miércoles, febrero 15, 2006

Tremendo descaro!!

Tremendo descaro!!


Aquí sólo te queda una salida: ¡Ser un auténtico descarado! Los modales no se destilan en el ambiente. La gente le echa una jeta a todo tremenda. Para pedir algo en un sitio lo mejor es auparse a la barra como buenamente puedas y gritar tu pedido con cierto arrojo y aplomo, demostrando que no te importa si hay gente que lleva más tiempo esperando que tú. ¡Las cosas por la cara! No te suelen devolver el saludo, y rehúsa decir “gracias” - “por favor” - “disculpe” - “perdone” - … Tal y cómo van las cosas aquí, los formalismos, sobran. Si por el contrario, eres lanzado y en cierto modo arrogante, la gente claudica y te hace más caso, de lo contrario comes mucha mierda. Os diré que ya he hablado con el gerente del hotel Palco, donde nos clavan 6€ por cada hora, de un servicio lamentable, por el que me quejé.

Tengo la presión tan alta por los últimos acontecimientos que de vez en cuando empiezo a sangrar por la nariz ¡No es broma! Lo cuento con tanto aplomo porque si me muero mañana, lo haré con la calma del que se siente bien por todo lo dicho y hecho, sabiendo que lo ha pasado de pinga. No os precocupéis, ¡Tengo planes de futuro!

Hablando de planes ¡Vaya grupazo que me he montado! Resulta que antes de irme de la isla quiero por lo menos haber montado algunos conciertos guapos, en sitios grandes y de renombre. Así que he ido cerrando fechas y ya tengo algunas cosillas. Para tales conciertos voy a contar con la colaboración de mis amigos de la residencia que son todos tremendos músicos. Además nos acompañarán varios cantautores famosos que he ido conociendo y que han aceptado gustosos mi invitación. Creo que pueden salir muy bien las cosas. Si esto sale adelante será un gran éxito personal. ¡Os dáis cuenta de lo guapo que puede quedar! Vamos a grabar las actuaciones porque además las canciones son nuevas y quizás se puedan usar en el futuro para alguna producción. Un piano, un batería, un percusionista, un guitarra eléctrica, un guitarra acústica, un guitarra clásica, unos coritos, un bajo, un tresero cubano,… ¡La que vamos a formar! Tenemos confirmado un concierto en el Instituto Superior de Arte, con toda la escuela al completo, y luego en el Centro Hispanoamericano de Cultura, una sala de conciertos como las que no he visto en España, cuyo recinto recién reformado y completamente acondicionado para poder tocar a las mil maravillas aunque lleves una guitarra española y cantes a capela. Luces, sonido, publicidad, músicos,…sólo falta el público, que espero que se anime y descubra al “cantautor”.

La sensación de que el curso se había acabado me trajo ciertos problemas “mentales”. Con eso de que había muchas caras nuevas, y que habían abandonado el barco muchos otros, uno se desubica y pierde un poco el norte. El ya mencionado cambio de plan de estudios, horarios, y profesores, tuvo inmediatas consecuencias. La intensidad del estudio se multiplicó. Los profesores que ahora me han sido asignados tienen la curiosa manía de asistir siempre a clase, así que no pasa un día en el que no tenga trabajo para el día siguiente lo que me bloquea un poco porque quiero llevar, en la medida de lo posible, las cosas bien vistas, así que hasta aquí llega el estrés ¡Maldita enfermedad moderna!

Sin premeditación, fui apartando a aquellas chicas con las que hasta ese momento estaba quedando y con las que mantenía una especie de relación de puertas abiertas y otras cosas… Eso quedó obviado de mi día a día, y apenas mantuve comunicación con aquellas amigas que consideraba de mayor importancia, pero sin poder vernos demasiado. En ese grupo metemos a Dainy, a Yanisleydi, a Sandra, a mis amigas de la ENA (con las que últimamente paso muy poco tiempo), etc. Por no ver, no he vuelto ni a saber de Olivia. Aunque todo esto os parezca muy exagerado no lo es tanto. Mi acuciante falta de tiempo para hacer todo lo que realmente quería, me ha obligado a priorizar al máximo, y de ahí han resultado ganadores los estudios, pero no porque me haya vuelto un chico muy responsable si no porque cada vez le resta menos tiempo a mi aventura, y mayor es mi necesidad de cargar mi mochila de saber.

Mi nuevo profesor de guitarra es un monstruo llamado Pedro Enrique que me está introduciendo mucho en los ritmos cubanos, y que me enseña mucha técnica, a la par que obras, y más formación y desentramado de acordes que tanto me interesan. En canto, asignatura que siempre me dio mil patadas y que he cogido por hacerle una ofrenda a mi madre, ante su airada insistencia, he avanzado en poco tiempo bastante, y algo sí que noto. En solfeo, margaret tatcher se sienta varias mañanas a la semana frente a mí y me exige más de lo que cuatro hombres son capaces de alcanzar con un ritmo de trabajo frenético, que me desespera porque no alcanzo a todo lo que la señora es capaz de pedir. Es una especie de suegra a la que tienes que contentar sí o sí aunque te partas la crisma para ello. Luego está piano, que se ha vuelto a convertir en un instrumento dejando de significar para mí aquel demonio que era en los primeros meses, gracias en parte a la profesora Mercedes, y a que tenemos un libro de Pedro Guerra que es una delicia. Aquello se toca solo. Omar, es otro privilegiado de la música que me da clase de armonía popular y que en una hora me destroza varios días a la semana de estudio, tratando de entender unos auténticos geroglíficos, mediante fórmulas matemáticas inverosímiles.¡Nada, que no hay manera! Lo bueno de todo esto es que algo se te va quedando, y por muy negado que seas algo siempre aprendes. Todo va haciendo a los pocos un conglomerado que se entremezcla en mis temas, que ya suman unos 8 desde que estoy aquí, y supongo que en mi cabeza, que está muy abarrotada de ideas. Estoy creando un monstruo…

Querría decirle a mi madre, porque se lo debo y por no decírmelo a mi mismo, que estar aquí es lo mejor que podí haber hecho, y que no tengo dudas de que esto, me está sirviendo en una dimensión que me cuesta mucho explicar, es el enriquecimiento mayor de uno cuando ese uno sabe bien qué quiere, sabe bien quién es, y está dispuesto a ponerse para eso. Yo me paso el día asombrado a cada rato que sale esto en una conversación, y aún así, y no sé bien cómo, tengo tiempo no para pensar en ello, si no para continuar recogiendo. Es un campo plagado de alimento, pero me parece increíble que no explote de comer tanto. Este último mes me he leído unos cinco o seis libros, he ido un par de veces al cine, he asistido al conciertos de Adrián Berazaín (un amigo que me hice en el Longina en Santa Clara), y todo ello, ha servido para mi enriquecimiento cultural. ¡Es la 1ªvez que me siento tan forrado! ¿Cuánto vale toda esta cultura? Uno se da cuenta de lo valiosa que realmente es la cultura. Yo, que como artista siempre había estado sumido en una sociedad repelente de la cultura que no fuera sinónimo de mercado, de industria, me encuentro en una situación en la que el desarrollo como artista es inigualable.

