas pulgas y mucho pico. Siempre me encantaron los patos, uno de mis animales favoritos.
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Lorena Ospino y su hermana en la recepción del Magandhi Hostel. Mi compañera de trabajo y amiga. Siempre bromeamos. Muy agradable.
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Es difícil fijarse en algo que no sea en lo bonita que es Lucía Muniagurría, pero
¿Os habéis dado cuenta de que el fantasma de Nico Mastellone se proyecta en el espejo?
Belleza y terror se encuentran en esta imagen.
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Otra foto con Lucía. En una de nuestras salidas. Podríamos pasarnos el día haciendo planes. Me gusta mucho descubrir la ciudad con ella.
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Lu ya tiene su Cucumate de la rana gustavo. ¡Feliz como una niña! Los cucumates son una original creación de Fernanda Domínguez, que los pinta a mano. Una genialidad. 
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¡Hacéte amigo! Lucía Muniagurría, Vicky Mayer, y Cristian Torres. ¡Embáticos!
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¡Eilo aquí! Existe. Es Diego Macana. El chico para todo del Magandhi Hostel. Un especímen de lo más singular. En una de sus muchas tareas, este día le dio por pintar una habitación él sólo. Vive en la esclavitud 2.0. Con una fábrica de macanitos como él, dominas el mundo. Buena persona, habita el lugar desde tiempos inmemoriales. Ya forma parte de la decoración porque no sale del sitio. La historia de este lugar no podría contarse sin su presencia. Un tipo de lo más peculiar. Digno de análisis.
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Marina, el muñecote y yo. Tiene talento. Canta muy bien. Una voz que puede acomodarse fácil en distintos géneros musicales. Predisposición y juventud. Me gusta quedar con ella; es divertida y alegre.
Le gusta la fiesta, y a veces me hace sentir algo mayor.
Si no estuviese siempre tan perdida, nos pasaríamos el día haciendo planes.
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Martin "Rock" Angulo, cree de veras que este armario-baúl es una máquina que lo transportará en el tiempo y en el espacio, o sin irse lejos, que al menos lo convertirá en una suerte de Frank Zappa. Martin tiene la sonrisa de un niño. Es sincero, es noble, y es un buen amigo.
Aquí lo tenemos preparado para el lanzamiento
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En modo conexión. No le molesten, está en otra dimensión. Él no duerme la siesta, él hace sesiones de armario. Aún no han sabido definir su anomalía, pero luego, te cuenta cualquier historia y te mueres de risa.
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Imagen casi bucólica de la que ha sido mi habitación durante año y medio. Podría parecer un convento, pero está mucho más cerca del lado oscuro. La demostración fehaciente de que las fotos engañan. Hasta el Magandhi sale guapo y todo. Al final le agarras cariño. No lo olvidaré en la vida. Ya es parte de mi historia.
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Piezas. Montones de piezas listas para armar algo. Me gusta esta imagen. Entre ellas, una tarjeta de contacto. Soy armador. De niño jugaba a estas cosas.
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Dime que no es la individual... Debajo de esa capa de jamón, queso, tomate, y especias, hay una suculenta milanesa. Plato típico argentino. Un clásico. En cualquiera de sus variedades, está de vicio. Al principio pensé: ¿Quién dijo miedo? pero lo cierto es que no llegamos al postre.
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De esas fotos que encuentras de pronto y no recuerdas cuándo fueron hechas, hasta que de pronto caes en la cuenta. No es una foto más, tiene mucho significado para mí. Natalia sale muy linda, como siempre. Aparece aquí usando mis gafas de sol. Esta fue la última foto que le hice. Bonito recuerdo.
