Las novias y los coches tienen un punto en común; salen carísimas/os. A mi novia siempre trataba de tenerla contenta, como no puede ser de otro modo, y claro, eso exige a veces hacer un pequeño desembolso, porque no es fácil sorprender a coste cero, a veces lo conseguía pero otras tenía que rascar un poco. Cuando me dejó pensé en todo lo que perdía, que era mucho, en todas las cosas sin las que me quedaba y que me gustaban, era feliz con ella y nunca pensé que fuese a acabarse porque la amaba. Por otra parte, pensé que me ahorraría unas monedas, -aunque quiero dejar claro que prefiero gastarlas si se trata de estar con ella- así que como hay que buscarle algo bueno a todo, pues ese era un punto. Pero ese mismo año me había comprado el coche, y he descubierto que es peor que tener una novia caprichosa. Te gastas más pasta, y te deja igual de tirado cuando le da la gana.
En los últimos días, -cosas del destino-, he ido cuatro veces al taller en una semana. Primero unas luces (yo notaba que el resto de coches iluminaban más que el mío), luego se quedó seca la batería, luego se pinchó una rueda, revisé el aceite, el líquido de frenos,... A partir de ahora si una chica quiere ir al palco vip de la parte de atrás le cobraré mantenimiento. De todos modos he de reconocer, que gracias al coche anteayer estaba en vigo, luego pasé por valladolid, lérida, ahora Barcelona, mañana de nuevo valladolid, pasado salamanca... He pasado muchas horas ahí sentado pensando en montones de cosas, teniendo conversaciones conmigo mismo en alto, midiendo mis palabras, preparando alguna confesión que luego no soy capaz de soltar cuando llega el momento,... muchas veces llego tarde a los sitios, otras llego a lugares dónde no me esperan, pero no puedo negar que me siento feliz de poder vivir cada día una aventura, de tener algo que contar, de poder compartir experiencias muy enriquecedoras.
Muchos grandes artistas, bohemios y románticos, mueren siendo pobres y sin reconocimiento. Cuando esos artistas nacen con pocos posibles, mueren en el momento en el que se dedican a otra cosa que no sea potenciar su arte. Quiero huir de eso. Tengo derecho a intentarlo.
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