Rafa: Ya terminé la canción cuyo comienzo decías que prometía mucho y que te gustaba. Es de las que más gustan a la gente por aquí. Se titula: “Por la calle de noche”

Una situación en la que reina el progreso cultural como herramienta de futuro, no como complemento a nuestras vidas ni como aficción sino como finalidad del individuo, como enaltecimiento de la persona inteligente y sabia. Por otra parte a uno le asalta esa sensación de carencia de final, de que nunca se concluya, de estar siempre insatisfecho, porque ¿Cuándo sabré lo suficiente? ¿Cuándo me voy de aquí? ¡Tengo tanto que aprender que… No sabes cuando decir basta, ni si es necesario decir basta. Mi pensar: que debo tomarme las cosas con cierto relajo y no ser excesivamente ansioso para ir empapándome poco a poco de lo que vivo y aprendo sin que esto me ocasione una angustia existencial mayor. Admito, no obstante, que no imaginé nunca antes, que llegaría a un punto de mi vida en el que me estaría planteando estas cosas, ni que llegado el momento podría denominarme artista y sentirme representado con tal término, que siempre reservé para figuras de mucha índole a quienes creía capaz de hacer verdaderas maravillas a la par que disponer de una capacidad y un talento naturales e intrínsecos de difícil comprensión. Hoy me veo a mí mismo, cómo perro amaestrado y me dejo mecer, mientras soy consciente de que puedo hacer un incendio con un mechero con tal de que lo prenda una única vez. Ahí ando, en la captura de Mobby Dick, y mientras me voy haciendo pescador sin saberlo, y mis temas son cada día más parecidos a los que quería hacer. Para que lo podáis entender, sucede lo mismo que cuando quieres mucho a una persona y no eres capaz de expresar lo que sientes por ella, acudes a decírselo y sientes que fallas porque no logras contar exactamente lo que llevas dentro. Así lo vuelves a intentar y vuelves a fracasar. Un día sin esperarlo, sin planificarlo, sale de lo más profundo de ti la mayor honestidad y sinceridad que albergas y que sin ni tú mismo reconocerte, consigues explayarte a gusto delante de ella. Así del mismo modo, salen esas canciones que a veces recoges en un cochambroso papel, y para las que quizás apenas has necesitado de un par de horas para escribirlas. Cuando logro decir mucho en un tema, suelo tardar más tiempo del habitual en escribir el siguiente porque considero que he saciado mi necesidad de “expresar”.

En cuanto a los planes concretos y más sustanciosos de estas últimas semanas destacaré la Feria Internacional del Libro, que se celebró en La Cabaña, uno de los pocos lugares que no había visitado aún. La Cabaña forma junto al Morro, y al Cristo, uno de los lugares más representativos de La Habana. Queda situada frente a la Habana Vieja, y se posiciona a las puertas de la bahía. La Cabaña es una enorme fortaleza que construyeron los españoles y que se convirtió en la mayor muralla de toda latinoamérica en su momento, el mayor gasto de la corona ibérica. En ella, se organizó la feria del libro, que visitaron miles de personas cada día. Lo cierto es que estaba llenísimo. El último día Joaquín Sabina cerró el acto presentando su libro “Ciento volando de catorce”, que en España salió hace un par de años y que a mí personalmente me pareció muy malo. Lo tengo en casa para que le echéis un ojo. En la feria, tuve la ocasión de comprarme una buena pila de libros, aunque me dejó un gusto amargo. El tema estaba en que a pesar de que había bastantes ejemplares, la variedad temática no era tanta. Fuera poesía, prosa o teatro casi todas las obras tenían un talante social, de compromiso, de lucha de clases, de falta de libertades, de opresión,…es decir, que la temática siempre incidía en lo mismo. Siguiendo en esa línea, los autores internacionales que se presentaban eran todos del mismo palo idealista, y eso me daba cierta lástima porque creo que es un garrafal error institucional el tratar de potenciar deliberadamente la lectura de ciertos temas y autores porque eso delimita la posibilidad de elegir. Empecé a cansarme de Martí, de Nicolás Guillén, de Alejo Carpentier, de Vitier,… como te lo repiten tanto, uno se aburre del mismo baile siempre. Disfruté de unos antiguos despachos del Che, donde vi fotos, leí notas,… Me lo pasé bastante bien por la presencia de Patxi, del genial Albert y de Jesús.

El hecho de que haya vuelto Albert me ha dado muchoa fuerza. Con él paso el día. Nos divertimos muchísimo juntos. Todo el día charlando de chicas y de música. Luego recordamos España, nos echamos unas risotadas con algunas parafernalias cubanas, y sobre todo, me siento tranquilo de poder confiar en un amigo. Jesús es un tipo campechano de Valladolid, que tiene 26 años y que tocaba en una orquesta y que se sentía frustrado por ello y decidió venirse a Cuba. Muy risueño, aunque tímido y tranquilote, enseguida a cogido confianza con nosotros, y ahora mismo, como nos hemos juntado muchos españoles, yo me siento basante bien resguardado. La mayor parte de la gente nueva apenas se relaciona con nadie y no se han hecho piñas o grupos, así que cada uno a su bola. Los que llevamos más tiempo estamos más comprenetrados y esa es nuestra ventaja fundamental para sentirnos más cómodos. De este modo, nunca me siento del todo solo. Ya no solo por la compañía de los colegas de la resi, si no por lo que comenté antes…no tengo tiempo para casi nada.

En las últimas semanas el tiempo se ha puesto cabrón. Estamos entrando en el invierno cubano. Doy casi por supuesto que febrero y marzo serán los meses más fríos, porque en un país como este que está situado en pleno trópico de cáncer, sucede algo similar a lo que en la India, ésta con un clima monzónico tropical, así que lo que para nosotros es la primavera y el otoño son para ellos los meses de mayores lluvias y frío. Así que si se confirman los indicios que tengo de que André y Barbie, vendrán junto a mi madre, creo que se paparán algo de frío. Este tiempo anula las ganas de salir, y aunque hemos hecho alguna salida nocturna éstas no superan uno o dos cameos. Únicamente una noche dormí fuera desde que se inició este año lo que os puede dar muestras de mi apaciguamiento “sexual”.