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Tommy Leone con Ichu, su novia. Por aquella época solíamos estar bastante juntos. Ichu es maravillosa. Un encanto de persona. Siempre amable, atenta, cordial,... Tommy la quiere con locura. Hacen una buena pareja. Llevan años juntos, y la verdad es que me gusta tener amigos que sabes que son felices al lado de otra persona que los complementa y los llena.
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La foto igual no lo corrobora, sobre todo porque lleva el pelo recogido, pero os prometo que mi amiga Silvia García tiene cierto parecido con Alyson Hannigan, protagonista entre otras películas de la saga "American Pie". Aquí le hice una foto delante del cartel de la película. Tuve la fortuna de conocer a esta gallega en Buenos Aires. Silvia es muy inteligente. Tiene grandes ideas y buenos valores. Una triunfadora. Una persona muy tierna, que enseguida te impresiona al hablar con ella. Lástima que sólo estuvo en Buenos Aires de vacaciones. Habríamos podido ser grandes amigos aquí.
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Cartel del grupo argentino Tan Biónica. Grupo de pop-rock de reciente fama en este país. Habrá quien se sorprenda, pero de todo lo que he escuchado en este año y medio, sin lugar a dudas lo que más se me ha pegado es la música de estos chicos. No los he escuchado hablar, ni he leído entrevistas, ni sé cómo son, pero lo que tiene que ver con sus canciones me gusta. Hacen música sencilla, con letras de temática trivial, casi insustancial, pero muy sinceras, con mucha clarividencia. Se nota que disfrutan de lo que hacen. Escucharlos me alegra y me motiva. Tiene energía. Te lleva. Consigo oírlos durante mucho tiempo sin cansarme, y las melodías se me repiten. No paro de cantarlos. Desde que estoy aquí me han recomendado muchos grupos y artistas, pues bien, yo me quedo con estos. Luego están los clásicos de este país, pero de lo que suena ahora mismo... Por cierto, aprovecho para decir que mis artistas favoritos argentinos son Fito Páez y León Giecco.
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He aquí Tommy Leone en el barrio chino de Buenos Aires. Tiene toda la onda.
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Esta foto es reciente. Ya queda poco. Ha llegado la hora. Vuelve, John Maclein. Aquí no voy a escatimar elogios. Vale, que la última película fue bastante indecente, vale, que es un poco pantomima, fantasmada, lo que quieras, pero aún recuerdo la emoción que de niño me producía el que para mí era el héroe con mayor carisma. Nunca ha habido un personaje de ficción, -al menos en lo que a películas de acción se refiere- que haya tenido tanto poder de atracción para mí. Quiero ser su amigo.
Creo que voy a ir a verla varias veces. Merece pantalla grande, y camiseta blanca de asas.
Me jode que "Jungla de Cristal" se bautice como "Duro de matar" en Argentina, pero he de reconocer que la traducción es mucho más fiel a la original "Die Hard".
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¡Qué simpático y curioso que es Guido Berhard! ¿Por qué desaparecería? Puede sonar raro, pero la verdad es que no tengo ni idea de dónde está. En las grandes ciudades estas cosas pasan. Uno de pronto cambia de aires y pierdes el contacto con la persona, y como las probabilidades de cruzarse en algún sitio son remotas, igual no vuelves a saber nada del otro. Los amigos de la escuela intentamos mantener el contacto con él pero se borró. Un chico con mucho talento y oído musical. Muy agradable. Lo pasábamos muy bien.
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Creo que Tommy Leone con la boca llena de banana no es algo que merezca ser comentado de forma más exaustiva, es más, prefiero no entrar en detalles. Sólo sé que le encantan. Dice que son muy sanas. Miedo. Cada loco con su tema.
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Espero acordarme más a menudo de hacer más fotos. La verdad es que me gusta pasado cierto tiempo detenerme un día a ver fotos de amigos, de sitios en los que uno ha estado, de situaciones que ha vivido... Tiene su encanto. 