Lo que me tiene un poco harto son otras cosas, más relacionadas con la política y la vida social aquí. Los extranjeros no aguantan la situación aquí y tienden a criticarlo todo. A mí ya me carga, y me trae sin cuidado ese tipo de comentarios destructivos que no llevan a nada y que sólo valen para menguar la moral de uno. Después los cubanos siguen con las mismas luchas de siempre, y según los que más me conocen (Albert, Dainy, Yanisleydis, Gilen -que ha vuelto del país vasco con Nalúa-, Víctor…) estoy demasiado preocupado por cambiar el mundo y paradójicamente tranquilo. Es decir, me sobresaltan y me enfurecen algunas de las cosas que vivimos, pero ya van conformando parte de mí mismo, así que las interiorizo más. ¡Qué cosas!

Hoy, sin quererlo, ya he oído a demasiada gente hablar sobre las mismas cosas, y es cierto que necesito un descanso. En cuanto pueda os sigo contando.

Por cierto, para los que sabéis de qué hablo, ¡¡¡He terminado mi libro de geografía física!!! Ya tengo mis apuntes de la asignatura pasados a limpio, así que uno por lo menos puede tener la certeza de que al menos en junio podrá “pelear” dos materias, si tengo en cuenta geografía de la población que por causas ajenas a mí, aún no he logrado aprobar ¡Es increíble la mala suerte que puede tener uno!

Me voy largando por ahora. Vaya lugar de paradojas y surrealismo; ahora resulta que enviar postales y fotografías a todos mis amigos hasta España no vale ni 2€ y tarda -según dicen- una semana, sin embargo hace unos meses enviar tres cartas costó 4€ y tardó dos meses en llegar ¡Ya véis! Nada, que sigo peleando con unas cosas y otras. Negocios por aquí y por allá, viéndole los tres pies al gato, buscándole las cosquillas a las fulillas.

Os quiero,
no dejéis de escribir.

Los sueños se hacen a mano y sin permiso
Samuel Leví

jueves, febrero 09, 2006

Martí dijo… “Churufletas”

Martí dijo… “Churufletas”


Martí dijo… “¿Y por qué no?”

Llegué después de dejar a Rafa a la residencia, deshice las bolsas que llevaba conmigo, y me apresuré a ubicar las cosas que mi madre me había mandado, aunque había hecho bastante espacio, porque aprovechando la visita de mi amigo había enviado para España, unos cuantos libros que ya me había leído aquí, un cuadro que me compré, una tablilla con un poema, una guayabera, un camiseta que guardaré de recuerdo por lo mítica que es; tiene como 8 años,…etc. Con eso me dormí.

A la mañana siguiente me di tremenda ducha, recordé lo que era el cuidado personal, cargué otra mochila con ropa y con un par de cosas que podía necesitar y me volví a marchar a eso de media mañana. En el Paradero intenté localizar una máquina mientras unas chicas ¡Ojo a lo que viene! …ME PIDIERON UN AUTÓGRAFO. Resulta que me habían visto por en una de mis actuaciones y ¡Prepárense que viene fuerte! … ME HABÍAN VISTO POR TELEVISIÓN. Resulta que he salido ya unas tres o cuatro veces por la televisión y bastante gente de la escuela me tiene comentado que me ha visto. Así que me resulta más sencillo darme a conocer aquí que ahí. Me quedé charlando con una mientras íbamos en el carro. Os estaréis preguntando que a dónde me marchaba ¿No? Pues bien, lejos de La Habana.

Ahora que Rafa no estaba era un buen momento para seguir descubriendo la isla por mí mismo, y acababa de ser invitado a irme a la provincia de Villa Clara, y concretamente a su capital Santa Clara, situada en el centro del país y primer lugar donde llegué a pasar frío en Cuba. Es un sitio muy bonito y que a los turistas les suele gustar, muy colonial, pero muy pueblo, es tan, tan, tan tranquilo que yo no podría aguantar excesivo tiempo ahí acostumbrado como estoy, y gustando como gusto de que “pasen cosas”. ¡No he terminado de contaros! Los que me invitaban son los encargados de la Asociación Hermanos Saíz que es una sociedad dedicada a la cultura y al movimiento artístico. Iba a participar en el X Certamen Nacional de la Música de la Trova Cubana, llamado popularmente Longina, y que recogen todos los medios de comunicación, con una gran relevancia y un buen prestigio. Fui el único invitado extranjero a participar.

Tenía todos los gastos pagos, pero como había querido permanecer con Rafa hasta su partida, el viaje de ida tuve que financiármelo, y así encontré un coche último modelo (esto es en serio) que me llevó por sólo 10€ allí. Nos hospedamos en el Hotel del Partido de la ciudad, y sé que no es necesario que explique de qué partido ¡Hombre por Dios, de los míos y no del Barca que por cierto va a ganar la liga, si no de los comunistas!

Inciso: He podido calcarme el Barca-Bilbao (2-1). Somos mes que un club. Otra liga pal molo Riijaard.

Cuando llegué fui conociendo a mis compañeros de profesión de Cuba que no conocía. Un elenco de unos 25 artistas de todo el país con los que compartí casi una semana en un festival que además nos llevó ya no sólo por diferentes locales de la capital villa clareña si no por el resto de la provincia. Me sentí terriblemente afortunado por estar viviendo todo eso, siendo un humilde payaso que apenas sabe tocar la guitarra, pero que afortunadamente no le tiene respeto a la vida, y la gasta, la consume, la vive, la disfruta, la sufre, y la colma de sentido hasta donde llega su imaginación que para que os hagáis una idea le llevó a unos 7000-8000 km. lejos de su casa.

En esos días actué sin parar. La cosa es que había un programa en el que por cierto yo no aparecía pero por no estar registrado con mucho tiempo de antelación, porque luego, en el sitio, a la hora de la verdad, no paré de tocar. Presenté temas y temas, y aunque las actuaciones eran de 2 o 3 canciones, me valieron para darme a conocer y hasta para hacer una amiga, Elisa, una chica encantadora, que me mostró la ciudad de Santa Clara desde una colina, y sus entresijos, así como jugar a pisar las vías de trenes, por las que caminamos y en las que me hizo un pequeño regalo, por el que le estoy muy agradecido.

Mis presentaciones salieron unas mejor que otras pero tuve momentos grandes. Sobre todo me sentí muy recompensado por lo que significaba colarse en todo aquello y tener las agallas para enfrentarse a un numeroso público, una y otra vez, colándose entre los trovadores más importantes del país. Me dio mucho empuje eso. Por eso cada vez tengo más claro cual es el modo en el que tengo que actuar una vez llegue a España, y sobre todo por un tema económico, que me obligará a dedicar mi próximo curso, al “proyecto ahorro”, que ya os contaré en persona de qué va.

Como decía los compañeros que tuve, fueron poco a poco aceptándome en su seno, y al final era uno más. Así Miguel Ángel de guantámamo, Orman de Bayamo, Ariel Barreiro que me aguantó 5 días diciéndole que era el doble de Pedro Guerra, Adrián Berazaín que es tremendo armoniquero y que además hace una trova-rock que me mola mucho, a Inti Santana y Marihué Fong que ya los conocía, a Tito Ávila como mi negro que hace canciones de coña que duran 10 minutos y que es capaz de improvisar durante otros 10 provocando que te rompas la caja, a Fernando Bécquer, a Erick Sánchez,… Con ellos la pasé genial guarachando y gozando.