Ahora me voy de vacaciones. Os seguiré contando.
Un abrazo.

martes, enero 22, 2013

Afiche concierto Samuel Leví y los niños perdidos en Casa Presa - 26 de enero '13



Afiche
Concierto de Samuel Leví y los niños perdidos 
+ Ceci y los minitos
26 de enero de 2013
Casa Presa - Villa Urquiza - Buenos Aires
a partir de las 22:00h
Entrada gratuita 


domingo, enero 13, 2013

Mi diario en Buenos Aires - Capítulo 12 - Sísmica catarsis de año nuevo (parte 2/2)

12.- Sísmica catarsis de año nuevo (parte II de II)


Buenos Aires, 10 de enero de 2013


[...continuamos donde lo habíamos dejado el otro día. si quieres leer más capítulos de este diario, los encontrarás en la etiqueta "personal" de la columna derecha]


Entramos en un nuevo año. ¡Bienvenido 2013! Uno mira hacia delante y hacia atrás. Son días de muchos sentimientos encontrados, de sensaciones contradictorias. Piensas en cómo ha sido tu último año y piensas en cómo te gustaría que fuese el que recién inauguras, y mi lado nostálgico se acuerda de otros fines de año, de momentos que viven pegados a mí, y que sé que posiblemente nadie más rememora, porque padezco del síndrome de peter pan en toda su magnitud. Los finales de año empezaron a tener más gracia cuando salía de casa, cuando empecé a ir a fiestas, y cuándo comencé a reunirme con amigos. Apenas recuerdo los finales de año de mi niñez. Sé que los pasaba con mi madre, y sé que no solíamos juntarnos con mucha más gente… a veces con mi tia y mis primos, a veces con mi tio y mis primos, a veces los abuelos, a veces solos. Recuerdo que con 14-15 años empezaron a salir de noche casi todos mis amigos, y recuerdo que así se entró de lleno en la famosa “fiesta de fin de año”, en una sala de fiestas enorme, o una gran discoteca, con miles de adolescentes bailando los temas de moda, bebiendo hasta olvidar su nombre, y deambulando por las calles pasando frío a las ocho o nueve de la mañana en la búsqueda y captura de un taxi que los llevase a casa, previo paso por algún café que les sirviese el clásico “chocolate con churros”, cuando todo ello no se veía interrumpido por algún padre/madre que pasaba a recogerlos, para lo cual era necesario desde cierto y prudencial tiempo de antelación, prepararse para el encuentro con sus progenitores, lo que conllevaba dejar de beber y tratar de mantener cierta compostura, si eso era posible. Omití mencionar la previa. Con los años se fue extendiendo entre el público femenino, el prepararse a conciencia para esta cita; más allá de la compra de un vestido que en muchas ocasiones sólo era usado para la ocasión, sin que tuviese más protagonismo en el resto del año, y pasando a formar parte del fondo de armario de la adolescente, también era frecuente la cita con la peluquera, y más que posible, la cita con el solárium. Hay más cosas, que seguro que no sé, y la verdad, prefiero no enterarme. A medida que se hicieron mayores, mis amigas dejaron de preocuparse de todo esto, y la fiesta de fin de año pasó de ser importante, a perder su encanto, las grandes superficies dejaron paso a locales más pequeños, e incluso a la organización de fiestas particulares, en casas o en locales alquilados para la ocasión.

Yo el primer año en el que salieron todos mis amigos, simplemente no fui. Me parecía muy caro, y no me convenció el plan. Sé que otro año me quedé en la puerta de los locales porque me negaba a vestir de traje; no tenía y no quería ponérmelo. Un acto de rebeldía. Por aquel entonces tenía muchos de estos. Hubo un año que recuerdo con especial cariño en el que mis mejores amigos, -y sus padres- se pusieron de acuerdo para que participase. Entre Borja y David Barros, colaboraron para conseguirme la entrada, el traje, y de paso la cena. Así no tuve que quedarme solo. Esas cosas las recuerdas luego siempre. Tenía 16 años. Luego llegaría el día en el que me compré un smoquin, y ahí sigue, es esa prenda que con un poco de suerte te queda para toda la vida, si eres lo suficientemente hábil de comprarte una un par de tallas más grande, calculando que aún crecerás… ojo clínico de madre. Hubo varias anécdotas de aquellos años que recuerdo bien; el año que le vi una teta a una de las chicas más deseadas por todo el colegio (por el tamaño de sus pechos) y que creo que fue oficialmente la primera vez que le vi el pecho a una chica de mi edad; la fiesta que terminé componiendo “Aunque no deba” (que luego se convertiría en la canción que inauguró mi primer disco “Turno de noche”); aquella en la que besé a la chica que me gustaba y en un ataque de romanticismo le solté una estrofa de la canción “La gota de rocío” de Silvio Rodríguez;… Y los años pasaron y como decía antes se fue diluyendo la emoción por esta noche… Recuerdo con 23 años pasarla junto a Rafa Santodomingo en las playas del este de La Habana, bañándonos en el Caribe, y yendo a una fiesta internacional acompañados por dos viajeras la mar de simpáticas. Recuerdo las que pasé con Natalia (de esas me acuerdo de todas…); en Vigo la noche que cayó enferma, en Málaga junto a sus amigas,… Recuerdo la fiesta portuguesa/brasileña en la que caímos sin darnos cuenta con Rafa, Israel, y David. Y ahora… ahora llevo dos años celebrando el fin de año en pleno verano, en casa de amigos argentinos, primero fue Tommy Leone, y ahora ha sido Nico Mastellone. Gente amable y afectuosa que me ha abierto las puertas de su vida y de su casa, y me ha hecho sentir uno más. Muy agradecido por todo.