El concierto más importante era el de David Torrens, un chico que no aparenta sus 37 años y que tiene muchísima fama en todo el país y en México también, que actuó en un teatro para 400-500 personas, que se llenó, en un buen concierto. Luego a veces tocaba con nosotros en medio de nuestras actividades, así puso a rugir “el cañón” de mi guitarra, que le fascinó.

Así que en eso estuve todo ese tiempo. Aprovechando las vacaciones como nunca antes me había imaginado. ¿Y ahora? Ahora he vuelto a la residencia y todo se ha tornado corriente de nuevo. Los cubanos han vuelto a la residencia, incluso hay algunas incorporaciones que habrá que seguir de cerca, y los extranjeros…bueno los extranjeros para que engañarnos, no han vuelto. Algunos sí. Los que se fueron de viaje por la isla. Otros que dijeron que volverían han cumplido su palabra, pero algunos otros no. Además hay que tener en cuenta que personas que pasaron las navidades aquí han tomado la determinación de irse, como mi amiga Alba de Madrid, que deja a Víctor solo aquí, porque se va a preparar para acceder a Magisterio Musical en Madrid, o Lucía, también de Madrid, que va a su escuela de danza a terminar un curso, etc.

Lo que me intriga y desconcierta, lo que me cheira mal y me jode, es no saber nada del Oso, esta se la guardo. En todas las navidades sé que llamó una vez pero no estaba yo. Por lo demás nada. Ya lo dijo Martí: “Churufletas”. Ya os contaré si volvió o no.

Para despedirme informar que han reagrupado todas las clases, los alumnos, los horarios, y que me he decantado por seguir mi régimen fuerte de 10 horas semanales, que es lo máximo, y ahora estudio, guitarra, solfeo, piano, armonía clásica, armonía popular, canto, y tres. Que echaron a mis profesoras Yalit y Niura y que esta vez no las pude salvar. Ahora para “compensarme” según ellos, me han puesto a los mejores de cada cosa, y para que negarlo noto el cambio.

Gracias por seguir leyéndome. Decídle a quienes no conocen este blog que existe, y escribid perras, o si no llamad. Una llamada de auxilio en esta travesía orienta y endulza.

A todos, suerte en vuestras cosas.
Un fuerte abrazo
El cantautor

Santodomingo en La Habana

Santodomingo en La Habana



Voy a dar unas breves justificaciones, que no excusas, de por qué he abandonado el diario durante más de un mes: no ha habido manera de conseguir un ordenador el tiempo suficiente para hacerlo, no ha habido posibilidades de conectarse a Internet, y no he tenido tiempo. ¡En serio! En estos últimos días empezaba a cuestionarme muchas cosas acerca de mi dejadez para con todos ustedes, y de si estarían a mal conmigo. Espero que no sea así. No tengo modo alguno de agilizar unas comunicaciones que ya me tienen obstinado y a las cuales he dado por perdidas. En anteriores “artículos” aparece un teléfono al que podéis llamar y una dirección para que escribáis si lo deseáis, aunque es posible que nunca llegue.

Haré la siguiente promesa: en el próximo artículo publicaré una lista de los “desaparecidos”, todos aquellos amigos de los que no he sabido nada en estos 4 meses, para ver si me los localizáis y puedo contactar con ellos. Aprovecho para dar las gracias a los que seguís en la distancia mis pasos y pediros que me contéis más cosas sobre vosotros y sobre España, porque no me entero de nada.

Sigamos con mi historia…

Las clases se terminaron a mediados de diciembre y aunque desde principios de mes la gente estaba toda regada, tomándose unas anticipadas vacaciones y empezando a despedirse, ya que no tenían planeado volver, yo me sorprendí a mí mismo porque igualé en número de clases las que había dado en los meses anteriores así que no noté la diferencia de que este mes fuese más corto académicamente. Estiré al máximo mi aprendizaje y les pedí a mis profesores que me cargasen la navidad de tareas para no aburrirme en unas ferias, que iban a estirarse casi un mes, no porque no hubiese clase, si no porque hasta que todo el mundo regresase de sus casas y se pusiesen en funcionamiento las clases otra vez iba a pasar una larga temporada. Todos los compañeros fueron abandonando la beca uno tras otro; unos porque acababan su aventura aquí, otros porque se volvían a sus casas a pasar las fiestas, y los que quedaban, aprovecharon para conocer la isla a fondo y por grupetes organizaron viajecillos a todos los puntos de interés de Cuba. Que conste que me lo pensé pero mi economía no daba para ese tipo de alegrías y desistí antes de hacerme a la idea y de empezar a imaginarme en Santiago de Cuba.

Así que el Oso, los patitos (Pats y Hugo los dos mexicanos del cuarto de al lado que siempre están con nosotros y con los que tengo la agradable situación de tener coñas y bromas propias, que siempre te hace sentir bien), todas mis amigas de la ENA, mi querido Albert, que se largó a Santo Domingo, y el resto de compañeros de la residencia. La escuela quedó literalmente vacía. Uno de los motivos fundamentales, es que los cubanos, que deben ser el 80% de los que están aquí no podían, por norma, quedarse en sus residencias, que permanecieron cerradas.

Cuando me vi solo y sin poder comunicarme decidí que lo mejor que podía hacer era alejar lo máximo posible los pensamientos relacionados con vosotros y con España de mi, la morriña, la nostalgia, el anhelo de veros, los regalos, fin de año, turrones y comidas abundantes,… Empecé a ponerme a estudiar Geografía ¿Entendéis ahora para qué me sirve Geografía? ¿Os dais cuenta de que tiene sentido para mí? El sentido de que cuando no me queda nada, siempre puedo recurrir a la erosión eólica y la formación de las dunas de horquilla. Por otro lado, y tomadme en serio, me apetecía estar tranquilo y estudiar sabiendo que era lo único que podía hacer de verdadero interés. Duró una semana. Primero porque en los primeros días estaba realmente cansado, en segundo lugar, y aquí llega el plato fuerte por la inaudita aparición de mi inestimable amigo; Rafael Santodomingo.

Aquí las navidades son completamente diferentes a las españolas. Empecemos por contar la historia del día de Navidad. El día de Navidad es fiesta desde no hace ni diez años en Cuba. Se decretó fiesta gracias a la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba que acordó con Fidel esta “concesión” de una fiesta de la que no había precedentes en la historia de Cuba, y que no tenía una vinculación cultural con el país caribeño. Es decir, para el estado cubano, el día de navidad era un día más del calendario. Únicamente recibía ciertas atenciones especiales en los cristianos que viven en la isla, pero no estaba “nacionalizada” como fecha importante en la sociedad cubana. Considerar un día festivo en este país tiene el inconveniente de que las personas se toman más de lo que son, cosa que no me sorprendió descubrir porque yo siempre creí que los españoles éramos los inventores del “puente”, entre el día festivo, los que lo rodean y el fin de semana, pero parece que aquí también gusta esa práctica. A lo que iba, que esta, es plena temporada de recolecta del azúcar (de esto me informaron porque no sabía nada) y decretar días festivos en esta época suponía para el Estado grandes pérdidas y retrasos en la recolecta, por lo que se demoró años y años la implantación de este día como una fecha significativa para el pueblo.

El día de fin de año es una ocasión perfecta para que se reunan las familias y coman, sobre todo eso, coman. Se suele asar un puerco y todos bailan y forman algarabía en los patios de las casas. Otros aprovechan para ir a algún restaurante bonito al que no irían normalmente. Por último, el día de reyes, como lo conocemos nosotros, no se hace nada especial, sencillamente se le llama el día de los niños y a éstos se les obsequia con algún regalo, si la economía lo permite, pero únicamente a los niños. La gente mayor, los jovenes, esos pasan el día como cualquier otro. Además los primeros días de enero hay clases normales, y todo sigue su curso natural. No hay luces en las calles, no hay anuncios de juguetes, no hay consumismo, no hay derroche, no hay cierta estupidez snobista que cuasi te obliga a ir a la fiesta de moda en el local de moda, beber hasta perder el control, gastarte una pasta en un vestido para ese día, tener a las familias encerradas en las cocinas preparando más comida para un día de la que se llevaron los enviados españoles a Afganistán después de la invasión norteamericana, y haciendo creer a algunos padres que no están a la altura si el juguete que le regalan a sus hijos es el que salió hace un par de navidades porque la nueva super muñeca mea amarillo si le tiras del pelo. ¡Ya veis, otro rollo!

Por tanto, las navidades, son…raras de cojones. ¿Qué habéis hecho estas navidades? – le pregunté a mis amigas cubanas a medida que fueron llegando a la residencia. “Nada”, “Estar en casa con la familia” “Bailar en alguna fiesta”- me respondieron una tras otra. En realidad y aunque pasasen más de 20 días apenas me contaron gran cosa. Lo único que a todas les hacia una lógica ilusión era haber estado con los suyos, y ¡por cierto! la gran mayoría había aprovechado para estudiar. ¡No paran!

Yo pasé el día de navidad en casa de McRobert, con mis amigos vascos Guilen y Nalúa, que se iban de nuevo para Euskadi. Creo que os he hablado de Mac. Desde diciembre para acá se ha convertido en la persona que me da de comer todos los días. Es de las casas más caras por aquí (35 pesos cubanos=1’50€ aprox) por comida (cena). El plato que varía ligeramente cada día, se compone de:

plato de arroz con frijoles (a veces en sopa)
bistec de cerdo o pieza de pollo o “ropa vieja” (tiras de res sazonada con hotalizas)
buena dosis de col
tomate en cantidad
lechuga pá hacerse un traje
pepino
boniato, yuca, o patata cocida

Y a mí por ser buen cliente; patatas fritas, un pan suave, y a veces salchicha. De beber hay tres opciones: refresquits (polvo de sabores disuelto en agua; véase Tang), batidics de chocolate (resultado de la combinación de cacao en polvo; véase Cola Cao, mezclado con agua, azucar, y leche, también en polvo…todo ello metido en una batidora con tanta potencia que hace que se entrecorte la luz de la lampara de la cocina mientras se activa) o agua.

Cada día desayuno en el Paradero del que tantas veces os he hablado alguna cosilla, y espero a eso de las siete ocho, para ir con McRober, donde como os podréis imaginar me peto. Muchos de la resi iban antes a comer allí, pero han dejado de hacerlo porque dicen que es un avaricioso. Para mí no es exactamente así. Considero que él al igual que el resto de personas tratan de ganarse sus pesos como buenamente pueden y si te consiguen vender un huevo frito y ganarse otros 5 pesos cubanos pues tan feliz. Que se pase el día diciéndote lo poco que tiene, y lo que le gustaría estar en un país como el tuyo y tener lo que tú tienes es parte de lo esperable viniendo de una persona que apenas tiene nada. Es cierto que no todo el mundo aquí es así, porque mucha de mi gente aquí, no se queja, ni pide, ni rasca el dinero, y vive tan tranqui, pero de alguna forma, y una vez más trato de ser comprensible. A mí nunca me ha quitado nada, y me alimenta bien, me río con él, y tengo una buena relación. Hasta le he cogido mucho cariño, porque ahora soy su niño mimado aquí. Supongo que os he contado esto para que os hagáis una idea de lo que como y dónde, pero no tenía pensado abordar ese tema. Bien, sigamos desmenuzando este último mes.

En las vacaciones me llamaron para participar en dos actividades culturales que luego me abrirían algunas puertas. La primera fue en el Teatro América, un gran teatro en el que participé junto a la sociedad Artística Gallega en su acto de fin de año, celebrado eso sí el 21 de diciembre. Consistió en números de baile tradicional gallego, donde me emocioné con las gaitas que sonaban de fondo, y en otros números de flamenco que me enorgullecieron como parte de nuestra ibérica cultura que son. Yo canté dos temas. Sólo a guitarra y voz, subido en un escenario de uno de los teatros más importantes y conocidos de La Habana ante unas 150 personas, mis diez minutos de gloria se me hicieron muy placenteros y con los enormes focos cegadores que me pusieron me sentía completamente sólo hasta que los aplausos me hacían recordar que tras las luces se encontraban sentados numerosos cubanos expectantes ante la actuación de un atrevido foráneo. De discos y de dinero ni hablar, porque aquí eso no se destila mucha.

Ese día conocí a Olivia. Baila en el grupo y pertenece a la sociedad de donde por supuesto es Sandra, de la que os hablaré más tarde. Olivia tiene a sus dos hermanos en Murcia, no quiere ni oír hablar de política, estudia en la universidad creo que psicología, y tiene unos 20 años. He quedado con ella unas cuantas veces. Nos llevamos muy bien. Al principio pensé que no conectaríamos porque diferíamos mucho en determinados temas ideológicos, pero le he ido conociendo y le he cogido cariño. Me gusta mucho su forma de entender las relaciones y que eso te suceda aquí con alguien es algo muy satisfactorio, porque como ya os he comentado otras veces, suele haber un desencuentro absoluto. Con ella puedo ser yo, y la relación es de lo más natural y auténtico. Es muy tranquila y en cierto modo comedida, pero de buenas intenciones, clara, nítida, cercana. Además de eso, guapa. Con ella he pasado buenos momentos, y me no sé porqué pero esta relación me promete. Creo que de aquí a que acabe el curso habrá mucho más para contar.