Pero nada es lo mismo. Sientes que estás fuera de horma. Lejos de tu raíz. Personas que han convivido contigo unos meses, capaz un año, pero que no saben más de ti, y que aunque tratases de explicarlo no podrían comprenderlo, porque no lo han visto, no lo han vivido, y pertenecen a otro lugar, a otra historia. Y vas al espejo, y te ves, tratando de ver más allá, tratando de encontrarte, y entonces lees los mensajes que llegan, que lo significan todo, de verdad que sí. Y tu madre te llama y parece que acabáis de hablar hace un día, aunque en verdad no lo habéis hecho en tres meses. Y tienes amigos, y amigas, que tienes que echar un vistazo para comprobar que hacía medio año que no lo hacían, pero que te trasmiten la misma familiaridad que siempre, y que te llenan de afectividad, y te hacen sentir que aunque hayan pasado 16 meses en verdad no ha pasado nada, porque los amigos de verdad están siempre a tu lado. Y no, no es posible felicitar a todos, aunque lo hagas de forma genérica. No es posible hablar con todos, ni saber de todos, así que haces lo que buenamente puedes, y siempre te parece poco, porque se merecen el mayor de los esfuerzos, porque no te sirven las palabras ni te alcanzan los minutos, ni te llegan las líneas, para poder expresarles lo mucho que los valoras, lo que los necesitas, y cuánto los tienes presentes. Y eso te hace sentir un poco sólo, muy incomunicado, y te planteas de nuevo si tiene sentido seguir lejos de tu centro, de tu raíz, y luego de unos minutos, asientes, que sí, que sea como sea tu vida sigue y tú tienes que tratar de cumplir tus sueños, y que por desgracia las herramientas para lograrlos no están siempre en tu lugar de origen, y que la vida es un viaje constante, un viaje de superación y aprendizaje, un descubrimiento tras otro, un reto tras otro, un sueño tras otro,… y así nos pasan los días, y nos pasan los meses, los años, las etapas, y la vida… y como me decía una amiga ayer, has de tratar de disfrutar el tiempo presente, el momento que estás viviendo… ¡Cuánto me cuesta! Siempre estoy pero no estoy… y me seguirá pasando, lo sé. Un día estaré lejos del río de la plata, y recordaré a todas las personas con las que he compartido esta aventura, y echaré de menos esos mensajes de Cristian, de Patito, de Martin, de los Rives, de Fabri y Fer, de Claudia, de Lucía, de Nico Mastellone, de Vicky, de Lara,… de mis amigos de la escuela… que me dicen que he sido importante para ellos este año, que me quieren y que me aprecian. Seguro que los echo mucho de menos. Ellos son mi presente, mi día a día ahora mismo, y fijo que sin su compañía, mi estancia aquí habría concluido.



El 2012 ha sido un año bueno en líneas generales. He conseguido muchas de las cosas que me había propuesto, sobre todo a nivel formativo y educacional, he obtenido buenos resultados, no he tenido problemas de salud, y tampoco mi gente ha pasado por graves dificultades, así que estoy tranquilo y en paz, y eso me reconforta, me hace encarar el año venidero con calma, sabiendo que estoy abierto a nuevas oportunidades, esperanzado en que puedan suceder buenas cosas, y sin arrastrar nada pendiente de este año que recién finaliza. He evolucionado mucho en este país y mi experiencia está siendo muy enriquecedora. Siento que aún puedo aprovechar más, por eso me quedo, por eso, y porque quiero que el día que vuelva pueda hacerlo con un plan sólido y bien organizado con el que poder dedicarme de forma exclusiva a mi música, bajo mi tercer disco seguramente. Aún no he tomado decisiones sobre cuál será mi plan este año, pero me voy a centrar en disfrutar estos dos meses veraniegos con todas las de la ley y luego ir viendo qué nos trae este 2013 para decidir sobre la marcha. Lo mejor es esa sensación de libertad que me inunda. Eso me da mucha moral. Me preguntaban qué cambiaría, y contestaba que en verdad, de mí, hoy por hoy nada; me recomendaban por aquí que no me tirase tanto para abajo, que no fuese tan crítico conmigo, tan duro, que me relajase más, y que dejase de echar de menos a las personas que se han querido ir, a aquellas que nunca eché y que por decisión propia se fueron. Sin duda eso, eso va a ser lo más difícil.


Voy a prometerme algo; no dejar de perseguir mis sueños, y seguir siendo consecuente con mis ideas, mis valores y mis principios.


[las fotos están sacadas con el móvil de mi amigo Nico Mastellone en uno de nuestros últimos conciertos]
[los próximos dos meses estaré de viaje, de conciertos,... luego volveré por aquí y os lo contaré. ¡Hasta entonces, feliz verano!]