Inciso: a mi amigo, albino de color – verde de pensamiento, Israel, decirle que me encantaría platicar de algunas cosas que aquí no cuento, no por rubor, si no por caballerosidad y galantería, y que sé que serán la delicia de las terrazitas que nos vamos a calcar este verano ambos, si no se confirma ese rumor que me ha llegado de que se va a quedar con la cibeles en verano, teniendo en cuenta que hasta los patos del Retiro lo abandonarán por la época estival.

Estaba empezando a desarmarme la cabeza pensando en cómo encontrar mi centro de equilibrio en lo que concierne a mi relación con las chicas, y cuando lo tuve claro con Sandra, esta puso tierra de por medio, y me sometió a la ley del silencio, como el perro del hortelano, me dio sequía, y dejó que el tiempo nos enterrase en medio de la nada, perdí el norte, los papeles, la paciencia, y me retiré no por no entrar en la lucha si no por no encontrar al enemigo en el campo de batalla. No sé que pasó, sé que no pasó nada. Sé que no nos hemos vuelto a ver desde el día que fui a su casa y la provoqué para que reaccionara y saliera conmigo. Sé que hablamos por teléfono unas cuantas veces en navidades y que cada vez me llama más. Como siempre está ocupada quedar se ha ido prolongando y por ahora nada de nada. Así que proseguí mi camino sin más dilación, y me dejé llevar por la marea. De ahí que conociese a Olivia, y que no tuviese reparo en estar con ella. Supongo que me desilusioné con Sandra y me conformé con hacerme amigo suyo, tanto como me precisase y me dejase ser. En ello sigo en la actualidad.

Pero yo soy un canalla. Soy un tipo enamoradizo y eso lo sabe desde la mujer que me parió hasta la que me ve de espaldas sólo caminando, porque dicen que lo dejo en el camino, que se me ve a leguas. Así que cuando aún estaba revolucionandome por los acontecimientos conocí a Yanisleydis (se escribe así para sorpresa de muchos), así al menos lo escribe ella. 18 años recién cumplidos. Mulata. Metro sesenta y cinco. Ojos marrones del color de la tierra, de los más bonitos que he visto (con permiso de Daniuska), y buena persona. De esa clase de chicas que nunca tienen presente el lado malo, incorrecto, egoísta, cabrón de las cosas. Sencilla. Muy simple, y eso a veces se agradece, sobre todo cuando enfrente tienes a un tipo cargadito como yo. Es cariñosa, juguetona cuando somos dos solos y no nos ven, y tranquila hasta el exceso en lo cotidiano. Me gustó conocerla y pronto estuvimos juntos pero hay algo que me atormentaba. En primer lugar su madre que ejerce de consorte. Ya sabéis, si estás con su hija casi es como si estuvieses con ella. Después que se guarda mucho de todo, apenas conoce nada de La Habana, su propia ciudad. Se ha pasado toda su vida en casa, no ha salido apenas por ahí, no lee, no conoce apenas nada de música, ni de cine, ni sabe de política, ni de deportes…es una chica de ciudad que parece una guajira, así que tampoco sabe sobre el campo, más bien sobre lo que ha podido aprender en sus estudios que creo que son de secretariado, o algo similar. Eso hace que no sepas que hacer con ella. Siempre quiere que hables, que le abras los ojos como ella dice, que le muestres sitios, experiencias, etc. pero uno se cansa de eso al rato, necesitas dar y recibir a cambio. Sacar algo de provecho, y a pesar de su cariño y afecto me largué. Me desentendí durante buena parte de las vacaciones y cuando regresé, pensado y reflexionado, decidí que mantuviésemos nuestra relación de amistad y que nos divirtiésemos si nos apetecía y no nos hiciésemos barcos de papel para ir a Europa porque acabaríamos en los sumideros del desengaño, con una cita a ciegas con el amor que no aparecería por muchas monedas que vertiésemos en la Fontana di Trevi.

No quiero que esto se convierta en la historia de lujuria y desenfreno de un joven artista viajero que cuenta sus tormentosos encuentros con numerosas chicas como si no se quedase parte de él mismo en cada una, al igual que de cada una queda parte en él, y que siempre se involucra en cada beso que da, porque gusta de vivir y no pide perdón por pasársela guarachando y descubriendo. Siempre me gustó el Fragel Rock que se iba de viaje y visitaba todos los lugares del mundo, al igual que la montaña de basura que aparecía de pronto del montón de mierda y que se escondía con la misma facilidad. Me sentía muy identificado con ellos; viajero, descubridor, aprendiz. Ella por la facilidad que tenía de mostrarse y ocultarse de dar consejo y de ayudar a los demás ¡Joder que grandes eran los dibujos animados! Así que aunque disfruté mucho con mis nuevas amigas y aunque les tengo un cariño enorme no he sido capaz en todo este tiempo de comprometerme con nadie. Y mirad, no creo que sea por miedo al compromiso si no por falta de estímulos, es decir, cuando uno se enamora, ni Margaret Tatcher puede ponerle freno, ni Buffon lo puede parar. Pero para eso hace falta fraguar, germinar una historia, que necesita de encuentros, de prácticas, de tiempo, de no pensar mucho y de dejar que furrule, que vaya.

En medio de la vorágine de todo y nada, cuando los marineros se amotinaban contra Colón, una llamada desde España. ¡Ñó! ¡O bien el comité de investigación del 11M ha conseguido llevar a la Fiscalía General una acusación formal contra el mentiroso compulsivo nacional, hijo de la madre patria norteamericana, y difunto del diálogo social y la solidaridad con los pueblos, o es Rafael! ¡Era Rafael Santodomingo! Tenía boleto y estancia en el mejor hotel de la habana para dos días después. Se quedaba una semana y venía a pasar conmigo fin de año y el día 5. En la agencia de viajes se olvidaron de darle una cosa y yo tuve que hacerlo. El pack incluía un ¡Gran Gesto para Rafael! Es automático. Te lo dan con el viaje.

Bromas aparte, la llegada de Raf se convirtió en mi único pensamiento. Desde que llegó hasta que se fue pasé los 6 días con él, las 24 horas del día, tanto es así que aprovechando la tesitura me quedé en el hotel Habana Libre de 5* con él todos los días. Organizamos el tiempo que tenía para ver un poco todos los sitios guapos en esos días. Los resumiré uno por uno rápidamente:

1er día
Llegó por la noche al aeropuerto y tuvimos que esperar a que saliese por la puerta del mismo tres horas, porque cuando llegas hay que resolver papeleo, y te tienen en colas gigantes mucho tiempo. Luego McRobert que había conseguido un carro, el chófer (del que nunca me acuerdo el nombre), y yo nos dirigimos hacia el hotel. Unos tragos de ron por el camino, y el primer gran susto. Apoyó su mano en la palanca de la puerta trasera donde estaba situado y cuando íbamos por la carretera del aeropuerto a bastante velocidad porque era de noche y no había carros, la puerta se abrió por completo y Rafa enganchado a ella se quedó con medio cuerpo en el aire. Yo no pude reaccionar y afortunadamente pudo incorporarse rápidamente por sí mismo. La primera vez en mi vida que veo a alguien a punto de caerse de un coche en marcha. En el momento me dio bastante miedo, pero fueron unos segundos.

Por la mañana decidimos ir a mi residencia. Yo cogí ropa, me cambié de la que llevaba, y dejé las cosas que mi madre me había enviado, entre las que se encontraba para mi regocijo, una notita informativa de David (si lo véis decirle que quiero hablar con él –Rafa ya supondrá de qué) e Israel, creo que hecha entre ambos con algunas indicaciones que por mi parte se cumplieron pero que por parte del chiquirititin siento deciros que… Otra nota de Saris Saris que me hizo especial ilusión porque era una de esas personas que tanto quiero y de las que no había sabido nada desde que llegué.

Inciso: Saris…me alegro muchísimo de que ahora también te guste la ciudad de Coruña. Yo también te echo un montón de menos. Gracias por esorzarte en la época de mi despedida por demostrarme que eres una gran amiga y que me quieres. Me alegro de que estés conmigo pero para lo otro con él. A tu chico decirle que tampoco tengo noticias tuyas y que ese no es el ejemplo que le di yo de cómo hacer las cosas cuando él estaba en Londres, además teniendo en cuenta que yo estoy incomunicado. Que tenga en cuenta que aunque este año le haya adjudicado gesto, y este pasado verano compartiésemos muchos buenos momentos, y me sintiése muy unido a él, no me conformo, quiero más. Mándale un fuerte abrazo de alguien que lo considera uno de sus mejores amigos. ¡Aúpa Beldri!

Pasamos el día 1 conociendo el Paradero, el ISA, la ENA, y en general el municipio playa, además de estar en una piscina de un hotel mientras hablábamos de todos los amigos y él me contaba lo poco que decía saber sobre la gran mayoría, lo que me entristeció porque no podía facilitarme esos chismes sabrosos que tanto enriquecen. En fin, fuimos a cenar a un restaurante, y acabamos con dos inglesas en el Chévere cerca del Parque Almendares, donde yo no había ido nunca bailando lo que podíamos ante la exhibición de toda aquella gente que a ser sinceros, juega en otra liga. Rafa alucinaba con cómo mueve el cuerpo las negras, pena que nadie le demostrase que igual que nadie se baila como bailan las negras, nadie coje como cojen las negras. Me gustó el sitio, que tenía por cierto barra libre por 15€, pero no me cundió nada el tema de las jineteras, menos mal que para eso ya he compuesto un tema, al que por cierto le tengo en mucha estima y que me llena como artista: “Es más libre el dinero que la gente” septiembre de 2005, compuesto justo antes de venirme. Por lo demás, el chico se la pasó pelota. Las dos inglesas muy simpáticas e instruídas. Bien para hablar. Los días siguientes nos llamaron pero no pudimos quedar con ellas. Fueron muy enrolladas, y muy afectuosas, una suerte que nos topásemos con ellas.


2ª día

Este era el famoso 1º de enero. ¡El día del cuadragésimo séptimo! ¡El aniversario de la revolución! ¡Ñó! ¿Cómo no comenté esto mucho antes? Este es el día grande del país. La fiesta nacional. Las televisiones tiran de todas sus estrellas y hay conciertos y fiestas en cada esquina. Nosotros por el día recorrimos parte de la Habana Vieja. Como cada casa tiene su aquel, y como verlo todo en un día es un golpe, pues hice una singular subdivisión en…parte izquierda y parte derecha, y ese día decidimos ver primero…¡Sí, habéis acertado! La izquierda. Por desgracia para mi amigo casi todo estaba cerrado, así que lo pasé por la Catedral, la plaza de armas, comimos en el paseo de malecón, pasamos por la calle obispo…y ¡Nos tomamos unos mojitos en la Bodeguita del Medio! Yo no pude con el mío, pero emulamos a Hemingway al que visitamos en su hotel Ambos Mundos. Le llevé a que conociera a Olivia y a Sandra y ambas le parecieron guapas. Coincidió conmigo en que eran muy agradables. Fuimos a cenar al sitio emblema de la ciudad; el barrio chino. Por último y ya en la madrugada nos acercamos a la Tribuna Antiimperialista donde había un multitudinario de concierto con miles de personas, pero Rafa estaba cansado y un tanto apático reconoció que había sido un error salir del hotel donde habíamos estado haciendo un descanso después de cenar. Cuando estábamos en el hotel y sobre la una de la madrugada le convencí para que viera lo de la Tribuna, así que una vez allí se AMARGÓ, (Isra y Pajarolo, sé que vosotros sabéis a qué me refiero) y nos volvimos. La salsa, que es la música nacional, junto con el merengue, la bachata, el reageeton, el son, el bolero, la balada, y otras músicas que pegan aquí no son las que escuchamos en España, es más, apenas tienen nada que ver, así que no todo el mundo aguanta ese tipo de fiestas.


3er día

Lo habíamos pactado con McRober, McMaría Regla, y Mal Genfelson (pronúnciese como se lee). Ella es la pareja de McRober, que me sirve mis comidas y mis batidics. El último nombre corresponde al hijo de él, no sé con quien, pero que es de lo más simpático. Tiene 5 años que parecen 8 de un niño español. Muy espabilado y activo, habla fatal. Nunca pronuncia la /r/, ¡No es capaz! Tiene unos mofletes de agárrate y le doy muela todo el día. Es un contestón y me inspira mucha ternura. Todos ellos y Conrado (ese es el nombre del chófer que nos acompaña ¡por fin me acuerdo!), junto con el pequeñajo y yo, nos fuimos a Playas del Este a pasar el día. Estas playas son casi en realidad una. Es una línea de costa, formada por playas de arena gruesa, que se te pegan al cuerpo como babosas, y que se muestran desnudas y vacías. No había apenas gente. El agua era cristal. Precioso. Todo absolutamente virgen. Nos bañamos muchísimas veces y disfrutamos del sol como unas 6-7 horas. Tuvimos tiempo de pensar que estábamos en los primero días de enero en un playa que te cagas con una temperatura idílica mientras en Vigo…¡Uy…qué cabrón soy! ¡Va no quiero joder más! ¡Preguntadle a Rafis que pa eso lo tenéis ahí! El resto del día se fraguó en ir a cenar a casa de McRober y mostrarle a mi compañero la verdadera comida criolla.

Inciso: Rafa podrá corregirme todo lo que se le antoje, porque a tres semanas vista, no recuerdo bien el orden de los acontecimientos, no obstante, fue una semana increíble.


4º día

A partir de aquí mi recuerdo se hace más difuso y tengo lagunas. Os contaré las “crisis” que atravesamos. Una de ellas fue la de los terribles 5 minutos, que parecieron más, en los que Rafa no encontraba su pasaporte, su billete de avión, su dinero,… Buscábamos por la habitación porque sólo ahí podían estar ya que nunca los habíamos sacado, y cuando ya conspirábamos contra la señora de la limpieza, los encontró en una mesilla de noche en un lateral. Otro momento delicado fue cuando fue a sacar dinero del banco y al no traer una tarjeta, VISA, no podía eectuar ninguna operación. Samolo se puso pa eso, y por una vez en mi vida, cubrí gastos ¡Pá qué tamos los amigos si no, coño! La verdad es que echando cuentas y recordando las 27.000 pts, no me debe nada. Fuera de esas polladas, todo fue de risotadas.

Traté de enseñarle la otra mitad de la Habana Vieja y nos subimos a la azotea de algunos de los edificios más altos de la habana a ver el ambiente a “vista de pájaro”. Le enseñé el edifico Lonja de Comercio del que creo que en capítulos pasados ya os mencioné su enorme belleza. Le llevé al Café Habana a tomar las papas con huevo pero no había. Luego al Museo del Chocolate pero estaba cerrado así que nos pegamos una de las mejores comidas que recuerdo en un restaurante que me triunfó mucho de la Plaza Vieja.

Sé que una de esas noches subimos a la discoteca del Hotel que está en la última plaza y que tiene un tejado transparente con una estructura deslizante que se abre y que te permite bailar a la luz de la luna. Allí no duramos ni 15 minutos y nos marchamos porque yo no compro a las mujeres, y porque Rafa tampoco se sentía Gary Cooper para cabalgar sobre una potrilla, ni para ser cabalgado por ninguna jinetera.

Me vienen lapsus de las cosas. Por ejemplo sé que nos tiramos un par de instantáneas en la Plaza de la Revolución y que vimos la estatua a Martí. Tampoco pudimos acceder a su museo porque estaba cerrado por fiestas. Lo mismo nos pasó con el teatro nacional que observamos por fuera. Pasamos por la estación de buses, y por la universidad, donde anduvimos dando vueltas. No nos olvidemos Rafael de los campos polivalentes, ¡Y tan polivalentes que son!

¡No puede quejarse de que no fuese completito! Tremendo reguero que monté para tenerlo guarachando todo el día. Ahora le toca a él contestar en este blog poniendo lo teta que se lo pasó, aunque de estas especies no viéramos más que lo que adivina uno cuando el 60% de la población femenina no lleva “ajustador”.


5º día

¡Bienvenidos a una de las mejores playas del mundo: Varadero! Una vez más la familia nos acompañó al completo, aunque nuevamente ellos una vez e la playa se mantienen separados de nosotros que nos tiramos encima de las sillas de playa de los hoteles como Perico por su casa. La playa me sorprendió una vez más por la poca gente que había, entiéndase que es invierno, pero… ¡Con este calor! Nos pasamos en el agua mucho tiempo disfrutando de una temperatura muy rica, y moreneamos a gusto, lo cual luego me ha servido para demostrarles a mis amigas que yo también soy un mulato más, aunque me sigo moviendo como un gallego. Se tarda en llegar como unas 2 horas a Varadero y el viaje se me pasó bastante rápido, además me sirvió para ver, aunque fuese desde el coche otros lugares de la isla. La comida estuvo cuantiosa, ya que la llevamos preparada y cual picnic propio de los puentes de madisson, nos pusimos allí todos en grupo a llamar humildemente la atención. ¡Ya veréis las fotos!

Volvimos derrengados, la cigala de futurama y yo al hotel, donde descansamos para luego salir a cenar. Una vez más de restaurante, que por cierto y gracias a esta historia me he conocido como 6 u 8 de los más conocidos. Por la noche no hubo cuerpo para más, teniendo en cuenta lo que mama la playa que no sé que tiene pero que te descarga las pilas que no es normal. Llegas todo animado a la playa y sales de ella que no puedes ni hablar, y más cuando se trata de ir lejos y pasarse allí más de 6 horas.


6º día

Aquí se terminaba el viaje de Chiquirrititín, y mi alegría de tenerlo cerca. Para el último día, reservamos el ir a unos cuantos museos que desgraciadamente no habíamos podido ver los días anteriores, como el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de la Revolución, además del Capitolio, en el que entramos. Rafael se entretuvo más de una hora, conmigo a su lado atentamente, observando un video sobre cuando Fidel Castro cumplió 75 años, como resumen a su vida. Aunque esperé que me comentase que le había parecido Rafael no quiso pronunciarse, creo que lo colmaba la emoción. Aquello es demasiado grande (me refiero ahora al museo) y aunque pasamos unas 3 horas en él no nos dio tiempo a verlo todo. Veníamos del Museo de Arte donde tuvimos que estar tirados en un banco por un espacio de tiempo indefinido pero muy grande ya que nos encontrábamos completamente aplatanados, sin ser capaces de poner un pie delante del otro.

Finalmente comimos en un restaurante asturiano, en el que los precios son de chiste, por eso siempre está lleno, y que se degusta comida criolla a un buen nivel, eso sí después de subir escaleras como si de un templo budista se tratase, y por supuesto yo, fuese Brad Pitt. Creo que mis pies ocupaban dos escaleras enteras, pero esto no tiene mayor significación. Nos sirvió como comida despedida para recapitular y charlar un rato, antes de irnos al hotel, y de ahí a casa de McRober, donde Rafa les obsequió con un MP3 que hizo las delicias del patrón, que por cierto a quitado a REM, y Coldplay, para poner salsita pá gozar. ¡O sinto meu pero eche o que hay! De ahí al aeropuerto donde hicimos todos los trámites y despedimos a mi pequeño pero feliz, Rafael. Embajador de la amistad y el cariño, volvió a España para divulgar mi mensaje claro y sentimental:
“Por aquí de risas, amigos. Os quiero”



Su visita significó mucho para mí y nunca lo olvidaré. Sé que sois muchos los que estarías encantados de venir pero no os es posible. Lo entiendo y lo acepto, no os preocupéis. Por otra parte, que estuviese en unas fechas tan señaladas aquí conmigo se lo agradeceré siempre. Ha demostrado, y lo hago público, un gran cariño hacia mí, que le agradezco y le devuelvo día a día. Esta ya ha pasado a ser una de esas experiencias inolvidables en mi vida, a las que responsabilizo directamente de que hoy me sienta feliz de estar escribiendo esto.

…Y como dijo Martí… “me gusta cuba y todo lo cubano”
Gracias Rafa, muchas gracias.


Firmado,
Samuel Leví